Francisco Jos¨¦ Gan Pampols, vicepresidente de la Generalitat valenciana: ¡°Para febrero rebajaremos el nivel de emergencia¡±
El teniente general elegido por Carlos Maz¨®n para la reconstrucci¨®n tras la dana asegura que la prioridad es la vivienda y abrir los pol¨ªgonos industriales
El general (jubilado) Francisco Jos¨¦ Gan Pampols, de 66 a?os, es vicepresidente segundo desde el 25 de noviembre del Gobierno auton¨®mico valenciano. Y su m¨¢ximo responsable para la ¡°reconstrucci¨®n econ¨®mica y social¡± de la comunidad, tras la dana. Est¨¢ en plena elaboraci¨®n del Plan Marco que debe orientarla, mientras en la pr¨¢ctica ya se ha iniciado. Su nombramiento por el president, Carlos Maz¨®n, origin¨® fuertes cr¨ªticas: sobre todo por la pol¨¦mica gesti¨®n de este. Su experiencia internacional (Bosnia, Kosovo) y en el relanzamiento econ¨®mico (Afganist¨¢n) es su primera credencial acompa?ada de una notable sobriedad y precisi¨®n expresiva, como evidencia en esta entrevista con EL PA?S.
Pregunta. Destac¨® en su discurso en Les Corts que el suelo ha quedado ¡°sellado¡±, lo que facilita otras inundaciones. ?C¨®mo se resuelve el problema para no repetir la cat¨¢strofe?
Respuesta. Eso no es el efecto de la dana, sino que es antropog¨¦nico. Somos nosotros. Nosotros hemos sellado el suelo. Era de naturaleza porosa, permeable. Hemos ido construyendo encima, poniendo cemento, hormig¨®n, asfalto. De manera que ha perdido la capacidad de absorci¨®n. No tiene remedio. El ¨²nico arreglo es lograr que el flujo del agua llegue de forma m¨¢s canalizada, modular su volumen mediante retenciones en cabecera para evitar desbordamientos, aplicar sistemas de laminado de avenidas, y canales que deriven parte del flujo torrencial a otras infraestructuras que ya existen, como el nuevo cauce del Turia.
P. Sostiene que hay que fijar ¡°criterios m¨¢s estrictos y sostenibles¡± en urbanismo. ?C¨®mo lo concreta?
R. En la concesi¨®n de licencias. Y antes, en la evaluaci¨®n de lo que se ha destruido y no se puede volver a construir, sino acabar de desmontar y construir en otro sitio. No tiene sentido ser contumaz, pertinaz en el error. Sobra legislaci¨®n, pero hay que cumplirla: la ley del agua y las directivas europeas ya traspuestas imponen que no se puede construir en zonas inundables. O hemos hecho caso omiso de ese mandato o no hemos dispuesto de planes generales de ordenaci¨®n urban¨ªsticos, que es el caso de unas cuantas de las poblaciones afectadas. Estamos en que se cumpla la ley.
P. Pero acaba de aprobarse la ley auton¨®mica de simplificaci¨®n administrativa, que entra?a un peligro: deriva el otorgamiento de licencias en ¨¢reas de suelo de ¨¢reas inundables a los municipios, siempre m¨¢s d¨¦biles.
R. Lo que vamos a hacer es que se cumpla la ley en todos sus t¨¦rminos. Esta impone que el primer documento es la declaraci¨®n de zona inundable, que debe tenerse en cuenta a la hora de realizar la planificaci¨®n. Y en caso de que haya la m¨¢s m¨ªnima duda, que se eleve a los organismos t¨¦cnicos superiores. Sin olvidar jam¨¢s que el bien jur¨ªdico primordial a proteger es la seguridad de las personas...
P. Que la tragedia no se repita una vez m¨¢s.
R. Ni nos lo perdonar¨ªan, ni nosotros nos lo perdonar¨ªamos.
P. Pero este Consell ha modificado el Pativel, el plan de ordenaci¨®n de la costa del Gobierno de Ximo Puig, que prohib¨ªa construir a menos de 500 metro del litoral, y lo ha reducido a 200. M¨¢s barreras constructivas hasta el mar.
R. Visto el fen¨®meno ocurrido, el conseller de Medio Ambiente exigir¨¢ su revisi¨®n.
P. ?D¨®nde sit¨²a la prioridad, en recuperar las viviendas, o el aparato productivo devastado?
R. No hay contradicci¨®n. Los bajos y los garajes son la primera prioridad. En la medida en que se garantiza su seguridad, vamos a ir pasando a la industria, que tambi¨¦n es prioritaria, porque si los vecinos no tienen trabajo y medios de subsistencia propios, al final se van. Ahora que el suministro el¨¦ctrico est¨¢ recuperado, vamos con los pol¨ªgonos, sobre todo con el material inservible en grandes campas, que los obstaculiza. Debemos aligerar la circulaci¨®n, y que el drenaje se recupere.
P. ?Acaba la emergencia y al mismo tiempo empieza la recuperaci¨®n?
R. En algunos pueblos y zonas de otros la emergencia ha concluido. Estamos elaborando una serie de indicadores que nos permitan resolver si el per¨ªodo de emergencia ha acabado y empieza definitivamente la recuperaci¨®n. Tiene que ver con las condiciones b¨¢sicas de todo lo que se necesita para desarrollar normalmente la vida y el trabajo: la luz, el gas, el saneamiento, la movilidad de las personas. Por ejemplo, no hay disponibilidad de piezas de repuesto para ascensores.
P. Muchos tienen a¨²n dificultades, son gente mayor, su planta baja sigue arruinada y no pueden subir a la primera.
R. Una gran diferencia de esta cat¨¢strofe con otras anteriores es la magnitud en que ha afectado a ascensores, instalaciones el¨¦ctricas y colectores, porque adem¨¢s se trata de una zona densamente poblada y con gran concentraci¨®n empresarial, la m¨¢s elevada de la comunidad. As¨ª que el grado de afectaci¨®n es muy superior a lo conocido.
P. ?Cu¨¢ndo se saldr¨¢ oficialmente de la emergencia?
R. Cuando todos los indicadores que reflejan el normal funcionamiento de los servicios est¨¦n en regla. Ahora, todav¨ªa no hay seguridad alimentaria, un suministro completo; no hay seguridad ciudadana, porque hay fallos en el alumbrado nocturno; no hay seguridad sanitaria ni la habr¨¢ hasta que todos los centros de atenci¨®n primaria est¨¦n reconstruidos. No todo ir¨¢ al mismo comp¨¢s. Unas poblaciones ir¨¢n m¨¢s deprisa que otras, porque est¨¢n menos afectadas o han acelerado m¨¢s.
P. ?En febrero?
R. Durante febrero, el conjunto de la comunidad deber¨¢ haber superado el actual nivel de emergencia, el 2, para situarnos en el 1, el previo a la normalidad. Tampoco debemos precipitarnos, porque la situaci¨®n jur¨ªdica de emergencia nos posibilita actuar con un modelo de contrato r¨¢pido y operativo, negociado con menor publicidad y con reducci¨®n de plazos y otros requisitos. Si tenemos que hacerlo todo con la Ley de Contratos del Estado en la mano, no podremos ir a la velocidad necesaria. No hablo de dilatar esta fase de forma artificial, sino de no apresurar su conclusi¨®n. Por ejemplo, hasta que todos los ni?os dispongan de plaza escolar en su municipio. Y que todo el transporte p¨²blico, metro y cercan¨ªas, funcione completamente, ahora nos falta a¨²n un 20%.
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