Un descuido inspira el arte
Vachier-Lagrave produce enorme belleza a partir de una imprecisi¨®n de su rival en una posici¨®n que parec¨ªa tranquila
La partida de este v¨ªdeo es un ejemplo magn¨ªfico para entender por qu¨¦, salvo excepciones, las que se juegan entre computadoras solo interesan a una minor¨ªa de alto nivel t¨¦cnico o muy versada en inteligencia artificial. La belleza disfrutable por la inmensa mayor¨ªa de los aficionados nace del error humano. Sin ¨¦l, es improbable que el amante del ajedrez vibre.
El franc¨¦s Maxime Vachier-Lagrave, nacido en 1990, no es un ¨ªdolo de masas porque siempre se ha quedado a las puertas de optar por el t¨ªtulo mundial. Sin embargo, lleva m¨¢s de un decenio en la ¨¦lite, su preparaci¨®n te¨®rica es enciclop¨¦dica, se mueve muy bien en las grandes complicaciones y produce muchas partidas de gran inter¨¦s did¨¢ctico. En esta genera adem¨¢s una explosi¨®n de belleza.
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