Petro le pide a Maduro que sea garante en la negociaci¨®n con el ELN
El presidente de Venezuela acepta el ofrecimiento: ¡°Pondremos nuestra mejor voluntad en nombre de Dios¡±
Gustavo Petro le ha pedido a Nicol¨¢s Maduro que sea garante de la negociaci¨®n con el ELN que espera iniciar en breve, en cuesti¨®n de d¨ªas. Los presidentes de Colombia y Venezuela hablaron por tel¨¦fono hace poco y acordaron mantener lo antes posible una reuni¨®n en Caracas para planear la hoja de ruta de las conversaciones, seg¨²n ha podido confirmar este diario con fuentes de la Casa de Nari?o, la residencia presidencial. Maduro ha recibido este martes la propuesta oficial, mediante una carta firmada por Petro.
Horas despu¨¦s, Maduro acept¨® la propuesta en un programa de televisi¨®n: ¡°Venezuela acepta el car¨¢cter de garante con el ELN. Pondremos nuestra mejor voluntad en nombre de Dios padre todopoderoso¡±. En realidad, ya lo hab¨ªa hecho d¨ªas antes en las conversaciones telef¨®nicas, pero la carta sirve como fe testamentaria. El presidente venezolano record¨® que en su d¨ªa Hugo Ch¨¢vez, a quien ¨¦l sustituy¨® tras su muerte, tambi¨¦n hab¨ªa participado en un proceso de paz, en este caso con las FARC. Aquello sali¨® mal. El presidente ?lvaro Uribe nombr¨® mediador a Ch¨¢vez en 2007, pero lo relev¨® al enterarse que hab¨ªa llamado a un general colombiano por tel¨¦fono. Entonces comenz¨® una relaci¨®n tirante entre ambos que provoc¨® momentos de mucha tensi¨®n entre los pa¨ªses. Un a?o despu¨¦s se reconciliaron, aunque siempre qued¨® entre ellos esa sombra de desconfianza. Al fin y al cabo, eran dos pol¨ªticos en las ant¨ªpodas ideol¨®gicas.
La guerrilla colombiana tiene presencia en la frontera, sobre todo de lado venezolano, y sus mandos mantienen una relaci¨®n fluida con la c¨²pula chavista. Colombia, en un principio, no quer¨ªa involucrar a Venezuela en las conversaciones de paz, pero al restablecer las relaciones diplom¨¢ticas lleg¨® a la conclusi¨®n de que sin el visto bueno de Maduro iba a ser imposible avanzar. El nuevo embajador en Caracas, Armando Benedetti, habl¨® de su deseo de no elenizar las conversaciones entre los pa¨ªses. Eso no va a ser posible.
Petro le ha recordado a Maduro en la carta que Venezuela se comprometi¨® en 2016 a llevar a cabo una agenda de di¨¢logos con el ELN. M¨¢s tarde, los pa¨ªses estructuraron un protocolo en el que se contemplaba la vuelta a Colombia de una delegaci¨®n de la guerrilla a trav¨¦s de territorio venezolano. En ese trayecto no pod¨ªan ser detenidos ni extraditados. La idea es reactivar lo que ya est¨¢ firmado, transitar por el camino se?alado, lo que har¨¢ m¨¢s r¨¢pida la negociaci¨®n. La guerrilla ha dado se?ales de que as¨ª ser¨¢.
Los encargados de negociar la paz con las FARC, el mayor proceso de desarme que ha concretado Colombia en su historia, se lamentan a menudo de haber perdido mucho tiempo en tecnicismos. Los guerrilleros quer¨ªan dejar por escrito todo, sin que nada quedase a la interpretaci¨®n. No era una obsesi¨®n gratuita, en el pasado los grupos armados han firmado acuerdos con el Gobierno que despu¨¦s no se han cumplido, lo que les ha llevado a sentirse traicionados y regresar a las armas. Petro no quiere dar pasos en falsos y pretende aprovechar la literatura jur¨ªdica disponible para acelerar el proceso.
Confirmado el papel de Venezuela, m¨¢s que seguro el rol de Cuba, donde viven los principales dirigentes del ELN, queda por saber cu¨¢l ser¨¢ la funci¨®n de Espa?a. El presidente Pedro S¨¢nchez se puso a disposici¨®n de Petro, que recibi¨® el ofrecimiento con entusiasmo. Ser¨ªa una forma de involucrar a la Uni¨®n Europea en una negociaci¨®n que puede ser desgastante. El ELN, a diferencia de las FARC, no tiene como objetivo ¨²ltimo tomar el poder a la fuerza, sino implementar cambios sociales y pol¨ªticos. En ese sentido ir¨¢n algunas de sus demandas para deponer las armas.
El ELN naci¨® por la iniciativa de un grupo de j¨®venes entusiastas de la revoluci¨®n cubana. Los estudiantes colombianos permanecieron en La Habana durante la crisis de los misiles entre Rusia y Estados Unidos, a pesar de que Fidel Castro expuls¨® a todos los extranjeros de la isla. Al regresar a su pa¨ªs abrazaron la lucha armada. Casi todos los presidentes colombianos de los ¨²ltimos 40 a?os han entablado di¨¢logos con ellos, con poco ¨¦xito. El ¨²ltimo en intentarlo fue el presidente Iv¨¢n Duque, que cancel¨® las conversaciones despu¨¦s de que una c¨¦lula de la guerrilla perpetrara un atentado en una escuela de cadetes de Bogot¨¢, que dej¨® 23 muertos.
Conseguir el desarme del ELN es el primer paso para lograr lo que Petro llama la paz total. El presidente desea un pa¨ªs sin organizaciones armadas violentas, un mal que afecta a Colombia desde hace d¨¦cadas. Su intenci¨®n es lograr que la ¨²ltima guerrilla activa deponga las armas y que los carteles de la droga y los grupos criminales se sometan a la justicia con alg¨²n tipo de beneficio carcelario que todav¨ªa no se ha concretado. En campa?a, Petro conceptualiz¨® la tarea como la paz social, un invento del fil¨®sofo franc¨¦s Jacques Derrida.
En los ¨²ltimos d¨ªas, han surgido cr¨ªticas alrededor de esta idea totalizadora, como las de Sergio Jaramillo, excomisionado de Paz en la negociaci¨®n con las FARC durante el Gobierno de Juan Manuel Santos. A su forma de ver, no deber¨ªa darse el mismo tratamiento a todos los actores armados de Colombia: ¡°Yo lo llamar¨ªa un error de categor¨ªa al darle un tratamiento de paz a lo que es un problema de pol¨ªtica criminal¡±. A¨²n falta por concretarse la ingenier¨ªa judicial, pero Jaramillo cree que esto puede llevar a que organizaciones criminales est¨¦n ahora mismo rearm¨¢ndose e intentando ganar apoyo social en poblaciones remotas para presentarse a las conversaciones con el Gobierno con un mayor peso del que en realidad tienen.
Dirigentes del ELN tambi¨¦n han sido cr¨ªticos. ¡°La paz total es una falsa paz, por cuanto la reducen tan solo a la ausencia de confrontaci¨®n armada. Darle un tratamiento equivocado a los conflictos sociales seguir¨¢ conduci¨¦ndonos al alzamiento armado¡±, escribi¨® el jefe del ELN, alias Antonio Garc¨ªa en agosto, a los pocos d¨ªas de la investidura de Petro. Garc¨ªa est¨¢ considerado el representante del ala m¨¢s dura e intransigente de la organizaci¨®n. Algunos mandos se muestran disconformes con que se les incluya en el mismo proceso que grupos delincuenciales dedicados al narcotr¨¢fico y la extorsi¨®n.
El Gobierno considera precipitadas estas cr¨ªticas. El proceso todav¨ªa no est¨¢ en marcha, apenas se encuentra en fase de estudio. La intenci¨®n es entablar negociaciones y provocar el rendimiento ante la justicia de todos los grupos armados a la vez, no solo de uno como se ha hecho en el pasado. Supone un reto realmente ambicioso en una naci¨®n acostumbrada a la guerra. Muchos consideran que no es posible orquestar una pol¨ªtica de esta magnitud en este momento en el pa¨ªs que exporta m¨¢s coca¨ªna en el mundo, con toda la violencia que eso conlleva alrededor. Petro lo cree posible, y por eso est¨¢ dando los primeros pasos. Por el momento ya ha puesto a Venezuela a trabajar en ello.
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