El debate vicepresidencial que no cambi¨® nada
El equipo republicano moder¨® much¨ªsimo a J. D. Vance. Se esperaba a un candidato vicepresidencial mucho m¨¢s visceral, parecido a Trump
El pasado 10 de septiembre, el debate entre Harris y Trump se convirti¨® en una batalla por el relato, en el que el expresidente siempre fue por detr¨¢s, a la defensiva y enfadado. El suyo era un mensaje tosco, en comparaci¨®n con una candidata que sab¨ªa qu¨¦ decir y c¨®mo decirlo, para sacar a Trump de sus casillas.
Los golpes de Trump parec¨ªan viejos y previsibles. Los de Harris, m¨¢s frescos y eficaces. Su estrategia fue la ganadora y, aunque los debates no son un elemento definitivo para casi ninguna campa?a, su actuaci¨®n mostr¨® el liderazgo de la candidata y consigui¨® reafirmar la ola Kamala que hab¨ªa en ese momento entre los votantes dem¨®cratas.
El debate de ayer entre los vicepresidentes a¨²n era menos importante para las elecciones. De hecho, el ¨²nico riesgo era cometer errores y convertirse en meme (como le pas¨® a Trump en el debate presidencial). En este caso, en un debate vicepresidencial, no se puede ganar, solo perder, y lo m¨¢s l¨®gico y normal es un empate que no importe a nadie. Sin embargo, hay algunas caracter¨ªsticas del debate de anoche que hay que tener en cuenta.
En primer lugar, cabe destacar que el equipo republicano moder¨® much¨ªsimo a J. D. Vance. Se esperaba a un candidato vicepresidencial mucho m¨¢s visceral, parecido a Trump. En cambio, se mostr¨® dialogante y, por momentos, afable. Es un cambio al que no nos tiene acostumbrados y, obviamente, lo hab¨ªa preparado as¨ª, igual que prepar¨® las potenciales preguntas m¨¢s controvertidas, como por qu¨¦ atacaba a Trump hace unos a?os y ahora es su candidato a vicepresidente. Quiz¨¢ su peor momento fue cuando le preguntaron si Trump perdi¨® las elecciones de 2020 y obvi¨® la cuesti¨®n. Sin embargo, esa reacci¨®n se ha vuelto la norma entre los republicanos y no regal¨® una respuesta viralizable, lo que seguramente era su objetivo.
En segundo lugar, que Tim Walz no estuvo tan bien como era de esperar. No significa que estuviera mal porque, de nuevo, el objetivo era no perder y as¨ª lo hizo, pero no logr¨® la percepci¨®n de ser un gran l¨ªder que se diferenciara del resto y, especialmente, de su rival. Le cost¨® entrar y le cost¨® mostrarse como una persona com¨²n, que es como se le percibe habitualmente y una de las razones por la que le nombraron candidato vicepresidencial.
En tercer lugar, la moderaci¨®n y el di¨¢logo fueron lo m¨¢s destacado. Y eso es una novedad. Ambos contendientes usaron las palabras acuerdo, estoy de acuerdo o no estoy en desacuerdo m¨¢s de una docena de veces. Que sucediera en medio de una de las elecciones m¨¢s polarizadas de la historia es casi un milagro que muestra que no todo est¨¢ perdido en la pol¨ªtica. Esa muestra de moderaci¨®n, eso s¨ª, es un punto a favor de la campa?a republicana, puesto que Trump es quien tiene la mayor necesidad de ella despu¨¦s de la actuaci¨®n en el debate anterior.
En cuarto lugar, ayer pudimos asistir a un debate normal. Y eso, en los Estados Unidos de 2024, es un hecho a destacar. Este era el tercer debate de estas elecciones. Si en un primer debate lo m¨¢s recordado fue la debacle de Joe Biden en directo, y, en un segundo debate, lo m¨¢s memorable fue la inveros¨ªmil historia de los perros y gatos devorados por inmigrantes en Springfield, en palabras de Trump, de este debate no hay nada a recordar espec¨ªficamente. Volvemos a un debate corriente, en el que no sucede nada, del que nadie recordar¨¢ nada, y que no producir¨¢ efectos significativos en el voto.
El de anoche fue el ¨²ltimo debate de estas elecciones y, por tanto, la ¨²ltima ocasi¨®n para dirigirse a un p¨²blico amplio a trav¨¦s de la televisi¨®n. Sin embargo, no fue un gran debate televisivamente hablando. Tan solo destac¨® por ser el m¨¢s normal de los debates y por mostrar que se puede hablar de pol¨ªtica estadounidense sin decir barbaridades y sin atacarse personalmente. Del debate nadie se acordar¨¢. Esperemos que, al menos, esa sensaci¨®n s¨ª se recuerde.
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