El activismo contra el estigma del VIH se vuelca a las redes sociales
Mientras los casos de infecciones crecen, activistas buscan c¨®mo luchar contra los prejuicios que los rodean
Flor B¨¢rcenas se enuncia como una trans negra. Recuerda que cuando un gay mor¨ªa en la ciudad de donde naci¨®, lo normal era decir que la causa era el sida. Por eso, cuando se enter¨® de que era VIH+, sus primeros miedos estaban relacionados con la muerte y el estigma. Ahora escribe poes¨ªa y con el paso de los a?os ha logrado transformar esos sentimientos en un factor movilizador que la ha convertido en una f¨¦rrea activista, en especial en redes sociales, donde busca que otros se identifiquen y encuentren redes de apoyo. Estas plataformas se han convertido en los ¨²ltimos a?os en espacios importantes para que las personas VIH+ puedan hacer pedagog¨ªa, acompa?arse y luchar contra la violencia que se propaga en aplicaciones digitales como Grindr. As¨ª pas¨® hace algunos d¨ªas, cuando Twitter se empez¨® a llenar de mensajes id¨¦nticos o muy similares: ¡°Vivo con VIH desde hace a?os. Soy indetectable, no puedo transmitir el virus y no soy un riesgo para mis parejas sexuales ni para nadie¡±, se le¨ªa en la mayor¨ªa. Esos trinos ven¨ªan de una iniciativa impulsada por activistas VIH+ ante constantes ataques serof¨®bicos ¡ª como se le llama a la discriminaci¨®n hacia las personas con VIH ¡ª en varias aplicaciones de citas.
Para las personas que viven con VIH, el estigma y la desinformaci¨®n que sufren resultan incluso m¨¢s da?inos que la enfermedad. De esto se dio cuenta Miguel ?ngel L¨®pez unos meses despu¨¦s de su diagn¨®stico, lo que lo llev¨® a dedicar su vida a ser activista por esta causa. Cofund¨® la Corporaci¨®n M¨¢sQueTresLetras y, desde hace cuatro a?os lucha por aportar a una sociedad m¨¢s informada y menos ser¨®fobica, a trav¨¦s de contenido informativo, charlas y debates en Instagram y Twitter. ¡°Hoy el problema no es recibir un diagn¨®stico del VIH+ sino lo que acarrea en t¨¦rminos de estigma social, o en el impacto emocional y psicol¨®gico¡±, cuenta L¨®pez. Las personas seropositivas tienen una expectativa de vida promedio de 80 a?os si tienen un tratamiento adecuado. Tener VIH es compatible con una vida normal en todos los aspectos. En 2018, la Sociedad Internacional de SIDA (IAS) comprob¨® que las personas que toman medicaci¨®n antirretroviral y logran estar indetectables en los ex¨¢menes, no transmiten el virus en relaciones sexuales sin preservativo.
Es decir, los medicamentos logran una carga tan baja del virus que ni lo perciben las pruebas diagn¨®sticas ni se comparten a otras personas. Sin embargo, este dato suele ser omitido por el personal m¨¦dico que atiende casos de VIH+, y muchas veces desde all¨ª inicia la desinformaci¨®n. L¨®pez cuenta que ha acompa?ado casos en los que los m¨¦dicos lo primero que dicen a los pacientes que salen positivo es que ¡°se tiraron la vida¡±. Tambi¨¦n asegura que hay casos donde los m¨¦dicos no conocen siquiera los dos m¨¦todos de prevenci¨®n del VIH. El PrEP (profilaxis previa a la exposici¨®n) que es un medicamento de toma diaria que previene el riesgo de contraer la infecci¨®n. Y el PEP (profilaxis post-exposici¨®n), un medicamento de emergencia para quienes hayan tenido riesgo de contraer VIH y que debe iniciarse dentro de las 72 horas posteriores a la posible exposici¨®n.
O tampoco se cumple la Resoluci¨®n 1604 de 2013 que obliga a las EPS a entregar todo medicamento pendiente en m¨¢ximo 48 horas desde que el paciente instaura la petici¨®n. Esos prejuicios y desconocimiento desde las instituciones y los m¨¦dicos son apenas las primeras barreras con las que se encuentran las personas VIH+.
L¨®pez y Barcenas coinciden en que es urgente que sea natural hablar del virus en todos los espacios de la sociedad: ¡°El VIH no solo se trata de quienes vivimos con ¨¦l. Se trata de toda la sociedad, porque es la que nos orilla a vivir en el silencio. Entonces, si la sociedad se educa, este peso no recaer¨ªa solo en quienes vivimos con VIH¡±, afirma B¨¢rcenas. Para L¨®pez tambi¨¦n hay un potencial transformador en las nuevas generaciones y por eso cree que las campa?as de educaci¨®n deben empezar rompiendo el tab¨² entre los m¨¢s j¨®venes. Por eso hace activismo en las redes sociales, en donde ambos han logrado hacer eco de sus experiencias, difundir informaci¨®n y reivindicar su situaci¨®n desde la esperanza y no desde el miedo a la muerte.
Otro actor imprescindible en esta lucha es el Estado que, para B¨¢rcenas, est¨¢ ausente, en particular para las poblaciones afro, trans o las que sufrieron por el conflicto armado. ¡°Las personas trans han sido estigmatizadas. Muchas veces cuando se piensan en las mujeres trans se piensa en que tiene una vida precaria y que el ¨²nico trabajo que puede conseguir es el trabajo sexual y por ende tiene VIH. Aunque eso puede ser cierto las personas trans carecemos de un capital educativo o familiar que nos permita acceder a informaci¨®n que nos permita evitar este tipo de infecciones¡±.
L¨®pez ve esperanza de la mano del nuevo Gobierno: ¡°Esperamos que como la bandera han sido las poblaciones de ¡®la periferia¡¯, se haga un enfoque all¨ª. A muchas personas en los pueblos las amenazan de muerte si conocen su diagn¨®stico, no tienen c¨®mo transportarse para hacerse la prueba. Esto tambi¨¦n es un problema de salud p¨²blica porque est¨¢n dejando a muchas personas expuestas, subtratadas, y enfrentando una cantidad de vulneraci¨®n de derechos¡±.
Mientras se mantiene el estigma y el Estado parece ausente, crecen las cifras de casos de infecciones en Latinoam¨¦rica y en particular en ciudades como Bogot¨¢, tal y como lo alert¨® el informe de ¡®Bogot¨¢ C¨®mo Vamos¡¯ de fines de julio. Este estudio registr¨® 4.168 casos reportados en 2021, frente a 3.259 de 2020, lo que significa un aumento del 28%. Al respecto, ni el gobierno distrital, ni el nacional se han manifestado ante lo que implica un problema de salud p¨²blica importante en la ciudad. Las cifras ponen de manifiesto que, las estrategias para luchar contra esta infecci¨®n deben ser integrales y siguen siendo necesarias. Y es cuando los escenarios digitales y los activistas que all¨ª han nacido juegan un papel clave en la prevenci¨®n, pero en especial, en abolir los prejuicios que perpet¨²an numerosas violencias contra las personas seropositivas evitando que vivan de forma plena.
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