Bola?os, encantado de haberse conocido
El desvar¨ªo de este hombre es tan escandaloso, anfetam¨ªnico y pat¨¦tico que hasta los guionistas de ¡®El intermedio¡¯, tan obsesivamente dedicados a la satirizaci¨®n de la fachosfera, necesitan re¨ªrse y burlarse de esa delirante autofelicitaci¨®n
Leonard Cohen hablaba en una preciosa canci¨®n de intentar ser libre como un p¨¢jaro en el alambre, como un borracho en el coro de medianoche. Tuve sensaci¨®n de lo ¨²ltimo al escuchar en su discurso p¨²blico a un individuo de apariencia entre gris¨¢cea y curil, pero progresivamente aguerrido por la certeza prepotente que debe otorgar el poder, que adem¨¢s de estar muy contento por la aprobaci¨®n de la amnist¨ªa, tambi¨¦n se felicitaba a s¨ª mismo por su propio ¨¦xito. Creo que este se?or es ministro de la sabia y ecu¨¢nime Justicia. Y digo, algo alarmante est¨¢ ocurriendo en su cerebro cuando celebra su ego trip ante todo Dios, teniendo en cuenta que un tiempo atr¨¢s aseguraba fervorosamente lo contrario respecto a la amnist¨ªa. Pero su jefe supremo en el tinglado ya aclar¨® que las mentiras no existen, que s¨®lo se trata de sensatos y realistas cambios de opini¨®n pensando en el supremo bien de la Naci¨®n.
El desvar¨ªo de este hombre es tan escandaloso, anfetam¨ªnico y pat¨¦tico que hasta los guionistas de El intermedio, tan obsesivamente dedicados a la satirizaci¨®n de la fachosfera, necesitan re¨ªrse y burlarse de esa delirante autofelicitaci¨®n. Lo que no me parece nada c¨®mico, sino tirando a f¨¦tido, es que entre los numerosos amnistiados pueda estar una muy extensa familia que se enriqueci¨® il¨ªcitamente durante infinito tiempo a costa de aquel gansteril 3% que denunci¨® hace tanto tiempo aquel pol¨ªtico con personalidad y voz seductora llamado Pasqual Maragall. Al final resultar¨¢ que la fortuna corle¨®nica de los Pujol ven¨ªa de una herencia familiar que recibieron en Andorra. Y por supuesto que eran los m¨¢s patriotas. Todo es posible en nombre del sagrado progresismo.
Pero el sarcasmo desaparece y da paso a la ira retrospectiva ante lo que narra Jordi ?vole en su programa sobre el 11-M. Hubo embustes viles de los gobernantes sobre la autor¨ªa de aquella salvajada para intentar alargar su imperio en las elecciones que se iban a celebrar d¨ªas despu¨¦s. Qu¨¦ grima volver a ver el careto y escuchar las palabras de tantos maniobreros poderosos. ?Y los muertos? No sabemos sus nombres. Viv¨ªan en la periferia, se levantaban antes del amanecer para buscarse la vida o la supervivencia en Madrid. La inmensa mayor¨ªa deb¨ªan de ser pobres y an¨®nimos. Es f¨¢cil olvidarlos. Como a la multitud de criaturas masacradas en Gaza. ?Qui¨¦n fue el idealista o el ingenuo que aseguraba que los ni?os y los d¨¦biles deber¨ªan de ser los primeros en ser salvados cuando llegaba el naufragio? No hay leyes ni compasi¨®n. S¨®lo fuerza.
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