Danilo Rueda, el alto comisionado para la paz a los grupos armados: ¡°El tiempo est¨¢ corriendo¡±
Rueda es el hombre que hace los acercamientos con el ELN y las organizaciones criminales que quieren sumarse a la propuesta de la paz total
Danilo Rueda, el alto comisionado para la paz del Gobierno de Gustavo Petro toma el micr¨®fono y habla bajo una carpa de madera ante los l¨ªderes de la zona humanitaria de Cacarica, en el Choc¨®. Le corresponde la palabra despu¨¦s de los campesinos que lo llaman por su nombre, lo abrazan y le dan comida en cada casa. Para ellos es, simplemente, Danilo. ¡°Somos, en parte, gracias a ¨¦l¡±, cuenta Evelio, un hombre del pueblo, para explicar por qu¨¦ lo consideran u...
Danilo Rueda, el alto comisionado para la paz del Gobierno de Gustavo Petro toma el micr¨®fono y habla bajo una carpa de madera ante los l¨ªderes de la zona humanitaria de Cacarica, en el Choc¨®. Le corresponde la palabra despu¨¦s de los campesinos que lo llaman por su nombre, lo abrazan y le dan comida en cada casa. Para ellos es, simplemente, Danilo. ¡°Somos, en parte, gracias a ¨¦l¡±, cuenta Evelio, un hombre del pueblo, para explicar por qu¨¦ lo consideran un ¡°hijo del Bajo Atrato¡±. Antes de ser el encargado de hacer real la propuesta de ¡°paz total¡± de Petro, Rueda era el presidente de la Comisi¨®n Intereclesial de Justicia y Paz, una oeneg¨¦ que ayud¨® a esta poblaci¨®n que sufri¨® asesinatos y desplazamientos por grupos armados.
¡°Ahora les corresponde a los armados tomar decisiones r¨¢pidas o se perder¨¢ el tiempo del di¨¢logo. Las decisiones que tienen que tomar son prontas. No puede haber m¨¢s disculpas¡±, dice Rueda, que les cuenta que el Gobierno est¨¢ en un momento de tensi¨®n, especialmente en temas econ¨®micos, por lo cual es urgente concretar di¨¢logos de paz con las guerrillas y el crimen organizado. ¡°Si ellos no escuchan ese llamado profundo, las consecuencias van a ser muy graves¡±.
Y entonces habla como al aire, consciente de que esos territorios selv¨¢ticos siempre hay o¨ªdos y los grupos armados los rondan. ¡°El llamado es para los que est¨¢n en este territorio. No torturen m¨¢s, no maten m¨¢s, dejen que las comunidades los gu¨ªen para que transiten al estado de derecho. Escuchen, el tiempo es corto¡±, dice. M¨¢s tarde escuchar¨¢ hasta la media noche a cada uno de los l¨ªderes del Bajo Atrato que han ido a un encuentro y les dar¨¢ un n¨²mero telef¨®nico directo para que llamen a la oficina del alto comisionado en caso de alguna incursi¨®n o amenaza armada.
Desde su llegada al cargo, Rueda ha hecho acercamientos con disidentes de la guerrilla como Iv¨¢n M¨¢rquez, que abandon¨® el acuerdo de paz o Iv¨¢n Mordisco, a quien el Gobierno anterior dio por muerto; y ha enviado y recibido cartas de miembros de las oficinas de crimen organizado de Medell¨ªn.
Lleva puesta una camiseta que dice ¡°Colombia, Rep¨²blica de Paz desde 2016¡å, aunque esa paz haya sido un espejismo corto para muchos campesinos. Ahora deber¨¢ conseguir, nada menos, una ¡°paz total¡±. Ya tiene una Ley aprobada que le permite avanzar en las conversaciones, pero deber¨¢ aterrizar el marco jur¨ªdico de una propuesta que todav¨ªa se percibe como abstracta y genera muchas preguntas.
Pregunta. Paz total es una palabra enorme. A 100 d¨ªas del Gobierno, ?qu¨¦ han avanzado en esa apuesta?
Respuesta. Hay distintos elementos. Si entendemos que la paz total nace de la gente y se construye en la combinaci¨®n de diversos esfuerzos, tenemos los di¨¢logos vinculantes, el escenario donde los procesos comunitarios pueden definir estrat¨¦gicamente qu¨¦ les es pertinente para que haya una respuesta a sus derechos insatisfechos en materia social, econ¨®mica, cultural y ambiental. Cuando esa respuesta social se da en una pol¨ªtica p¨²blica del Gobierno, la fuente de la exclusi¨®n y desigualdad social que genera la posibilidad de que los ni?os y los j¨®venes se vayan a la violencia, empieza a reducirse. Simult¨¢neamente, como la vida digna es el centro de la pol¨ªtica del presidente Petro y de Francia M¨¢rquez, se inicia un proceso para satisfacer los derechos de la poblaci¨®n. Al mismo tiempo, a trav¨¦s del di¨¢logo con los armados, en el acercamiento en el que nos encontramos, el punto inicial es la vida. Si usted tiene voluntad de ser parte de la paz total, el punto de partida es la vida, la f¨ªsica de los seres humanos, sean civiles o combatientes; y la de los ecosistemas.
P. En concreto c¨®mo van esos acercamientos. Ha hablado antes de diez grupos¡
R. En los acercamientos se ha planteado a todos los grupos armados no torturar, no desaparecer, no matar. Si tienen disputas armadas con otro grupo, que esas operaciones no sean letales ni generen m¨¢s muertes, incluyendo la fuerza p¨²blica. Ni un asesinato de soldados y polic¨ªas, ni de nadie, porque la vida es el centro para generar confianza en esa fase de acercamiento. Luego vendr¨¢n los escenarios de conversaci¨®n. Como ha dicho claramente el presidente Petro, habr¨¢ una discusi¨®n sobre asuntos jur¨ªdicos para aquellos que no son grupos rebeldes sino estructuras armadas que se lucran, protegen riqueza indebida y acumulan capital, incluso para terceros. Otra cosa es lo que se concibe como grupos rebeldes, que tendr¨¢n un di¨¢logo sobre asuntos pol¨ªticos adem¨¢s de los jur¨ªdicos. Todos est¨¢n en fase de acercamiento y el ¨²nico proceso que ya entrar¨ªa en firme, es el del ELN en los pr¨®ximos d¨ªas.
P. Usted ha dicho ac¨¢ a los grupos armados que el tiempo es corto. ?Qu¨¦ significa eso?
R. Justamente significa que el tiempo es corto. Que escuchen a la gente que ha padecido todas las violencias, que es sabia y tiene la salida. Es innecesario prolongar derramamientos de sangre. Es innecesario seguir generando controles sociales territoriales con abusos sobre la poblaci¨®n.
P. ?El Gobierno tiene un l¨ªmite, un plazo para que entren? ?Qu¨¦ quiere decir eso en la pr¨¢ctica?
R. Quiere decir que los tiempos est¨¢n demasiado cortos. Si no se ponen las pilas y toman definiciones de fondo, va a ser dif¨ªcil que puedan ser parte del di¨¢logo de la paz total. El pa¨ªs desconoce que hay operaciones cualificadas de la inteligencia.
P. ?No est¨¢n detenidas las operaciones?
R. No. Nada est¨¢ congelado. ?Qu¨¦ est¨¢ detenido?, los bombardeos que signifiquen infracciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH), operaciones que signifiquen violaciones de derechos humanos. Las operaciones de inteligencia, insisto, est¨¢n cualificadas. Las de interdicci¨®n, como ha planteado el Presidente, se est¨¢n reorganizando. No hay posibilidad de decir que hay una debilidad, al contrario, hay una fortaleza. La fortaleza est¨¢ en el respeto a la vida de todos los colombianos, incluyendo la de las personas que est¨¢n en la delincuencia. La legitimidad del Estado y de la paz total est¨¢ en el enfoque de seguridad humana de cero corrupci¨®n, cero infracciones al DIH y respeto por los derechos humanos. Pero eso no significa abdicar el uso de la fuerza; significa que la fuerza se legitima y que el monopolio de la fuerza puede ser una realidad en Colombia.
R. Ha hablado de miembros de oficinas de crimen de Medell¨ªn que est¨¢n en los acercamientos¡
R. Ellos est¨¢n dando muestras de compromiso con la paz total. El otro elemento del que parte esta propuesta es que hay una correlaci¨®n entre las din¨¢micas urbanas y rurales de la violencia. Por eso, este tipo de estructuras armadas que tienen controles barriales, que tienen unidad de mando, y capacidad y efectos de letalidad sobre seres humanos, pueden ser desmontadas gradualmente a trav¨¦s del di¨¢logo.
P. ?Cu¨¢ntas se han sumado?
R. Un mont¨®n.
P. ?Y a qu¨¦ se han comprometido?
R. A no matar, no torturar, no desaparecer. No hemos llegado a otros asuntos que tienen que ver con delitos como la extorsi¨®n. Estamos primero en la vida.
P. ?Le ha sorprendido que alg¨²n grupo los haya buscado?
R. Me ha sorprendido que muchos integrantes de los diversos grupos, de manera individual o grupal, dicen ¡®queremos entregarnos ya al di¨¢logo, c¨®mo hacemos¡¯.
P. Hablemos del proceso con el ELN ?En qu¨¦ estado se encuentra?
R. Parte de la agenda tem¨¢tica viene del Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y se est¨¢ aplicando. Estamos por concertar el d¨ªa, el lugar y la hora. (El presidente dijo en su gira por Europa que ya eligieron a los negociadores de ambas partes).
P. ?Y con los otros grupos?
R. En fase acercamiento a distintos niveles. Estamos monitoreando sus compromisos. Tenemos l¨ªneas de conversaci¨®n humanitaria de intervenci¨®n inmediata por si se presenta una situaci¨®n en territorio. Si vemos que hay incumplimientos, exigimos. Insisto, la fuerza p¨²blica desde el enfoque de seguridad humana, la inteligencia siguen actuando. Es un acercamiento que parte de los asuntos humanitarios, porque ese ha sido el clamor de la gente que padece la violencia.
P. Hay muchas cr¨ªticas alrededor de los riesgos de una negociaci¨®n con estas organizaciones criminales.
R. Muchos dicen ¡®no, pero es que se comenz¨® mal porque no se exigieron cosas¡¯. Yo digo que, m¨¢s cosas, lo que la gente ha pedido es que no los maten, no los torturen, ni los desaparezcan. Gait¨¢n hablaba del pa¨ªs nacional y el pa¨ªs pol¨ªtico, de las fisuras de este pa¨ªs. El centro de las decisiones pol¨ªticas de este Gobierno es la escucha de la gente que muy pocas veces ha sido tenida en cuenta. El proceso de paz de La Habana puso en el centro a las v¨ªctimas, nosotros estamos prolongando esa visi¨®n. Si uno se adentra en los territorios puede ver c¨®mo en medio de un estado formal de derecho hay estados de hecho. Lo que vamos a desarrollar es la transici¨®n de todas esas din¨¢micas de violencia al estado de derecho.
P. Se aprob¨® la Ley de Paz total en el Congreso, pero ya se anuncian demandas. ?C¨®mo las enfrentan y qu¨¦ responden?
R. Escuchamos respetuosamente todas las cr¨ªticas y, cuando nos invitan a escenarios de aclaraci¨®n, estamos. Este no es un gobierno de imposiciones, es de di¨¢logo, entonces estamos a absolver todas las dudas.
P. Una de las m¨¢s importantes es por qu¨¦ negociar de nuevo con alias Iv¨¢n M¨¢rquez. Uno de los cr¨ªticos ha sido, precisamente, Humberto de La Calle, uno de los antiguos negociadores.
R. Entendemos el compromiso que asumieron, el acto legislativo. Nadie lo est¨¢ desconociendo. Ahora, si se habilita un escenario de conversaci¨®n sobre asuntos jur¨ªdicos tendr¨ªamos que ver qu¨¦ pasa. Lo dem¨¢s es aventurarnos a decir cosas que no est¨¢n sucediendo. Entendemos lo que se suscribi¨® y planteamos otra pregunta: ?qu¨¦ hacemos entonces con 1.500 hombres que dicen ellos que conforman el grupo (Segunda Marquetalia), cifra que coincide con informes internos que tiene el Gobierno? ?Vamos nuevamente a la guerra o tenemos la posibilidad de comprender que dejar vac¨ªo el intento de conversaci¨®n podr¨ªa significar la reproducci¨®n de unas fases de violencia, quiz¨¢s mucho m¨¢s degradadas, que consoliden estados de hecho en la geograf¨ªa colombiana?
P. ?C¨®mo evitar que la paz total genere expectativas fallidas en un pa¨ªs que ya ha sufrido tanto por el conflicto?
R. La frustraci¨®n es una posibilidad permanente en la vida. Las tristezas son parte de ella. Hemos aprendido que las podemos convertir en esperanza, los aprendizajes nos ayudan a enderezar. Por eso insisto que estamos dispuestos a escuchar todas las opiniones e inquietudes. Hemos tenido di¨¢logos, por ejemplo, con el Gobierno de los Estados Unidos, y tenemos sinton¨ªas. En medio de ellas hay que ajustar cu¨¢les ser¨ªan las decisiones m¨¢s acertadas para ese Gobierno y tambi¨¦n para Colombia. Son relaciones de cooperaci¨®n que no estamos borrando. Sabemos de la importancia de la relaci¨®n con Estados Unidos.
P. Y ?c¨®mo ha sido la relaci¨®n con el Gobierno de Venezuela para el proceso con el ELN?
R. Puede que decir esto genere ruidos para muchos sectores, pero puedo afirmar es que el Gobierno del presidente Nicol¨¢s Maduro ha sido transparente, asertivo y coherente con lo planteado en los protocolos. No hemos observado ning¨²n tipo de injerencia ni ventajas, y en ese sentido valoramos much¨ªsimo lo que ha sucedido hasta ahora.
P. Otra gran duda es ?c¨®mo van a evitar que vuelvan a aparecer otras estructuras armadas?
R. Tenemos much¨ªsimos aprendizajes y debemos agradecer lo que se gener¨® en el Teatro Col¨®n. Eso hay que honrarlo. Por ejemplo, ese aprendizaje de poner el foco sobre las tierras, en lo ¨¦tnico, las mujeres, la participaci¨®n pol¨ªtica, en buscar mecanismos de garant¨ªas de no repetici¨®n. Quienes nos colocan en el foco de la paz total son las conclusiones de la Comisi¨®n de la Verdad. Esto es fruto de todo eso.
P. Pero, ?c¨®mo detener la aparici¨®n de nuevas estructuras?
R. Tenemos que empezar a dise?ar unos nuevos mecanismos de protecci¨®n y seguridad territorial que incluyan a las comunidades. Ellos conocen los territorios. Eso implicar¨¢ discusiones de fondo de c¨®mo en esa mirada territorial de un nuevo modelo de seguridad se logra impedir que las din¨¢micas armadas y los intereses de la econom¨ªa criminal ingresen a esos territorios. Ya con las comunidades, y en di¨¢logo con sectores de las fuerzas militares y policiales, estamos en ese borrador de las ideas que van a definir un nuevo rumbo, con enfoque en la seguridad humana basada en los principios de Naciones Unidas. Adem¨¢s, con una din¨¢mica que podr¨ªa partir del C¨®digo de Procedimiento Penal, y con la experiencia de la Jurisdicci¨®n Especial de Paz (JEP) y de los Tribunales de Justicia y Paz, para armar modelos de justicia transicional que generen transformaciones en los territorios.
P. ?Entonces los grupos que se sometan a la paz total no ir¨ªan a la JEP?
R. No, no. Respetamos lo que hay del Acuerdo del Teatro Col¨®n. Aqu¨ª la gente se alarma de lo que no existe. Estamos en un acercamiento y ya el solo acercamiento produce erisipela y nerviosismo.
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