¡®Un hombre infiltrado¡¯: misterioso robo en la residencia
No es de extra?ar que las residencias de ancianos aparezcan cada vez con m¨¢s frecuencia en la ficci¨®n. La culpabilidad de quienes los llevamos all¨ª y la soledad y la vulnerabilidad de los que se quedan aterran m¨¢s que cualquier monstruo
Eso de que con el tiempo te acabas convirtiendo en padre de tus padres es una falacia. Jam¨¢s he pensado en la maternidad, pero la imagino esperanzadora, un proyecto a largo plazo; cuidar a tus padres es justo lo opuesto. Los informativos hacen reportajes sobre el primer d¨ªa de colegio, los ni?os lloran y los padres tragan saliva e inmortalizan el momento, el orgullo aten¨²a la sensaci¨®n de abandono. El d¨ªa que llevas a tus padres a una ...
Eso de que con el tiempo te acabas convirtiendo en padre de tus padres es una falacia. Jam¨¢s he pensado en la maternidad, pero la imagino esperanzadora, un proyecto a largo plazo; cuidar a tus padres es justo lo opuesto. Los informativos hacen reportajes sobre el primer d¨ªa de colegio, los ni?os lloran y los padres tragan saliva e inmortalizan el momento, el orgullo aten¨²a la sensaci¨®n de abandono. El d¨ªa que llevas a tus padres a una residencia no hay fotos ni orgullo, s¨®lo desaz¨®n y remordimiento. No es de extra?ar que las residencias de ancianos aparezcan cada vez con m¨¢s frecuencia en la ficci¨®n, la culpabilidad de quienes los llevamos all¨ª y la soledad y la vulnerabilidad de los que se quedan aterran m¨¢s que cualquier monstruo.
En 2020, El agente topo represent¨® a Chile en los Oscar. Su directora Maite Alberdi ten¨ªa en mente un documental sobre la actividad de los detectives privados, pero el azar le puso delante un hueso m¨¢s apetecible: la investigaci¨®n real de un esp¨ªa amateur. El octogenario Sergio Chamy se infiltraba en una residencia para averiguar si los residentes sufr¨ªan maltrato. A ver qui¨¦n, a falta de un Sergio, no ha deseado instalar un sofisticado sistema de espionaje para comprobar c¨®mo tratan realmente a esos seres que con frecuencia son narradores tan poco fiables de sus propias desventuras.
Un material tan potente no pas¨® desapercibido a Michael Schur ¡ªresponsable de la reconfortante The Good Place¡ª que lo transform¨® en serie y eligi¨® a Ted Danson para emular a Sergio. Danson resulta excesivamente jovial para el papel, pero lo olvidas en cuanto empieza a desfilar por la pantalla un grupo de secundarias exquisitas. Ah¨ª est¨¢n la Ver¨®nica Cartwright que escup¨ªa cerezas en Las brujas de Eastwick, la abnegada secretaria de La ley de Los ?ngeles Susan Ruttan y la elegante Margaret Avery de El color p¨²rpura.
La serie de Netflix sustituye la sospecha de maltrato por un robo, no permite que permeen ninguno de los miedos que albergamos quienes visitamos regularmente esos edificios tan aterradores a pesar de su impostado aire hogare?o. Lo ¨²nico que eriza la piel es pensar en la factura que abonan esas personas por un establecimiento tan distinguido. Lo primero que aprendes cuando buscas la mejor residencia que puedas pagar es que lo peor no es ser anciano y dependiente, es ser anciano, dependiente y sin recursos. Pero Un hombre infiltrado no busca la denuncia social; es una serie de sonrisas, un poco de az¨²car que envuelve una realidad tan dif¨ªcil de tragar.