V¨ªdeo | La ¨²ltima cena de gala de la sastra real
EL PA?S acompa?a a Beatriz Garc¨ªa Mart¨ªn antes de jubilarse, despu¨¦s de 30 a?os en el Palacio Real
El tiempo parece haberse detenido por un instante en el taller de sastrer¨ªa del Palacio Real, ajeno al bullicio que se observa desde las ventanas. A un lado, turistas poblando los jardines de Sabatini y al otro, el tr¨¢nsito de coches de la calle Bail¨¦n. Aqu¨ª se respira paz y oficio. Sentadas en sillas de madera, algo m¨¢s bajas que las que uno tiene por casa y que se han manufacturado a su medida en otro taller del edificio, cuatro mujeres se concentran en sus agujas e hilo. Arreglan detalles de trajes inspirados en modelos originales del siglo XIX. A¨²n se mantienen algunas originales en perfecto estado en los almacenes de la sastrer¨ªa, como dos federicas de m¨¢s de 200 a?os. No hay presencia de nada digital en la sala, salvo los m¨®viles de las auxiliares m¨¢s j¨®venes, que reposan sobre una mesilla. Las m¨¢quinas no cuentan con botones ni pantallas, aqu¨ª todo es anal¨®gico.
Un sonido de tacones rompe el silencio: ¡°Ech¨¢is de menos a la mami, ?verdad? No s¨¦ que van a hacer sin m¨ª¡±, le dice al entrevistador. Beatriz Garc¨ªa Mart¨ªn, encargada de la sastrer¨ªa hist¨®rica del Palacio, lleva desde 1990 creando los trajes del servicio de todo tipo de eventos de la Familia Real, como almuerzos, cenas de gala, cartas credenciales, la Pascua militar o el d¨ªa de la Hispanidad. Ha estado al servicio de Juan Carlos I, al que tuvo que atender por un un lampar¨®n en una ocasi¨®n, y de Felipe VI. Los d¨ªas de acci¨®n, acompa?ada por su costurero, asiste en un peque?o cuarto a quien se ve apurado por una mancha o por la rebeld¨ªa de un hilo suelto que descuelgue una medalla. Ha asistido a presidentes como Pedro S¨¢nchez a ministras, como Ana Pastor, y a mandatarios de otros pa¨ªses, como la argentina Cristina Kirchner.
En el v¨ªdeo que acompa?a a esta noticia, EL PA?S acompa?a a la sastra en la cena de gala del presidente de la Rep¨²blica de Italia, Sergio Mattarella, celebrada el pasado 16 de noviembre. Sobre su jubilaci¨®n, que no recibe con ilusi¨®n, Bea, como la llaman sus compa?eras, se resigna: ¡°Espero llevarla bien. Quiero pasar tiempo con mis nietos, bailar sevillanas y visitar Nueva York con el Imserso, que no lo conozco¡±. Todos los d¨ªas desayuna con un cartel de los rascascielos de la Gran Manzana, que ella misma trajo a la salita del caf¨¦. Aqu¨ª tampoco parece haber transcurrido el tiempo. En la imagen se ven las Torres Gemelas.
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