Pedro Alonso: ¡°Yo era un tipo al que no dejaban entrar en sitios y al d¨ªa siguiente Erdogan quer¨ªa hacerse una foto conmigo¡±
El int¨¦rprete se hizo popular mundialmente con ¡®La casa de papel¡¯ y ahora protagoniza su propia serie, ¡®Berl¨ªn¡¯. ¡°Hay actores que dicen, ¡®yo quiero hacer cosas diferentes¡¯. Pues yo no, yo lo que quiero es que tenga chicha¡±
Cuando Pedro Alonso (Vigo, 52 a?os) ten¨ªa poco m¨¢s de 30 a?os pensaba que su carrera en el mundo de la interpretaci¨®n hab¨ªa llegado a su fin. Ahora es el protagonista de Berl¨ªn (estreno el viernes 29 en Netflix). Porque, aunque vimos la muerte de su personaje en La casa de papel, cal¨® tanto en el p¨²blico que hubo que buscar la forma de recuperarlo. La charla, en las oficinas de Netflix en Madrid, comenz¨® por su nueva serie y termin¨® yendo a derroteros m¨¢s filos¨®ficos. ¡°Soy un tipo de vocaci¨®n trascendente¡±, dice.
Pregunta. ?En qu¨¦ se diferencia el Berl¨ªn de Berl¨ªn del que vimos en La casa de papel?
Respuesta. Tengo la sensaci¨®n de que ?lex [Pina] y Esther [Mart¨ªnez Lobato, creadores de la serie] nos han metido en un agujero de gusano y hemos aparecido en un universo diferente. La cuesti¨®n m¨¢s delicada era cu¨¢l era el tono de la serie y, para m¨ª, que esa evoluci¨®n no se cargase el ADN del personaje, pero que ese ADN no fuese un lastre para atreverse a jugar. Me ha puesto muy a prueba, pero es una constante en todo lo que me ha pasado con esta aventura. El personaje estaba vivo, toc¨® unas teclas muy interesantes en t¨¦rminos de peligro, densidad, esa energ¨ªa turbia, y est¨¢ haciendo un viaje hacia algo m¨¢s ligero y luminoso y m¨¢s joven. Es el absurdo total. Nadie podr¨ªa haber escrito una progresi¨®n de ese calibre si no trabaj¨¢semos hacia lo desconocido. En t¨¦rminos de estilo ha sido muy delicado, un ejercicio por el alambre. Pero yo muero por un est¨ªmulo y una buena conversaci¨®n, y hemos tenido unas cuantas este a?o.
P. ?No dud¨®? Siempre est¨¢ el peligro de morir de ¨¦xito. Es un personaje que hab¨ªa muerto, luego volvi¨®, y ahora es el protagonista¡
R. Con lo de convertirlo en protagonista fui de los menos preocupados. Me consta que hubo preocupaci¨®n, es un personaje muy particular, que funciona casi siempre en el margen, pero si lo ponemos en el centro, ?va a ser demasiado? En mi caso la duda ten¨ªa m¨¢s que ver con si la cometa pod¨ªa perder su conexi¨®n a tierra y para qu¨¦ coges este personaje si lo hemos convertido en otra cosa. Hubo un momento, en el primer mes y medio de rodaje, de mucho v¨¦rtigo, hubo una semana muy cr¨ªtica. Pero luego sent¨ª que hizo clic y a estas alturas s¨¦ que el personaje ten¨ªa chicha para seguir desarroll¨¢ndolo. Ahora pienso que podr¨ªa meter a Berl¨ªn en una de Shakespeare y funcionar¨ªa.
P. ?Cu¨¢l es su relaci¨®n con Berl¨ªn? ?Le cae bien?
R. Es asqueroso. El otro d¨ªa me preguntaban si me tomar¨ªa una copa con Berl¨ªn, y una copa s¨ª, pero dos no. Una s¨ª porque soy curioso y procuro estar abierto a cualquier tipo de experiencia, pero si tomas dos ya sabes d¨®nde te metes. Es impresentable, indecente, perverso, ego¨ªsta, narcisista, terrorista emocional, mentiroso, manipulador¡ es lo peor. Pero siempre busca un momento de emoci¨®n genuina y a veces lo logra. Y claro, narrativamente es un fil¨®n. Yo mismo me sorprendo con lo que siento dentro del personaje. Es una ambivalencia total. La ficci¨®n no est¨¢ hecha para catecumenizar a nadie, est¨¢ hecha para sentir. Es un reflejo de nuestras miserias y grandezas y nuestros afanes y nuestras tristezas que, adem¨¢s, se permite transitar por caminos que uno habitualmente no se atrever¨ªa.
P. ?Qu¨¦ signific¨® para su carrera un pelotazo como el de La casa de papel?
R. En los ¨²ltimos a?os he tenido tiempo de comprobar de forma rotunda que la vida son ciclos y no hay manera de prever hacia d¨®nde va la vida de nadie. Estoy completamente decidido a romper con el sistema de expectativas porque no sirve para nada. Vivo instalado en el presente, muchas veces en el asombro. S¨¦ que puede pasar r¨¢pido, porque la memoria es muy corta, pero me ha dado la opci¨®n de viajar, conocer a gente incre¨ªble, de decir que no, de volver a decir que no y volver a decir mucho que no.
La ficci¨®n no est¨¢ hecha para catecumenizar a nadie, est¨¢ hecha para sentir
P. Qu¨¦ lujo.
R. Absoluto. No quiero ir de Dalai Lama, pero no lo he hecho priorizando el dinero en absoluto. Tengo una estabilidad y miro en qu¨¦ puedo invertirla, que es en crecimiento, en obra propia. Y me ha dado una estabilidad que me ha permitido otra vertiente completamente diferente, un viaje m¨¢s indie, de ¨ªndole espiritual. Me ha dado un mundo de posibilidades, y me ha sometido a problemas muy exigentes tambi¨¦n. Porque el meneo energ¨¦tico ha sido muy heavy en algunos momentos. Y a eso nadie te ense?a, a ese nivel de exposici¨®n, ese nivel de presi¨®n. Pero eso no es ni bueno ni malo, es lo que t¨² hagas con ello. Yo procuro atenderlo de la forma que me parece m¨¢s congruente con mi forma de estar en el mundo, y luego desaparezco y hago otras cosas.
P. Le pill¨® con casi 50 a?os. ?Eso ayud¨®?
R. Me ha dado tiempo a ver que la edad y la experiencia no asegura la estabilidad frente a algo as¨ª. He visto a algunos que pensaba que iban a ser arrollados y no lo fueron, y otros que parec¨ªan s¨²per equilibrados y son unos aut¨¦nticos locos. Pero m¨¢s que la edad, me pill¨® en un ciclo de mi vida en el que me estaba trabajando mucho, y mis prioridades me hicieron verlo con distancia y tener unos protocolos para gestionarlo y no dar por sentado que ya estaba. S¨¦ que esto va a pasar, no soy condescendiente con que el entretenimiento es m¨¢s o menos que nada¡ Depende de ti que conviertas en riqueza algo o lo conviertas en tu tumba, y yo procuro convertirlo en un jard¨ªn, y eso es trabajo, exige mucha atenci¨®n.
P. ?Qu¨¦ fue lo m¨¢s loco que vivi¨® con La casa de papel?
R. Estar dentro del Amazonas, en la selva, dos meses, y que alguien llegue busc¨¢ndote. Que me persiguiese el ministro de Cultura de Turqu¨ªa porque Erdogan quer¨ªa hacerse unas fotos conmigo. Me han pasado cosas delirantes, parec¨ªan una c¨¢mara oculta. Yo, que soy un tipo al que no dejan entrar a los sitios... Y al d¨ªa siguiente, el ministro de Cultura de Erdogan te persigue. La vida es una broma.
¡®La casa de papel¡¯ me ha dado la opci¨®n de viajar, conocer a gente incre¨ªble, de decir que no, de volver a decir que no y volver a decir mucho que no
P. Y todo con una serie que ya hab¨ªa terminado.
R. S¨ª, s¨ª, hab¨ªamos hecho el duelo total. Pero desde que estoy muerto no dejan de pasarme cosas.
P. Alguna vez ha dicho que ha tenido varias muertes laborales.
R. Con treinta y pocos dije, el tren se me ha pasado y no va a volver nunca jam¨¢s. Arruinado, con una hija de cuatro a?os y sin una perspectiva clara que me hiciese pensar que pod¨ªa volver a reengancharme. Pero eso, que fue un a?o terrible, desde el recuerdo fue uno de los a?os m¨¢s interesantes de mi vida. Me oblig¨® a resetearme, a empezar desde otro lugar. La vida es desmontarse. Es asumir que la vida son ciclos. Y luego lo importante es atender tu propio jard¨ªn, saber qu¨¦ es tu jard¨ªn, qu¨¦ es lo que se ve y lo que no se ve, qu¨¦ es la riqueza. La riqueza es encontrar tu jard¨ªn, que est¨¦ sano, que en tu entorno haya una salud f¨ªsica y en las relaciones, que sepas decir que no, y volver a decir que no, y decirlo las veces que haga falta. Certezas cada vez tengo menos. Procuro estar m¨¢s abierto, m¨¢s flexible para leer las se?ales.
P. ?De ese bache c¨®mo sali¨®?
R. Hay dos herramientas que me acompa?an desde entonces. Una es la meditaci¨®n, y otra la pintura, que b¨¢sicamente es lo mismo. Medito mucho, pinto mucho, convierto mi trabajo en algo que pase por las manos, pinto, ordeno mi casa, limpio mi ba?o, cojo la bicicleta, voy a por el pan¡ Procuro que mi vida se parezca a lo que yo entiendo que es una vida real.
P. ?Interpretar a Berl¨ªn desde 2017 no le ha atado demasiado?
R. El personaje narrativamente es un regalo incre¨ªble. Hasta hoy el v¨¦rtigo era el compromiso energ¨¦tico, pero en t¨¦rminos creativos no me ha generado ninguna duda. Y mientras he publicado una novela, he sido productor, he escrito una serie de no ficci¨®n, he viajado lo m¨¢s grande, vivo sencillamente, sigo escribiendo no ficci¨®n, quiero escribir un guion... Hay actores que dicen, yo quiero cosas diferentes. Pues yo no, yo lo que quiero es que tenga chicha. Lo de demostrar que eres muy vers¨¢til no es mi prioridad. No es mi obsesi¨®n demostrar nada. Me interesa la comunicaci¨®n, me encanta. Ojal¨¢ pueda seguir encontrando el hueco para seguir creciendo y renovando. Lo otro¡ Todo puede caer en manos del ego, pero yo no quiero demostrar, yo quiero aprender y evolucionar.
P. Si pudiera volver al pasado y se encontrara con el Pedro Alonso que ten¨ªa treinta y pocos y pensaba que su carrera se hab¨ªa terminado, ?qu¨¦ le dir¨ªa?
R. [Piensa un largo rato] Le dir¨ªa que tiene que tener amor a uno mismo. No lo hubiese entendido seguramente. F¨ªjate, lo digo y me emociono. Mucho de lo que hacemos no es por nosotros, es porque quiero que me quieran, porque pienso que est¨¢ bien¡ vivimos la vida por v¨ªa interpuesta, y eso es falta de autoestima. Hay que aprender a quererse, y a querer lo que hay escondido en esa monta?a de ideas aprendidas, creencias, aspiraciones, ambiciones, que no son de uno. Descubrir qui¨¦n est¨¢ ah¨ª debajo de esa monta?a de escombros y decirle ¡°yo te quiero y haz lo que te d¨¦ la gana para ti¡±. Por eso el relato del ¨¦xito es algo que yo racionalizo mucho porque el ¨¦xito es una proyecci¨®n de lo que se supone que es el ¨¦xito. Yo agradezco esta cosa propicia y que esto lo vea gente, pero esto no es el ¨¦xito, es una entelequia. Yo le dir¨ªa, ¡®?qui¨¦n eres? Qui¨¦rete¡¯.
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