Tamara Montenegro, la mujer trans que plant¨® cara a la guerrilla
La l¨ªder social lucha hoy por los derechos de las mujeres LGBTI en Arauca, el territorio en el que vive amenazada
Cuando Tamara Montenegro, de 26 a?os, iba a cumplir 15 se prob¨® su primer vestido. Su familia la ech¨® de casa y la guerrilla de las FARC, que gobernaba en su Arauca natal, le dio 24 horas para que dejar¨¢ su ciudad. Su delito: ser una mujer trans. Los grupos armados tienen reglas muy estrictas en los territorios que gobiernan. Una de ellas es que no aceptan a la poblaci¨®n LGBTI. Para los grupos armados son sin¨®nimo, entre otros muchos anticuados prejuicios, de transmisi¨®n de enfermedades y de ladrones. Las personas lgtbi representan para la guerrilla una irregularidad a extinguir. Son un enemigo m¨¢s. ¡°A las personas que no acatan las normas se les hace limpieza social¡±, afirma Montenegro.
A esto se le suma que Arauca es una ciudad muy compleja por su situaci¨®n geogr¨¢fica dentro de Colombia. Siempre ha sido un paso fronterizo con Venezuela, por lo que sus 82.149 habitantes han estado sometidos durante a?os por diferentes grupos armados. Ahora, por las disidencias de las FARC y el ELN, la guerrilla activa m¨¢s antigua de Latinoam¨¦rica. Dominar esta parte fronteriza con Venezuela supone tener acceso a un gran corredor para el narcotr¨¢fico.
Vi¨¦ndose en la calle, Montenegro decidi¨® volverse trabajadora sexual para sobrevivir. ¡°Hubo noches en las que tuve que buscar la cena en la basura¡±, confiesa. Finalmente, ante las amenazas de la guerrilla, se fue a vivir a C¨²cuta. Con lo que ganaba en las calles logr¨® pagarse el tratamiento hormonal que necesitaba para hacer su transici¨®n y comprarse la ropa de mujer con la que se sent¨ªa c¨®moda. Su vida parec¨ªa encauzarse poco a poco.
Una noche, mientras trabajaba, cuatro hombres armados la violaron, le pegaron un tiro que de milagro no result¨® mortal y la dejaron tirada en un descampado. Unos meses despu¨¦s, sus compa?eras de habitaci¨®n fueron asesinadas ante sus ojos por ser tambi¨¦n trans. Montenegro no tard¨® en entender que, o se pon¨ªa manos a la obra por cambiar su realidad o, tarde o temprano, ser¨ªa la siguiente. Le iba la vida en ello.
Marcha del orgullo trans en Bogot¨¢
Este viernes, durante la marcha del orgullo trans en Bogot¨¢, recuerda a sus compa?eras asesinadas. No lo puede evitar. Lo hace mientras recorre el barrio Santa Fe, conocido por ser un barrio de mucha prostituci¨®n, y las im¨¢genes de lo que ha sido hasta ahora su vida la acompa?an hasta la Plaza de Bol¨ªvar, en el centro de la capital, donde se ha hecho un homenaje a las personas trans que han sido atacadas y asesinadas.
En Colombia, durante 2021 y 2022 unas 46 personas trans han sido asesinadas, seg¨²n la Fundaci¨®n Dignidad Trans. ¡°No queremos dejar las calles, queremos invitar m¨¢s gente a ellas¡±, se escuchaba gritar entre banderas de colores azul, rosa y blanco.
Siete a?os despu¨¦s de aquel episodio, Montenegro, lejos de poner pies en polvorosa en otro pa¨ªs o en otro continente, decidi¨® volver a su ciudad natal. Las cosas ten¨ªan que empezar a cambiar, y ten¨ªan que hacerlo en la ciudad donde comenz¨® todo para ella.
Aunque nunca dej¨® de sentir su vida amenazada, el miedo no le impidi¨® ser la primera persona trans en cambiar su nombre y su casilla de g¨¦nero en su c¨¦dula en todo el departamento. Acab¨® sus estudios del colegio y se gradu¨® con honores. ¡°Yo estaba muy cambiada. Mi mam¨¢ me acept¨®, pero a mis hermanos todav¨ªa les costaba trabajo¡±, recuerda.
¡°En esa ¨¦poca siempre pensaba que o me quedaba con el perjuicio o luchaba contra ¨¦l. El rechazo me dio la fortaleza para ser la mujer que soy hoy¡±, dice orgullosa Montenegro, que va vestida con unos altos tacones rosas que hacen juego con su vestido y una chaqueta de cuero.
A medida que fue consiguiendo peque?as victorias, quienes quisieron librarse de ella en primer lugar volvieron a la carga. La amenazaron de muerte unas cuantas veces m¨¢s, y en cada ocasi¨®n Montenegro tuvo que abandonar su ciudad durante un tiempo para que las aguas se calmaran antes de volver a la carga. ¡°Lo ¨²nico que ten¨ªa era las calles donde trabajaba, y lo que me esperaba ah¨ª era la muerte¡±.
Al ver que en su colegio poco a poco las cosas iban siendo m¨¢s f¨¢ciles para ella, decidi¨® ayudar a m¨¢s personas. Ah¨ª, en compa?¨ªa de dos compa?eras m¨¢s, cre¨® la Fundaci¨®n Dignidad Trans con el objetivo de que la poblaci¨®n LGBTQI de Arauca no tuviera que pasar por lo mismo que ella.
Durante estos a?os como directora de la fundaci¨®n ha logrado ayudar a muchas mujeres. Lo primero que hizo fue identificar a las mujeres que viven de la calle en el territorio. Seg¨²n sus cuentas, en este momento en Arauca hay 120 que mujeres ejercen la prostituci¨®n. De ellas, 80 son trans. Se trata, desde luego, del primer estudio de estas caracter¨ªsticas que se hace en la zona. Montenegro sabe muy bien que lo que no aparece en datos oficiales no existe. Ahora, con los fr¨ªos n¨²meros en la mano, quienes quieren negar su realidad lo tienen m¨¢s dif¨ªcil.
¡°Durante el covid, la prostituci¨®n ha crecido mucho en la zona por la migraci¨®n venezolana¡±, asegura Montenegro. Desde la fundaci¨®n han hecho capacitaciones en compa?¨ªa de las autoridades locales para ayudar a las mujeres venezolanas que trabajan en las calles de la ciudad a protegerse de enfermedades sexuales, ya que a muchas de ellas les daba miedo ir al hospital por su situaci¨®n legal.
La fundaci¨®n tambi¨¦n ha trabajado de la mano de la polic¨ªa haciendo capacitaciones para que los agentes tengan una buena relaci¨®n con la poblaci¨®n LBGTI. Muchas veces, explican, es el desconocimiento y no el rechazo lo que provoca situaciones en las que, por ejemplo, las autoridades no saben c¨®mo referirse a las mujeres trans a la hora de identificarlas. No pocas veces su comunidad ha sufrido abusos por parte de la polic¨ªa, pero gracias a sus programas, seg¨²n Montenegro, se han logrado reducir los altercados entre agentes y poblaci¨®n trans en un 89% en Arauca capital.
Los avances son notables, pero a¨²n as¨ª la l¨ªder social sigue viviendo con miedo. No deja de ser una mujer trans en una zona donde han prometido matarla muchas veces. ¡°El temor sigue, pero dejar la lucha que hemos ido haciendo ahora no es posible¡±.
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