A Putin no lo explican sus razones. Lo explican sus malas ideas

Hay algo desagradable en debatir los motivos de Putin para invadir Ucrania. Por un lado est¨¢ la gente que le encuentra ¡°explicaciones¡±, que suelen se?alar la expansi¨®n de la OTAN hacia el este, aunque sea una teor¨ªa discutible. Otra gente dice que Putin est¨¢ loco, o piensan en t¨¦rminos geopol¨ªticos y concluyen que cometi¨® un error de c¨¢lculo. Leo esto con inter¨¦s, aunque no me resulta convincente: ?y si estamos tratando de racionalizar algo que solo tiene sentido bajo unas ideas distintas de las nuestras?

Es un argumento que escuch¨¦ a Timothy Snyder en una conversaci¨®n con Ezra Klein. Snyder es un historiador de Yale, conocido por su manifiesto ¡®Sobre la tiran¨ªa¡¯, que tuvo ¨¦xito en tiempos de Trump, pero que es experto en Ucrania.

Lo que dice Snyder es que a Putin no le importan las cosas que creemos que deben importarle a la gente. ¡°No le importa la econom¨ªa rusa. Creo que ni siquiera le importen los intereses rusos, tal vez ni siquiera la supervivencia del Estado ruso¡±, explica. Al l¨ªder ruso le importan otras cosas y ha sido muy claro sobre esas cosas, dice Snyder. ¡°Le importa c¨®mo se le recordar¨¢ despu¨¦s de su muerte. Le importa la imagen de una Rusia eterna. Le importan cosas que est¨¢n fuera de nuestro campo de visi¨®n¡±.

Mis lecturas de estas semanas encajan mejor bajo esa ¨®ptica. A Putin no lo mover¨ªa una racionalidad geopol¨ªtica ni econ¨®mica, sino ideas viejas y peligrosas. ?Cu¨¢les? Sin ¨¢nimo de hacer una lista completa, pienso en nacionalismo, raza e imperio. Snyder lo ha llamado una forma de fascismo.

• ¡°Putin puede ser el hombre m¨¢s peligroso que haya vivido. Se dedica a restaurar el imperio perdido de Rusia, indiferente al destino de su propio pueblo y, sobre todo, due?o de una vasta fuerza nuclear¡±, dice Martin Wolf. Da igual si la econom¨ªa rusa es hoy m¨¢s peque?a que la polaca.
• ¡°Putin cre¨ªa, al parecer, que Ucrania no es un pa¨ªs real, y que el pueblo ucraniano no es un pueblo real, que es un solo pueblo con los rusos¡±, dice Stephen Kotkin.
• Basta escuchar al propio Putin, este mi¨¦rcoles, hablando de los rusos que protestan contra la guerra: ¡°El pueblo ruso siempre podr¨¢ distinguir a los verdaderos patriotas de la escoria y los traidores y simplemente escupirlos como una mosca que vol¨® accidentalmente en sus bocas[.]. ¡°Estoy convencido de que una autopurificaci¨®n tan natural y necesaria de la sociedad solo fortalecer¨¢ nuestro pa¨ªs¡±.

Ezra Klein cree que un punto ciego de europeos y estadounidenses es que pensamos que las ideas no importan. Muchos, como ¨¦l, tendemos a pensar que las cosas ocurren por factores estructurales, por incentivos, por cuestiones s¨®lidas como cu¨¢nto acero puedes producir. Pero los humanos nos movemos tambi¨¦n por ideas, sean ciertas o falsas, buenas o malas. Es un debate que tengo con mi padre, un hombre anal¨ªtico al que imito desde ni?o. Pero yo soy ingeniero y el historiador. Yo busco explicaciones mecanicistas, tiendo al optimismo y creo que el mundo progresa; ¨¦l conoce el pasado, respeta sus ideas y siente menos entusiasmo por el presente. ?La guerra de Ucrania le da la raz¨®n?

Para Snyder, nuestro fallo es no pensar en valores, en aquello que deseamos alcanzar, sean vidas m¨¢s libres, sociedades m¨¢s igualitarias, m¨¢s virtud o m¨¢s grandeza. Sin ellos, es absurdo hablar de racionalidad de medios-fines. Una acci¨®n es racional si te acerca a un objetivo, ?pero a qu¨¦ objetivo? Hemos olvidado que hay muchos valores distintos, y que estos, adem¨¢s, ¡°pueden ser impugnados¡±. Por eso hay que hablar de ellos; no por relativismo, sino por lo contrario: para defender que unas ideas son mejores que otras.

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