Eugenio Monesma y el rinc¨®n para pensar
Lo mejor en esta vida es lo que no se pone nunca de moda. Es liberador tener rincones solo para descubrir algo nuevo sin esperar r¨¦ditos intelectuales ni sociales
Hace unos dos a?os me dio por empezar a tirar de hemeroteca y leer, sin orden ni concierto, prensa de principios del pasado siglo. No sabr¨ªa decir por qu¨¦. Confirmo no obstante la reducci¨®n de vocabulario que sufrimos. Cada p¨¢gina de aquellos peri¨®dicos es un cementerio de vocablos en desuso para nombrar objetos, conceptos y situaciones que ya no transitan la palabra escrita. Algunas han sido centrifugadas por vocablos multiuso. Otras, sustituidas por anglicismos innecesarios. Y un tercer grupo pertenece al de objetos e ideas que ya nadie sabe que existieron.
En este mismo peri¨®dico, en fecha mucho m¨¢s moderna, le¨ª el verbo ¡°aventar¡±. ?Hace cu¨¢nto que no lo escuchan ustedes? Palabras como guirlache, acerico, almirez, rodete, barragana, gomoso, tarasca, faltriquera, sansirol¨¦, zanguango, l¨¦gamo, empingorotado¡ todas de la manita camino del olvido. Hemos sido (culturalmente) ricos, pero elegimos ser pobres (de esp¨ªritu), vaya usted a saber por qu¨¦. Puso Delibes en boca del ficticio Mateo Lesmes, que ¡°el hombre actual se limitaba a conservar los monumentos del [mundo] antiguo, y ¨²nicamente levantaba teatros, caf¨¦s y otros lugares de esparcimiento con una ra¨ªz exclusivamente material¡±. Algo de raz¨®n ten¨ªa el maestro de La sombra del cipr¨¦s es alargada a tenor del ocio que vivimos (ropa barata para ir a restaurantes caros en los que sacar fotos a la comida que otros han de ver que podemos permitirnos).
Frente a tan cenizo personaje se encuentra con que un director como Eugenio Monesma supera el mill¨®n y medio de suscriptores en YouTube. Este realizador ha cogido (por consejo de su hijo, me dicen) sus cientos de documentales sobre oficios, folclore, y tradiciones, y los ha subido a redes y a YouTube. Me alegra y sorprende a que cada poco tiempo salga en alguna conversaci¨®n que alg¨²n amigo o conocido se ha parado a ver alguno de sus documentales, igual que cada poco me cruzo con alg¨²n fan de Melod¨ªas pizarras. Lo mejor en esta vida es lo que no se pone nunca de moda. Es liberador tener rincones solo para descubrir algo nuevo sin esperar r¨¦ditos intelectuales ni sociales. Es tan necesario como parar en alg¨²n momento del d¨ªa, respirar y pensar.
Hay demasiada gente en el mundo que quiere que no nos sentemos nunca a ello. Son los mismos que nos roban las palabras y, con ellas, las respuestas a la pregunta de: ¡°?Qui¨¦n soy y a qu¨¦ hab¨ªa venido yo aqu¨ª?¡±.
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