En Nochebuena solo nos camela Camela

Excepto porque los que viven con el m¨®vil en la mano no despotricaron de ella en Twitter, sino en X, la Nochebuena televisiva ha sido exactamente igual que todas las Nochebuenas televisivas de las que esta que escribe tiene memoria. Las cadenas han perge?ado un modelo que en vista de la falta de variaciones parece funcionarles de perlas, pero ofrece menos emoci¨®n que la retransmisi¨®n del 12-1 a Malta con la que nos deleit¨® el jueves Teledeporte para conmemorar su 40? aniversario. Hab¨ªa tan pocas posibilidades de que Se?or no marcase el duod¨¦cimo gol de la selecci¨®n como de que esta noche no nos encontr¨¢semos con Raphael, Alaska o Ana Mena durante alg¨²n zapeo.

TVE sigue siendo la ¨²nica que pone carne en el asador. Treinta y tres ediciones lleva Telepasi¨®n acudiendo fiel a su cita. Bendito sea el esfuerzo, es el ¨²nico programa de la noche que nos ayuda a diferenciar un a?o de otro ¡ªy adem¨¢s nos permiti¨® descubrir en sus primeras ediciones la fascinante faceta crooner de Pedro Piqueras¡ª. La p¨¦rdida de peso de la cadena p¨²blica se evidencia en lo dif¨ªcil que resulta cada a?o reconocer a los participantes. No merece la pena hacer sangre, a Telepasi¨®n hay que valorarlo siempre por el entusiasmo de sus protagonistas, el esfuerzo de los departamentos de vestuario y realizaci¨®n y sobre todo por arreglos como los que nos ha regalado el elenco de La promesa bailando a ritmo de Sonia y Selena: ¡°Cuando llega la tarde las series me enamoran, yo quiero bailar en Nochebuena, yo quiero bailar en La promesa¡±. Va a ser complicado volver a tomarse en serio a los marqueses de Luj¨¢n.

No han faltado tampoco en el Ente las ya habituales dos galas de artistas y sus amigos. Que siempre est¨¦ Raphael empieza a resultar sospechoso, pero si hay una teor¨ªa que defiende que todos los actores est¨¢n a seis grados de separaci¨®n de Kevin Bacon, por qu¨¦ no todos los cantantes espa?oles van a tener al de Linares en marcaci¨®n r¨¢pida. No rompamos el pacto de ficci¨®n.

Pablo L¨®pez y sus interminables canciones sin estribillo protagonizaron el primer especial. El exconcursante de Operaci¨®n Triunfo es un espect¨¢culo en s¨ª mismo, si sus pianos hablaran le pedir¨ªan una orden de alejamiento, ni Jerry Lee Lewis los ha maltratado con tanto ah¨ªnco. El sufrimiento con el que interpreta cada tema est¨¢ m¨¢s cerca de Marina Abramovic que del ligero espect¨¢culo pop que se le presupone. Aunque discurren en un segundo plano porque nadie en casa presta demasiada atenci¨®n a la programaci¨®n festiva, no conviene despistarse, estos especiales son la caja de bombones de Forrest Gump, lo mismo te toca un Sebasti¨¢n Yatra que te encuentras a Trevor Horn, uno de los productores m¨¢s influyentes de los ochenta, marc¨¢ndose un popurr¨ª de versiones de sus elegantes composiciones. Esta madrugada hemos escuchado a Horn y L¨®pez cantar Avalon, el cl¨¢sico de Roxy Music. Ha pasado, lo hemos visto.

Tras la angustia existencial de Pablo L¨®pez llegaron los verdaderos reyes de la noche. No dieron ning¨²n discurso, no los necesitan, tras dos acordes de Coraz¨®n indomable ya no estamos ante una mesa de copas de cava semivac¨ªas, peladillas arrinconadas en platitos de postre y concu?ados plastas, sino en la verbena m¨¢s feliz de Espa?a. Camela es un estado de ¨¢nimo, es sin¨®nimo de todo lo que est¨¢ bien en el mundo. Dejen de buscarle letra al himno espa?ol, mejor asumamos Cuando zarpa el amor como la ¨²nica canci¨®n que puede unirnos a todos. De Camela no basta un especial por sus 30 a?os en Nochebuena, se merece un programa diario que equilibre el pH de felicidad del pa¨ªs. ?ngeles y Dioni no necesitaban llamar a ning¨²n amigo ¡ªentre los muchos que pasaron por all¨ª estaban Alaska proclam¨¢ndose camelista, y Mar¨ªa Pel¨¢e elevando a los cielos Sue?os inalcanzables¡ª porque cantando con ellos est¨¢bamos todos.

Ver¨®nica Dulanto y Christian G¨¢lvez se encargaron de conducir en Telecinco el tradicional espacio contenedor de actuaciones grabadas, un cl¨¢sico de la noche m¨¢s especial del a?o, como se afanaba en repetir G¨¢lvez con un entusiasmo que imagino debe ser dif¨ªcil de fingir un lunes de marzo a las 10 de la ma?ana que es cuando suelen grabarse estas cosas. La cadena de Fuencarral se ha olvidado casi por completo de la m¨²sica en su parrilla, pero una noche al a?o desfilan ante sus c¨¢maras todos los artistas de Espa?a y parte del extranjero, casi literalmente. El a?o pasado, uno de los momentos m¨¢s memorables de la gala fue el protagonizado por el simpar Omar Montes, que exhort¨® a los espectadores a ¡°invertir en agua potable porque es un bien escaso y solo hay un tercio que se puede beber, puesto que el otro es del mar y no se puede beber¡±. Este a?o el IBEX 35 conten¨ªa el aliento expectante por saber ver sobre qu¨¦ bien de primera necesidad iba a proponer especular el de Pan Bendito, pero en un giro lostiano de los acontecimientos Montes recomend¨® leer sobre el estoicismo ¡°porque te ayuda a superar todo¡±. No tardaremos en descubrir que Montes es nuestro Tony Clifton, la broma genial del gran Andy Kaufman. Un d¨ªa se quitar¨¢ la careta y debajo estar¨¢n Miguel Noguera o Ignatius Farray o los dos muy apretaditos.

Antena 3, por su parte, no ha tenido ni que gastarse los cuartos en presentadores, ha llegado a final del a?o con tanta ventaja sobre sus competidores que ni ha comparecido, se ha limitado a meter en el reproductor la cinta con los mejores momentos de sus mejores programas y a tumbarse a esperar el Pedrochazo.

Los que hayan querido huir de los fastos de la noche m¨¢s especial para Christian G¨¢lvez han encontrado refugio en las hermanas menores de las grandes cadenas. Cuatro le ha dedicado un programa doble a Julia Roberts y ha emitido Notting Hill y Pretty Woman, y van casi 40 veces desde su estreno televisivo en TVE en enero de 1994, pero a ver qui¨¦n se cansa de H¨¦ctor Elizondo dando lecciones de protocolo: ¡°Cuatro puntas, carne¡±, me repito en todos los banquetes. La Sexta, por su parte, ha elegido inquietarnos. En la noche de las reuniones consangu¨ªneas por excelencia, de entre los miles de t¨ªtulos a su disposici¨®n han optado por Glimmer Man, en la que, seg¨²n reza sus sinopsis, el incombustible Steven Seagal ¡°debe atrapar a un peligroso asesino en serie llamado El hogare?o por su costumbre de asesinar a grupos familiares enteros¡±. Hay un programador en Atresmedia que esta noche necesitaba un abrazo.

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