¡®The Crown¡¯ y la brillantez
No me interesa lo m¨¢s m¨ªnimo la monarqu¨ªa inglesa. Ninguna monarqu¨ªa. Pero me apasiona c¨®mo ha retratado la serie a los seres humanos que la integran y a sus circunstancias
Imagino que la gran apuesta que hizo Netflix por The Crown, incluida una ambientaci¨®n primorosa que debe de haber costado una fortuna, les ha salido bien, que la brillantez tambi¨¦n puede ser rentable, que m¨²ltiples espectadores de toda condici¨®n se han enganchado a ella, lamentan que haya terminado, la van a recordar. Es un producto lujoso que est¨¢ escrito y realizado con inteligencia, realismo e imaginaci¨®n, algo poco valorado por las productoras cuyo ¨²nico objetivo es que les salgan las cuentas y convencidas de que el gran p¨²blico se traga complacido lo que le echen.
Para mi gusto las cuatro primeras temporadas son espl¨¦ndidas. Y decae ligeramente en la quinta y la sexta. Tal vez porque pose¨ªamos demasiados datos y cercan¨ªa sobre la historia de Diana de Gales. Pero en el remate de la serie hay muy buenos momentos. Est¨¢ bien descrita la amargura, la introspecci¨®n y el convencimiento de que la vida se ha cebado con ¨¦l, de ese principito adolescente cuya madre ha muerto. El desenlace es m¨¢s que digno, pero algo se perdi¨® en el largo camino.
No me interesa lo m¨¢s m¨ªnimo la monarqu¨ªa inglesa. Ninguna monarqu¨ªa. Pero me apasiona c¨®mo ha retratado The Crown a los seres humanos que la integran y a sus circunstancias. Y guardar¨¦ en la memoria varios de sus cap¨ªtulos. El de la niebla invadiendo Londres y causando el desastre. La estancia del pr¨ªncipe Carlos en Gales y el derrumbe de un colegio por un accidente minero. Y mi favorito, el comienzo de la relaci¨®n tortuosa y apasionada entre la princesa Margarita y el fot¨®grafo Tony Armstrong. Todo all¨ª era sensual, elegante, sutil, hipn¨®tico. Gracias por todo The Crown.
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