Petro y Fedeg¨¢n: una jugada audaz
La firma del acuerdo para comprar tierras va m¨¢s all¨¢, pues busca desactivar un conflicto que tiene d¨¦cadas
La firma del acuerdo entre el Gobierno de Gustavo Petro y Fedeg¨¢n, el poderoso gremio ganadero, es mucho m¨¢s que un pacto para comprar tierras. Es una movida audaz por parte del presidente con la idea de desactivar un conflicto que tiene d¨¦cadas. Es tan sorprendente la fotograf¨ªa en la cual aparecen sonrientes Jos¨¦ Felix Lafaurie y el presidente Petro, que el pacto tom¨® por sorpresa a seguidores de los dos y algunos no acaban de superar la desconfianza que genera en cada orilla.
Y hay razones para el recelo. M¨¢s all¨¢ de ser un gremio, Fedeg¨¢n ha sido un claro jugador en el escenario pol¨ªtico alineado con la derecha que ha batallado de mil maneras contra lo que representa, desde su orilla de izquierda, el actual Gobierno. Jos¨¦ F¨¦lix Lafaurie es s¨ªmbolo de posiciones radicales de derecha. Por eso las reacciones de las huestes petristas se dividen entre quienes aplauden con esperanza y quienes son esc¨¦pticos porque no creen que se pueda confiar en este ¡°enemigo¡± eterno. Los que dudan preguntan si se va a legalizar el despojo porque temen que algunas de las tierras tengan historia de sangre detr¨¢s. Se preguntan si habr¨¢ impunidad o si el acuerdo contempla reparaci¨®n si detectan predios despojados.
La ministra de Agricultura, Cecilia L¨®pez, a quien se le nota la experiencia y la capacidad de ejecuci¨®n, ha dicho que una condici¨®n para la compra es precisamente que las tierras ¡°no tengan ning¨²n tipo de problema legal¡±. Dice tambi¨¦n que van a verificar que sean tierras productivas. Esto busca desactivar otro temor: que se deshagan de lo que no sirve y logren vender a buen precio tierras que no son buenas para cultivar. Es un problema que se ha visto en el pasado en otros intentos que se han hecho por mejorar la distribuci¨®n de la tierra. A muchos campesinos les han entregado tierras improductivas que los dejan en las mismas.
La reforma agraria ha sido un sue?o desde hace siglos y casi todos los gobiernos han tenido alguna propuesta para hacerla. Es claro que la tenencia y distribuci¨®n de la tierra est¨¢ en el centro del conflicto y por eso es llamativo que por primera vez se logre una convergencia de dos sectores pol¨ªticos opuestos. Curiosamente la coincidencia est¨¢ en el enfoque que tiene tambi¨¦n el acuerdo de paz y que estableci¨® que no basta con repartir tierra. La reforma tiene que ser integral para que esa tierra se pueda explotar.
En palabras del presidente de Fedeg¨¢n, Jos¨¦ F¨¦lix Lafaurie, quien coincidi¨® con el presidente en calificar el acuerdo como hist¨®rico, ¡°el factor diferenciador frente a una historia de fracasos, y el verdadero reto del gobierno, es la INTEGRALIDAD, comenzando por las v¨ªas terciarias, que son la expresi¨®n m¨¢s evidente del abandono.¡±
Es lo mismo que plante¨® en su momento el acuerdo de paz con las Farc y por eso en el primer cap¨ªtulo se habla de la Reforma Rural Integral. Es ese objetivo el que ha orientado el trabajo de la ministra L¨®pez, quien lo dijo con claridad: ¡°Esta es la forma de cumplirle al primer punto del Acuerdo de La Habana¡±. El pacto firmado con Fedeg¨¢n entonces encontr¨® las coincidencias en medio de las diferencias.
La apuesta es arriesgada porque muchos predios tienen su historia y aqu¨ª en lo individual cada quien buscar¨¢ sacar provecho de esta oportunidad. El Gobierno busca sumar en vez de confrontar y por esa v¨ªa concertar con quienes han sido protagonistas tambi¨¦n en la historia del conflicto. Recordemos que algunos ganaderos han sido se?alados como patrocinadores de las autodefensas y como quienes se beneficiaron del desplazamiento y el despojo de campesinos de sus tierras. Por eso se lee detr¨¢s del acuerdo un esfuerzo por avanzar en el proyecto de paz total.
Ser¨¢ un avance si por fin se logra una verdadera reforma agraria con todos los ingredientes: insumos, cr¨¦ditos, v¨ªas, mercados, acompa?amiento del Estado. Y si se desactivan tensiones y conflictos hay m¨¢s posibilidades de que funcione, aunque no hay garant¨ªa de nada.
El reto no es f¨¢cil porque adem¨¢s de desactivar temores pol¨ªticos, es tambi¨¦n una cuesti¨®n de plata por los inmensos recursos que se deben invertir para la compra de tierras y para lo que sigue si de verdad se quiere hacer la reforma de fondo. Hay todav¨ªa interrogantes sobre el monto del endeudamiento, la log¨ªstica para la compra, la selecci¨®n de predios que debe hacerse con lupa y tambi¨¦n la repartici¨®n porque son muchos los que piden tierra y ser¨¢n m¨¢s los que van a llegar ahora.
Si la jugada audaz le sale, el Gobierno de Gustavo Petro habr¨¢ cumplido con la historia. Es una apuesta grande y cuando se pone todo sobre la mesa se puede ganar todo o perder todo. Lo que falta no es un camino de rosas y tiene muchas espinas, pero siempre ser¨¢ mejor intentar desmontar conflictos por la v¨ªa del di¨¢logo y los acuerdos y no por la v¨ªa de la confrontaci¨®n y la violencia. Es mejor ver a los ganaderos firmando pactos con el Gobierno que llamando a hacer grupos de vecinos para defenderse de las tomas.
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