¡®La mujer en la pared¡¯, la impiedad humana
La realidad supera, una vez m¨¢s, a la ficci¨®n. En 2013 el primer ministro de Irlanda, Enda Kenny, pidi¨® perd¨®n por las d¨¦cadas de estigma y las duras condiciones de las llamadas ¡°lavander¨ªas de las Magdalenas¡±
Con la contemplaci¨®n de La mujer en la pared se confirman, cuando menos, dos cosas: que la BBC sigue siendo una de las mejores productoras de series de televisi¨®n y que una parte de la Iglesia Cat¨®lica es responsable de las mayores crueldades imaginables. Sobre la calidad de la serie basta con verla y apreciar la extraordinaria interpretaci¨®n de Ruth Wilson, su protagonista, y la sobria realizaci¨®n y producci¨®n en un peque?o pueblo costero irland¨¦s del Condado de Galway.
Sobre las atrocidades de una parte de la Iglesia Cat¨®lica, la serie informa con amplia minuciosidad c¨®mo era la vida cotidiana de una de las seis ¡°lavander¨ªas de la Magdalena¡± que existieron en Irlanda hasta mediados de los a?os noventa, una de las cuales estaba en el pueblo de nuestra protagonista, una instituci¨®n que regentaban monjas cat¨®licas y en la que trabajaban en un r¨¦gimen de esclavitud las j¨®venes madres solteras o lo que se consideraba ¡°mujeres desviadas¡±. Pero la crueldad no s¨®lo era la relaci¨®n laboral. Cuando las j¨®venes par¨ªan les eran arrebatados sus hijos al nacer, que posteriormente eran vendidos al mejor postor.
Todo esto puede parecer una monstruosidad de la calenturientas mentes de Joe Murtagh y Jamie Hannigan, los guionistas de los seis cap¨ªtulos de La mujer en la pared que exhibe SkyShowtime (tambi¨¦n en Movistar Plus+), pero la realidad supera, una vez m¨¢s, a la ficci¨®n. En 2013 el primer ministro de Irlanda, Enda Kenny, pidi¨® perd¨®n por las d¨¦cadas de estigma y las duras condiciones de las llamadas ¡°lavander¨ªas de las Magdalenas¡±, un sistema de asilos que fueron dirigidos por monjas cat¨®licas, donde se forzaba a las mujeres a realizar trabajos f¨ªsicos duros. Unas 10.000 mujeres j¨®venes, muchas de ellas madres solteras, fueron detenidas y forzadas a trabajar en estas instituciones que comenzaron a operar en la d¨¦cada de 1920 e incluso segu¨ªan vigentes en los noventa, seg¨²n un informe del gobierno que recogi¨® en su d¨ªa la BBC.
En La mujer en la pared, el personaje interpretado por Ruth Wilson fue una de las v¨ªctimas de las monjas y su constancia, en colaboraci¨®n con el inspector de Dubl¨ªn interpretado por Daryl McCormack, en la b¨²squeda de su arrebatada hija treinta a?os atr¨¢s es la que consigue desvelar la crueldad de una instituci¨®n eclesi¨¢stica que contaba con la colaboraci¨®n del Gobierno. Una m¨¢s que notable serie que, adem¨¢s, permite conocer mejor la impiedad a la que puede llegar el ser humano.
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