Las v¨ªctimas de Otoniel rechazan su extradici¨®n: ¡°Necesitamos su verdad. ?Qui¨¦nes daban las ¨®rdenes?¡±
El jefe del Clan del Golfo es solicitado por Estados Unidos por el delito de narcotr¨¢fico. En Colombia, su testimonio es clave para resolver cientos de casos por violaci¨®n a derechos humanos
La captura en octubre pasado de Dario Antonio ?suga, alias Otoniel, fue casi un espect¨¢culo televisivo. ¡°Este golpe es comparable con la ca¨ªda de Pablo Escobar¡±, dijo el presidente Iv¨¢n Duque ante las c¨¢maras al anunciar el ¨¦xito del operativo contra el l¨ªder del Clan del Golfo. Estados Unidos ped¨ªa su extradici¨®n para que responda ante cortes de Nueva York y Florida por cargos relacionados con narcotr¨¢fico. Tras la detenci¨®n, el Gobierno prometi¨® poner en marcha el tr¨¢mite. Y cumpli¨® pronto. Esta semana, Duque firm¨® el documento que le pone d¨ªas a la permanencia de Otoniel en Colombia. Las v¨ªctimas rechazan la medida y piden que no sea extraditado antes de que diga la verdad sobre cientos de cr¨ªmenes y de violaciones a derechos humanos cometidos en la guerrilla del EPL o en los grupos paramilitares de los que tambi¨¦n hizo parte. Tras el anuncio de Duque, las v¨ªctimas protestan: ¡°Esto es un golpe para nosotros¡±.
Acabo de firmar la extradici¨®n de alias 'Otoniel', el peor narcotraficante y criminal de la historia reciente de Colombia. Las instituciones del pa¨ªs muestran su fortaleza y contundencia. #EsConHechos #ElQueLaHaceLaPaga pic.twitter.com/Dfhv4OpPkf
— Iv¨¢n Duque ?? (@IvanDuque) April 8, 2022
Las v¨ªctimas protestan, pero lo tienen que hacer usando m¨¢scaras, no pueden mostrar su identidad y si hablan con la prensa piden que sus nombres no sean revelados. Tienen miedo. El caso Otoniel, que ha sido mostrado como un triunfo del Gobierno, ha generado malestar entre las comunidades que padecieron su guerra. Una l¨ªder social de Apartad¨®, una zona bananera e hist¨®ricamente golpeada por la violencia, dice por tel¨¦fono que se sienten en riesgo. ¡°Todas las personas que estuvimos en Bogot¨¢ en un plant¨®n esta semana tuvimos que taparnos la cara para que no se nos identifique, como si fu¨¦ramos nosotros los que hubi¨¦ramos hecho algo malo¡±, se?ala.
El proceso de Otoniel, que apenas empez¨® hace seis meses, ha tenido varios momentos preocupantes para las v¨ªctimas. El 28 de febrero, un grupo de hombres ¡ªsin identificar hasta ahora¡ª irrumpi¨® en la casa de un investigador de la Comisi¨®n de la Verdad, que ha acompa?ado el proceso y ha escuchado al l¨ªder del Clan del Golfo. Seg¨²n la denuncia de la entidad, se robaron grabadoras, con registros de sus entrevistas, y un computador. La Comisi¨®n denunci¨® hostigamientos: ¡°Queremos saber la verdad sin intimidaciones. Solicitamos garant¨ªas a las autoridades competentes y a los organismos de control, a las Naciones Unidas y la comunidad internacional, su acompa?amiento¡±, se?al¨® la entidad en un comunicado.
La l¨ªder, que insiste en que no se publique su nombre ni el de la organizaci¨®n de derechos humanos que representa, recuerda que d¨ªas antes del robo, una audiencia en la que se escuchar¨ªa a Otoniel fue cancelada. La polic¨ªa suspendi¨® la cita ante la Comisi¨®n de la Verdad por ¡°sospecha de fuga¡±. Las v¨ªctimas dicen que se trata de un sabotaje. ¡°Interrumpieron cuando ¨¦l iba a hablar, se robaron la informaci¨®n de la casa del investigador y hay af¨¢n por extraditarlo. ?Por qu¨¦ no quieren que sepamos la verdad?, ?qui¨¦nes daban las ¨®rdenes?¡±, dice la mujer, que si insiste tanto en que la situaci¨®n de las v¨ªctimas es ¡°delicada¡± es porque ha visto c¨®mo compa?eros suyos han sido asesinados por reclamar sus tierras. ¡°Las amenazas llegan por panfleto, por tel¨¦fono, nos amenazan a nosotros, a nuestros hijos. Cuando se firm¨® el proceso de paz con FARC tuve que irme¡±, dice la defensora de derechos humanos que tuvo que permanecer en el exilio durante varios meses.
Duque, tras firmar la orden para que el poderoso l¨ªder del Clan del Golfo, recluido en una c¨¢rcel de Bogot¨¢, comparezca ante una corte del Distrito Sur de Nueva York, intent¨® calmar a las v¨ªctimas. ¡°Una vez cumpla su pena por narcotr¨¢fico, tendr¨¢ que venir a Colombia a cumplir las condenas por los cr¨ªmenes que tambi¨¦n ha cometido en nuestro pa¨ªs¡±, sostuvo el mandatario. Pero las v¨ªctimas creen que se les va a escapar una oportunidad para saber la verdad sobre los asesinatos de sus familiares, los desplazamientos forzados y las violaciones a mujeres y ni?as, entre otros muchos cr¨ªmenes que se le acusan. ¡°Nosotros creemos que all¨¢ se va a quedar la historia. En Estados Unidos solo lo juzgar¨¢n por narcotr¨¢fico, y qu¨¦ va a pasar con todos los otros casos, con los asesinatos o con los j¨®venes reclutados¡±, cuestiona la l¨ªder.
Otros otonieles
La Justicia colombiana acusa a Dario Antonio ?suga por homicidio, terrorismo, reclutamiento de menores, secuestro y delitos sexuales, cr¨ªmenes que habr¨ªa cometido durante su larga carrera criminal. Fue guerrillero y paramilitar antes de convertirse en jefe del Clan del Golfo, responsable del tr¨¢fico de cerca de un tercio de la coca¨ªna colombiana que sale del pa¨ªs. El golpe del Gobierno, tras meses de persecuci¨®n por la selva, fue anunciado casi como el principio del fin del narcotr¨¢fico en Colombia. La realidad es que esta guerra ya no depende de un ¨²nico l¨ªder. Ya hay otros otonieles, y la comunidad que sufre la violencia del narco no encuentra justicia. ¡°Ac¨¢ no hay paz. Otoniel ya no est¨¢ liderando esta guerra, pero ya hay otros¡±, denuncia la mujer desde Apartad¨®. El capo del narcotr¨¢fico dirig¨ªa una estructura de m¨¢s de 3.000 hombres y, seg¨²n el Gobierno, es responsable de mover m¨¢s de 160 toneladas de coca¨ªna por a?o. La megaoperaci¨®n policial para atrapar a Otoniel en el noroeste de Colombia, cerca de la frontera con Panam¨¢, pretend¨ªa reducir la violencia, pero hasta ahora la poblaci¨®n no ha visto la primera se?al, y, por el contrario, denuncian que la situaci¨®n se ha puesto peor.
La Mesa de V¨ªctimas en Antioquia ha sido una de las organizaciones que valientemente han denunciado de forma directa que el env¨ªo de Otoniel a Estados Unidos solo busca ocultar la verdad. ¡°No estamos de acuerdo con la extradici¨®n de la verdad y la verdad la tiene ¨¦l. Nosotros lo expresamos, porque la ley lo dice y es un derecho que tenemos las v¨ªctimas¡±, se pronunci¨® el colectivo de v¨ªctimas. La directora de la unidad de b¨²squeda de desaparecidos, Luz Marina Monz¨®n, tambi¨¦n se manifest¨® en contra de la decisi¨®n: ¡°La extradici¨®n pone obst¨¢culos adicionales a los que ya han enfrentado las v¨ªctimas durante d¨¦cadas, que han perseguido esa verdad, la informaci¨®n sobre cu¨¢l fue la suerte y cu¨¢l es el paradero de sus seres queridos¡±.
Otoniel ha buscado ser escuchado por la justicia en Colombia, pero sus peticiones han sido negadas. La Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP), creada por el acuerdo de paz, rechaz¨® su solicitud de sometimiento. Dario Antonio ?suga, contra quien hay 122 ¨®rdenes de captura y seis sentencias condenatorias en Colombia, hab¨ªa pedido ser juzgado por este tribunal especial, que puede llegar a otorgar penas no privativas de la libertad, y no ser extraditado a Estados Unidos. Otoniel ha dicho que quiere contar la verdad y las v¨ªctimas piden que lo dejen hablar. ¡°Desde hoy muchos poderosos que ordenaron, planificaron y se beneficiaron de Otoniel, dormir¨¢n tranquilos¡±, criticaba la Comisi¨®n de la Verdad, despu¨¦s de que Iv¨¢n Duque firm¨® la extradici¨®n.
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