¡®D¨ªa cero¡¯, Robert De Niro contra la corrupci¨®n pol¨ªtica
Decir que a sus 82 a?os el actor demuestra su maestr¨ªa interpretativa es una obviedad, pero ofrecerle un papel en el que desde la honestidad deber¨¢ enfrentarse a los pol¨ªticos corruptos es un acto de justicia social

Son tiempos dif¨ªciles y Eric Newman, el responsable de la serie D¨ªa cero, lo sabe. Existen pol¨ªticos con poder que consideran que la ¨²nica forma de controlarlos es aplicar mano dura a la ciudadan¨ªa, recortar los derechos civiles, una f¨®rmula que los estadounidenses est¨¢n comprobando en la actualidad. La ficci¨®n permite una vuelta de tuerca: la naci¨®n sufre un ataque inform¨¢tico por el que todo el territorio sufrir¨¢ un apag¨®n total durante un minuto.
El resultado es 3.402 muertos y la demostraci¨®n de que el poderoso pa¨ªs es fr¨¢gil en su seguridad. Es el tiempo de la demagogia. La Casa Blanca crea una comisi¨®n especial para averiguar qui¨¦nes han sido los responsables del ataque y ofrece encabezarla a George Mullen, un respetado expresidente de EE. UU. que, adem¨¢s, est¨¢ interpretado por uno de los grandes actores: Robert De Niro.
Decir que a sus 82 a?os demuestra su maestr¨ªa interpretativa es una obviedad, pero ofrecerle un papel en el que desde la honestidad deber¨¢ enfrentarse a los pol¨ªticos corruptos es un acto de justicia social. No hace mucho el propio De Niro calific¨® a Donald Trump de ser ¡°un payaso empe?ado en destruir la democracia estadounidense¡±.
Los guionistas de D¨ªa cero (Netflix) no dan puntadas sin hilo en sus seis cap¨ªtulos. Uno de los malvados personajes de la trama es una magnate de las nuevas tecnolog¨ªas a la que, todo hay que decirlo, ning¨²n ¡°payaso¡± latinoamericano le regal¨® una motosierra para cercenar puestos de trabajo. A su capacidad de an¨¢lisis habr¨¢ que a?adir un evidente dominio del oficio.
La historia se desarrolla con un crescendo ejemplar. Los personajes secundarios, desde el presidente de la C¨¢mara de Representantes, el director de la C.I.A. o la hija de Mullen, se adec¨²an perfectamente a ese incremento en el suspense de la acci¨®n hasta el desenlace final. Y, ya que se habla de pol¨ªticos corruptos que menos que se?alar la l¨²cida mirada de Javier Mar¨ªas que hace ya ocho a?os dej¨® escrito en este diario a prop¨®sito de Donald Trump: ¡°¡ se trata de un sujeto muy enfermo que deber¨ªa ser curado de sus adicciones, la mayor de las cuales es sin duda su necesidad de hiperactividad p¨²blica, de tener las miradas puestas en ¨¦l permanentemente, de no dejar pasar una hora sin proporcionar sobresaltos y titulares, provocar acogotamientos y enfados, crisis diplom¨¢ticas y tambaleos del mundo¡±. Am¨¦n.
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