La licencia de conducir para los indocumentados se suma a la falacia sobre el fraude electoral
En m¨¢s de la mitad de los Estados los migrantes deben decidir entre superar el miedo a ser detenidos por conducir ilegalmente o no acudir a trabajar ni llevar a los ni?os a la escuela o el m¨¦dico
Evitar un supuesto fraude electoral ha sido un discurso recurrente de los republicanos para anular votos que, seg¨²n ellos, habr¨ªan emitido migrantes sin estatus de ciudadanos. A pesar de que es un supuesto que la realidad desmiente, es tambi¨¦n una de las razones que esgrimen quienes se oponen a conceder una licencia de conducir a los migrantes indocumentados. En un pa¨ªs donde no existe una tarjeta de identidad federal, este permiso cubre esa funci¨®n y se acepta para acudir a ejercer el derecho al voto en los Estados que requieren identificaci¨®n antes de votar. Los defensores del derecho a la licencia para los migrantes argumentan que el supuesto fraude no se cometer¨ªa porque para votar es obligatorio registrarse, algo reservado solo para los ciudadanos, y los permisos de conducir que se conceden a los indocumentados suelen tener un distintivo que los anula como forma de identificaci¨®n federal, necesaria tambi¨¦n para embarcar a un avi¨®n, entrar a un edificio federal o usar en un tribunal.
En general, las licencias para conducir son de dos tipos: las que sirven como identificaci¨®n real y las que no, como son las reservadas a los migrantes indocumentados. Adem¨¢s, acudir a las urnas y que el migrante se arriesgue a revelar que es un indocumentado no parece una opci¨®n muy atractiva. ¡°Nunca se me ocurrir¨ªa votar. Definitivamente, es un riesgo alto¡±, afirma Claudia Rosales, directora del Centro de Trabajadores de Pioneer Valley, en Massachusetts.
Salvadore?a de 36 a?os, Rosales es uno de los migrantes beneficiados por la reciente ley de ese Estado que permite que los indocumentados obtengan una licencia de conducir. Ella lleg¨® al pa¨ªs hace 14 a?os y el permiso le ha cambiado la vida. ¡°No pod¨ªa llevar a mis hijos a la escuela, al m¨¦dico, ir al trabajo. Hubo ocasiones que no fui a trabajar porque ten¨ªa miedo de que me quitaran el coche¡±, recuerda. Dos veces le pas¨®. Una de ellas viajaba con su beb¨¦ cuando la par¨® la polic¨ªa y le pidi¨® el permiso de conducir que no ten¨ªa. Le quitaron el coche y la dejaron tirada en la carretera con el beb¨¦. Tuvo que pedir ayuda a un amigo para que recuperara el veh¨ªculo, tras previo pago de la multa. Y tuvo suerte. Al menos no le preguntaron por su documentaci¨®n, como le pas¨® a un conocido que pas¨® por la misma situaci¨®n y acab¨® deportado.
¡°Cualquier arresto puede acabar en las manos de las agencias migratorias y hemos visto much¨ªsima gente que termina deportada simplemente por conducir sin licencia¡±, afirma Laura Rotolo, abogada de la Uni¨®n Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en ingl¨¦s) de Massachusetts, quien particip¨® en la defensa para conseguir el derecho en ese Estado, una lucha que llev¨® 20 a?os.
Rosales pas¨® seis a?os trabajando en el campo y ahora se dedica a ayudar a los migrantes indocumentados como ella, el grupo demogr¨¢fico m¨¢s vulnerable y objetivo de la amenaza de una deportaci¨®n masiva si el candidato republicano Donald Trump sale vencedor de las elecciones.
La etiqueta de ¡°indocumentados¡±, sin embargo, no es muy rigurosa, pues la mayor¨ªa tienen documentos, solo que de otros pa¨ªses que no son Estados Unidos. Para obtener la licencia de conducir deben presentar alg¨²n tipo de documentaci¨®n, como un certificado de nacimiento o un pasaporte de su pa¨ªs y un certificado de residentes, que puede ser un recibo de alg¨²n servicio contratado, como la electricidad o el agua.
Rotolo explica que con la concesi¨®n del permiso sin importar el estatus migratorio aumenta la seguridad. ¡°Los que tienen licencia han aprobado dos ex¨¢menes, uno escrito y uno pr¨¢ctico, conocen las reglas, conocen los s¨ªmbolos de la calle, las rutas y han comprobado que pueden conducir y que tambi¨¦n est¨¢n en el sistema. Si hay un accidente, la polic¨ªa los puede identificar¡±, explica. ¡°Muchos departamentos de la polic¨ªa lo apoyaron porque para ellos es mucho m¨¢s conveniente que no est¨¦n conduciendo ilegalmente¡±, a?ade. Adem¨¢s, pueden contratar un seguro de accidentes, que es obligatorio, pero no se puede obtener sin la licencia. Rosales cuenta que durante seis a?os se sent¨® al volante sin el permiso, con un seguro a nombre de un amigo y el miedo a que la detuvieran.
Wisconsin, uno de los siete Estados clave en las elecciones, pertenece al grupo de los que no lo permiten. Erin Barbato, directora del Curso de Justicia para Inmigrantes de la Universidad de Derecho de Wisconsin asegura que con el documento ¡°evitar¨ªan el contacto con las autoridades en relaci¨®n a la licencia de conducir¡±. ¡°Debido a que el transporte p¨²blico no est¨¢ disponible en todo el Estado, muchos inmigrantes indocumentados, especialmente en ¨¢reas rurales, deben conducir para llegar a sus lugares de trabajo¡±, explica. Recientemente, el Gobierno del dem¨®crata Tony Evers pidi¨® conceder las licencias a los inmigrantes indocumentados, un intento que la legislatura estatal, controlada por los republicanos, ha paralizado.
En la actualidad hay 19 Estados m¨¢s el Distrito de Columbia que tienen una legislaci¨®n que contempla ese derecho. Las caracter¨ªsticas y requisitos son diferentes entre ellos, pues la reglamentaci¨®n sobre el permiso de conducir es competencia estatal, y son los gobernados por dem¨®cratas los que tienden a apoyarlo.
Tim Walz, entre sus defensores
Uno de sus defensores es precisamente el gobernador de Minnesota y candidato a la vicepresidencia, Tim Walz, que lo aprob¨® el a?o pasado en su Estado. ¡°Estoy orgulloso de poder finalmente convertirlo en ley, haciendo que nuestras carreteras sean m¨¢s seguras y acerc¨¢ndonos a nuestro objetivo de hacer de Minnesota el mejor Estado para formar una familia para todos¡±, afirm¨® en esa ocasi¨®n.
Otros Estados, que ya contaban con alg¨²n tipo de permiso, han suavizado las condiciones para facilitarlo. Desde marzo del pr¨®ximo a?o, los migrantes indocumentados que viven en Colorado ya no tendr¨¢n que esperar dos a?os como residentes para solicitarlo, seg¨²n la ley aprobada en junio. Tampoco ser¨¢ necesario que presente un n¨²mero de la seguridad social ni que justifiquen haber realizado la declaraci¨®n de impuestos.
En Illinois, el cambio ha sido para que las licencias de conducir, que desde 2013 se permit¨ªan a los indocumentados, sirvan como identificaci¨®n, equipar¨¢ndolas con las del resto de los ciudadanos. Con la desaparici¨®n del rect¨¢ngulo morado con la inscripci¨®n TVDL (Licencia de conducir temporal para visitantes, por sus siglas en ingl¨¦s) abrir una cuenta en el banco, por ejemplo, ya no les estar¨¢ vetado. Adem¨¢s, elimina el estigma de ser ¡°indocumentado¡±, como dejaba entrever la tarjeta anterior.
Aunque las legislaciones se aprobaron con el objetivo de aumentar la seguridad en las carreteras hay estudios que prueban otros beneficios. Una investigaci¨®n de la Universidad de Washington en St. Louis muestra que, indirectamente, estas leyes favorecen la salud de las madres inmigrantes y sus beb¨¦s. Publicado por el Diario de la Salud y el Comportamiento Social, el estudio revel¨® que la posibilidad de obtener una licencia de conducir tiene un efecto positivo en el peso de los reci¨¦n nacidos de madres migrantes mexicanas y centroamericanas, un factor determinante del desarrollo de los ni?os y de la salud a largo plazo. Asimismo, mostr¨® un descenso en el nacimiento de beb¨¦s prematuros entre 2008 y 2021 en los Estados que han aprobado la legislaci¨®n en comparaci¨®n con los que no lo han hecho. La tensi¨®n y el miedo causados por ser detenidas y, en ¨²ltimo caso, deportadas, aumentaba el estr¨¦s de las madres hasta provocar el parto prematuro.