L¨¢grimas de segunda categor¨ªa
Si lamentas las vidas no humanas que se perdieron en el incendio de Valencia habr¨¢ quien te acuse de ningunear a las personas, como si un dolor excluyese el otro; como si por sufrir por m¨¢s sufri¨¦ramos menos; como si el amor fuese finito y lo malgast¨¢semos en menudencias
Est¨¢n tan acostumbrados a que les haga re¨ªr que cuando Jon Stewart rompi¨® a llorar hubo quien se carcaje¨®. El presentador del aclamado The Daily Show ¡ªun referente por tantas bondades que no caben en esta columna, aunque no me resisto a citar una: descubrirnos a John Oliver, la persona que desde su Last Week Tonight garantiza la mejor media hora televisiva de la semana¡ª ha vuelto tras nueve a?os de ausencia para cubrir la carrera electoral estadounidense y no lloraba, aunque podr¨ªa haberlo hecho, por los datos de Trump en las primarias, se quebraba porque el d¨ªa antes hab¨ªa fallecido su perro Dipper. Stewart record¨® c¨®mo lo hab¨ªa conocido: hace una d¨¦cada particip¨® junto a sus hijos en la recaudaci¨®n de fondos para un refugio de animales y al final del d¨ªa alguien les present¨® a un precioso pitbull atigrado que hab¨ªa perdido una pata tras ser atropellado. Fue amor a primera vista. ¡°En un mundo de buenos chicos, t¨² fuiste el mejor¡±, dijo sin contener el llanto. Es un dolor dif¨ªcil de compartir, lo s¨¦ bien, vi el clip en la sala de espera del veterinario, despu¨¦s de que en una visita que se supon¨ªa rutinaria a mi gato Pach¨ªn le diagnosticasen un linfoma, y las l¨¢grimas de Stewart se mezclaron con las que yo conten¨ªa mientras me hablaban sin que escuchase sobre quimioterapia y protocolos no invasivos.
Jon Stewart remembers his best boy, Dipper. pic.twitter.com/S8p4nuOFZ5
— The Daily Show (@TheDailyShow) February 27, 2024
Si no hubiese un regidor por medio, apuesto a que alguien del p¨²blico habr¨ªa gritado: ¡°?hey, Jon y qu¨¦ pasa con las personas!¡±. Los que consideramos familia a nuestros animales siempre estamos bajo sospecha. Si lamentas las decenas de vidas no humanas que se perdieron en el incendio de Valencia siempre habr¨¢ quien te acuse de ningunear a las personas, como si un dolor excluyese el otro; como si por sufrir por m¨¢s sufri¨¦ramos menos; como si el amor fuese finito y lo malgast¨¢semos en menudencias. Adem¨¢s de apenarnos debemos pasar una rev¨¢lida moral.
Viendo las im¨¢genes del rescate muchos nos plante¨¢bamos qu¨¦ habr¨ªamos hecho con nuestros animales. Una amiga que vive en un noveno se preguntaba si ser¨ªa una locura comprar cuerda para bajarles por la fachada en caso de cat¨¢strofe. No es un desvar¨ªo mayor que los que yo barrunt¨¦ mientras segu¨ªa la angustiosa cobertura. Habr¨¢ quien minimice nuestra angustia e incluso quien crea que nuestras l¨¢grimas son de segunda categor¨ªa, aunque nuestro dolor sea de primera.
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