Un c¨¢rtel paraliza parte de Colombia en plena campa?a
El clan del Golfo detiene durante cuatro d¨ªas la actividad en regiones enteras y barrios de ciudades como Medell¨ªn en protesta por la extradici¨®n de su l¨ªder, en un claro desafio al Gobierno
El presidente Iv¨¢n Duque luc¨ªa satisfecho. El ej¨¦rcito acababa de capturar a Otoniel, el l¨ªder del clan del Golfo, una estructura paramilitar dedicada al narcotr¨¢fico. Duque, que no destaca por ser contenido, compar¨® esta detenci¨®n con la muerte de Pablo Escobar y asegur¨® que este golpe marcaba ¡°el final¡± del grupo armado. La realidad, sin embargo, ha sido bien distinta. El clan del Golfo ha paralizado estos d¨ªas algunas partes del pa¨ªs en respuesta a la extradici¨®n de Otoniel a Estados Unidos, en un claro pulso al Gobierno. Las im¨¢genes de negocios cerrados, calles desiertas y coches quemados en muchos puntos de la naci¨®n dan una idea del enorme poder de este cartel que se financia con la venta de droga a las mafias mexicanas. Colombia es el primer pa¨ªs productor de coca¨ªna en el mundo.
Duque se lo ha tomado casi como algo personal. En una intervenci¨®n en televisi¨®n anunci¨® el aumento de la recompensa por Chiquito Malo y Siopas, los dos sucesores de Otoniel. Los quiere vivos o muertos. Ellos han comandado esta ofensiva que, seg¨²n los analistas en seguridad, demuestra una vez m¨¢s que el Estado no tiene el control de una parte de su territorio. Las zonas m¨¢s afectadas se sit¨²an en el norte del pa¨ªs, en Antioquia, Sucre, C¨®rdoba, Choc¨®, Bol¨ªvar y la Guajira. Los habitantes de estas regiones est¨¢n acostumbradas a convivir con estas c¨¦lulas criminales que cobran peajes en la carretera o impuestos a los negocios. Su control ah¨ª, sobre todo en los corredores por donde transita la droga, es casi absoluto.
El paro armado acaba esta medianoche, despu¨¦s de cuatro d¨ªas intensos. La Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP), el sistema de justicia transnacional que juzga a los responsables de los cr¨ªmenes de la guerra en Colombia despu¨¦s del acuerdo de paz, inform¨® de que dos regiones completas quedaron inmovilizadas, La Guajira y el Choc¨®. En el 16% de los municipios de todo el pa¨ªs se perpetr¨® alguna acci¨®n en favor del clan, un dato estremecedor. Muchos han descubierto estos d¨ªas la capacidad de movilizaci¨®n de una organizaci¨®n que llena los territorios que controla con tres letras: AGC. Son las iniciales de otro de sus nombres, Autodefensas Gaitanistas de Colombia, en dudoso homenaje a Jorge Eli¨¦cer Gait¨¢n, un pol¨ªtico de izquierdas muy popular asesinado en 1948. Los descendientes de Gait¨¢n le pidieron al clan que dejara de usurpar su nombre, sin ning¨²n ¨¦xito, como es evidente.
Las autoridades colombianas trataron de impedir la desmovilizaci¨®n. El ministro de Defensa, Diego Molano, dio orden de que se combatiera a los delincuentes que intimidaran a la poblaci¨®n. La polic¨ªa ha detenido a 92 personas implicadas en actos de este tipo. La JEP dijo que en estos cuatro d¨ªas hab¨ªan sido asesinadas 26 personas, entre ellas dos polic¨ªas. Hubo otros 37 intentos de homicidio, a civiles y fuerza p¨²blica. Las im¨¢genes m¨¢s espectaculares las consiguieron los insurrectos con la quema de 118 coches y el paro de 54 medios de transporte.
Otoniel fue detenido en noviembre de 2021, despu¨¦s de una persecuci¨®n intensa por la selva que colinda con Panam¨¢. Sus abogados sostienen que fue una entrega pactada. Las autoridades lo niegan y argumentan que fue su escolta personal quien lo abandon¨® y lo dej¨® a merced de sus captores. Sea como sea, su aprehensi¨®n abri¨® un nuevo debate en Colombia. Otoniel declar¨® ante la JEP que existen fuertes lazos entre el clan y algunas estructuras del Ej¨¦rcito colombiano. Asegur¨®, sin que eso haya sido todav¨ªa comprobado, que sus hombres, en alianza con soldados, participaron en matar a civiles indefensos y sin ning¨²n v¨ªnculo con la guerrilla para cobrar recompensas del Estado. Despu¨¦s de matarlos los vest¨ªan de combatientes. Eso se conoce como falsos positivos, y as¨ª fueron asesinados m¨¢s de 6.400 personas a manos de quien deb¨ªa protegerlos. Otoniel revel¨® colaboraciones estrechas con un general en retiro, empresarios y pol¨ªticos. Su testimonio tiene que ser puesto en cuarentena, pero parece obvio que sin esa infiltraci¨®n en las instituciones y el mundo de los negocios el grupo no podr¨ªa ostentar este enorme poder.
Muchas v¨ªctimas y pol¨ªticos de la oposici¨®n quer¨ªan que Otoniel permaneciera m¨¢s tiempo en el pa¨ªs para que las autoridades judiciales pudieran investigar su declaraci¨®n. El Gobierno, sin embargo, aceler¨® su extradici¨®n, solicitada por una corte de Nueva York que quiere juzgarlo por narcotr¨¢fico. Los cr¨ªticos con su traslado argumentan que su marcha favorec¨ªa a algunas estructuras del Estado que no quer¨ªan enfrentarse a lo que dijera el narcoparamilitar. Desde 2016, cuando se firm¨® la paz con las la guerrilla de las Farc, en el pa¨ªs cunde una ansia de verdad y reparaci¨®n en busca de una reconciliaci¨®n nacional que haga dejar atr¨¢s las m¨²ltiples guerras simult¨¢neas que se han librado en Colombia desde hace medio siglo.
El asunto ha entrado de lleno en campa?a la campa?a a las presidenciales. El candidato del centro, Sergio Fajardo, arremeti¨® de forma dur¨ªsima contra la pol¨ªtica de seguridad el presidente Duque, que calific¨® de fracaso. ¡°El paro armado es un reto al Estado. Nos devuelve a cap¨ªtulos que hubi¨¦semos querido olvidar en nuestro pa¨ªs, pero que est¨¢n ah¨ª, masacres, criminalidad, intimidaci¨®n, muchas poblaciones con miedo. Ese es un fallo de la seguridad. Es un fallo de la conducci¨®n del Estado¡±, dijo Fajardo. El favorito en las encuestas, Gustavo Petro, culp¨® al expresidente ?lvaro Uribe de haber fomentado en su etapa como gobernador peque?as cooperativas de vigilancia privada que colaboraban con las autoridades. De ah¨ª surgieron algunos grupos paramilitares que se volvieron incontrolables. Uribe respondi¨® que estos chispazos de violencia derivan de la paz que firm¨® el presidente Juan Manuel Santos, que defiende Petro. Por su parte, Fico Guti¨¦rrez, el candidato de derechas, dijo que era urgente recuperar el orden y mand¨® todo su apoyo al ej¨¦rcito y a la polic¨ªa.
Las AGC emitieron un comunicado a ¨²ltima hora del domingo para anunciar el fin del bloqueo. En ese texto que se ha distribuido por redes sociales aseguran que su intenci¨®n era demostrarle al Gobierno su capacidad pol¨ªtica y militar. No es f¨¢cil medir el poder y el impacto de una organizaci¨®n clandestina como esta, pero lo que es seguro es que no estaban al borde de la extinci¨®n. O, si lo estaban, han disimulado muy bien. En plena campa?a electoral han logrado captar toda la atenci¨®n del pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.