El placer del trabajo ensimismado
No s¨¦ si esta inclinaci¨®n m¨ªa se parecer¨¢ a la de los abuelos que miran las obras, pero siento un gran placer al asomarme al trabajo concentrado de alguien
Uno de los muchos placeres que regala el documental de Laurent Bouzereau sobre John Williams (La m¨²sica de John Williams, Disney+) es contemplar al maestro manoseando partituras y lament¨¢ndose de que nunca aprendi¨® a trabajar con ordenadores. Dice Williams que sus colegas m¨¢s j¨®venes ahorran mucho tiempo con programas inform¨¢ticos que transcriben las notas a la partitura desde el piano. ?l trabaja como los compositores cl¨¢sicos, escribiendo una a una las notas sobre el pentagrama con un l¨¢piz afilado. No hay fetichismo en su gesto. Simplemente, dice, no ha tenido tiempo de aprender nuevas t¨¦cnicas porque siempre est¨¢ componiendo algo. Lo corrobora su hija, que ha visto a su padre trabajar todos los d¨ªas de su vida.
No s¨¦ si esta inclinaci¨®n m¨ªa se parecer¨¢ a la de los abuelos que pasan la ma?ana mirando una obra, pero siento un gran placer al asomarme al trabajo apasionado y concentrado de alguien. Me gustar¨ªa sentarme en una esquina del estudio de Williams, muy callado y quieto, y espiarle toda la ma?ana mientras ensaya melod¨ªas y las escribe en papel pautado y luego pasa una goma de borrar sobre los compases que no le convencen. Me emociona mucho esa mezcla de pasi¨®n y calma que transmite el trabajo embebido de quien vive entregado a su oficio. Un destello de verdad que ilumina el misterio de la vida humana se confunde en esas escenas con el sol que entra por la ventana.
Algo parecido se puede sentir en El taller de Rubens, la exposici¨®n que el Prado dedica al obrador del pintor, con una r¨¦plica del espacio. Se adivinan la concentraci¨®n, la entrega, la felicidad del ensimismamiento que da el trabajo en s¨ª, el puro hacer, sin esperar el resultado o el juicio del p¨²blico. En otro documental, Wise Guy: Los Soprano por David Chase (quiz¨¢ el mejor documental sobre televisi¨®n del a?o), el creador de Los Soprano cuenta que tuvo que reescribir el final del personaje de la madre de Tony. Estaba previsto que muriese, pero la actriz, Nancy Marchand, le pidi¨® que no la echara de la serie: ten¨ªa c¨¢ncer con met¨¢stasis y no soportaba irse a morir a su casa, quer¨ªa seguir trabajando todo lo que el cuerpo le diera de s¨ª.
Quiz¨¢ sea dif¨ªcil de entender esta pasi¨®n artesana y humilde en estos tiempos tan desconfiados con las vocaciones y la ambici¨®n, pero a m¨ª me sigue inspirando esa persistencia de caminante que no quiere que el camino llegue a ning¨²n sitio.
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