Ser geisha en tiempos del coronavirus

Ikuko, la ¡°hermana mayor¡± del distrito de geishas del barrio de Akasaka en Tokio, lleg¨® a la capital en busca de fortuna en 1964, el a?o en que la ciudad acogi¨® los Juegos Ol¨ªmpicos. A sus 80 a?os de edad, la pandemia de covid-19 le ha hecho temer por su tradicional profesi¨®n como nunca antes. La austeridad inducida por el coronavirus ha reducido dr¨¢sticamente los gastos de los ciudadanos japoneses, y ahora muy pocas personas optan por pasar tiempo en las elegantes habitaciones donde las geishas entretienen a su p¨²blico. Ikuko ha declarado en una entrevista a Reuters que su profesi¨®n es ¡°absolutamente imposible¡± ahora que casi no hay fiestas que animar ni clientes a los que servir bebidas.

Desde que la OMS declar¨® al coronavirus como pandemia global el pasado marzo, los compromisos de las geishas han disminuido un 95%. En las pocas citas que les quedan, han tenido que adaptarse a las nuevas normas sanitarias: no servir bebidas a los clientes; no tocarlos ni siquiera para darles la mano; y sentarse a al menos dos metros de distancia. ¡°Sol¨ªamos hablar varias cosas con los clientes, siempre con mucha alegr¨ªa cuando nos sent¨¢bamos uno al lado del otro. Ahora todo es m¨¢s dif¨ªcil estando tan alejados el uno del otro,¡± dijo la geisha.

Aunque las geishas son representativas de Kioto, la capital japonesa tiene seis distritos en los que se practica esta profesi¨®n que ahora se encuentra en decadencia. Las geishas han ido desapareciendo de Tokio, ya que cada vez menos mujeres deciden pasar por el rigor que exige esta actividad. Hace 30 a?os, solo en el barrio de Akasaka hab¨ªa 120 geishas. Hoy, en este distrito quedan 20, y apenas 230 en toda la capital.