¡®Contra-pol¨ªtica¡¯, arte sobre la sombra alargada del narcotr¨¢fico
Miguel ?ngel Rojas, Jorge Juli¨¢n Aristiz¨¢bal, Camilo Restrepo y Carlos Castro presentan esta exposici¨®n colectiva en la Galer¨ªa La Cometa, de Bogot¨¢
Colombia ha vivido bajo la sombra alargada del narcotr¨¢fico que lo oscurece todo. Ha marcado las ¨²ltimas d¨¦cadas del pa¨ªs, modific¨® la vida cotidiana, la cultura y tambi¨¦n las decisiones del Estado. El coleccionista de arte antioque?o Rafael Londo?o llevaba a?os pensando en c¨®mo el surgimiento del narcotr¨¢fico marc¨® a los artistas, cu¨¢les fueron los efectos sicol¨®gicos y c¨®mo se expresa en sus obras. Decidi¨® juntar a cuatro que crecieron bajo esa realidad y que lo han abordado desde distintas t¨¦cnicas y perspectivas. Muchos colombianos, dice, tienen p¨¢nico al sonido de las motos que pasan cerca por el recuerdo de los sicarios, o andan con las llaves en la mano listas para entrar r¨¢pido a sus casas. ¡°Cargamos con las cicatrices de un Estado fallido¡±, resume. ¡°Yo quer¨ªa mirar las cicatrices; no el Estado fallido¡±.
As¨ª naci¨® Contra-pol¨ªtica, una exposici¨®n colectiva que se presenta en la galer¨ªa La Cometa y que, en palabras de Londo?o, su curador, ¡°es un viaje del dolor a la iron¨ªa¡± de la mano de Miguel ?ngel Rojas, Jorge Juli¨¢n Aristiz¨¢bal, Camilo Restrepo y Carlos Castro. ¡°Lo que nos interesaba es la contra-pol¨ªtica como ese momento en el cual el Estado o los gobiernos dejan de cumplir al pueblo y empiezan a hacerlo a intereses privados, oscuros¡±, dice. Aunque pone como punto de partida los a?os 80, aclara que la exposici¨®n no es otro ejercicio de memoria sobre el narcotr¨¢fico.
¡°Me interesaba m¨¢s entender el efecto que tuvo en los colombianos que hemos crecido bajo esta sombra y me puse a esculcar, en el buen sentido, en el caj¨®n de estos artistas. ?Qu¨¦ obras reflejaban su emocionalidad frente a este tema y nos mostraban qui¨¦nes somos?¡±.
El resultado fue una exposici¨®n colectiva que demuestra la vigencia del problema: tiene obras de hace 40 a?os y otras hechas hace un par de meses. Con una mirada intergeneracional, se puede recorrer en c¨ªrculos, como la relaci¨®n de los colombianos con el narcotr¨¢fico. ¡°No es una muestra de producci¨®n actual sino de pensamiento actual a trav¨¦s del tiempo¡±, dice Londo?o.
Contra-pol¨ªtica no es un espacio denso, sino que permite gui?os a la risa. Algunas obras son, dice Londo?o, ¡°mamaderas de gallo buen¨ªsimas¡±. ¡°La exposici¨®n muestra la capacidad que hemos tenido los colombianos de re¨ªrnos de nosotros mismos para poder trascender nuestro dolor, como un arma contra toda esta locura que vivimos¡±, agrega. EL PA?S convers¨® con los cuatro artistas para hacer un recorrido por Contra-pol¨ªtica en sus palabras:
Miguel ?ngel Rojas: base y columna de la sociedad
Miguel ?ngel Rojas (1946) lleva d¨¦cadas pregunt¨¢ndose sobre los caminos de la hoja de coca desde cultivo ancestral hasta producto de consumo. Los recorre en El Camino Corto, un d¨ªptico hecho con recortes de la hoja y billetes de d¨®lar. En uno presenta nombres de famosos que la consumen; en el otro, alias de los narcos que la transportan. Se observa tambi¨¦n en At the other side, donde hay un campesino hecho con puntos de hoja de coca; en la instalaci¨®n Gringos, que presenta hojas de coca perforadas por insectos que los campesinos llaman jocosamente gringos, ¡°porque se las comen¡±; o en Base y Columna, una met¨¢fora sobre c¨®mo sostienen a la sociedad colombiana.
¡°Empec¨¦ esta preocupaci¨®n en 1986 con la obra La noche. Era una dosis de coca¨ªna encapsulada debajo de resina y sobre una foto negra. Al oxidarse la coca¨ªna se formaron unos peque?os gr¨¢nulos. Era una met¨¢fora de los momentos y la vida de un consumidor. Me sirvi¨® de sublimaci¨®n, fue un acto de limpieza y sanaci¨®n que me dio fuerza para abandonar y autoridad para pensar que la responsabilidad de esta guerra tremenda que vivimos est¨¢ en el consumidor y en el consumo sofisticado en el primer mundo¡±, dice.
Para Rojas, tambi¨¦n autor de Broadway, (una instalaci¨®n de un camino de hormigas que cargan hojas de coca que hablaba de las mulas y de la migraci¨®n), ¡°el arte tiene la posibilidad, a trav¨¦s de la simbolog¨ªa, de hacer que la gente piense las cosas de otra manera, comunicarse de una forma que a veces no logra el documento o el reportaje¡±.
Jorge Juli¨¢n Aristiz¨¢bal: 1.94 cm de l¨ªnea de coca
En el segundo piso de la exposici¨®n una aspiradora con una particular bandera de Colombia, hecha a pedazos, recorre la sala y recoge el mugre del pa¨ªs. A su lado est¨¢ el acr¨ªlico sobre lienzo Colombia es un pastel, y cerca un ¡®sagrado coraz¨®n de Jes¨²s¡¯ con capucha, El Incorruptible. ¡°Quer¨ªa crear una obra que estorbe, que golpee al p¨²blico y que fuera una met¨¢fora de las aguas negras de la corrupci¨®n¡±, dice Jorge Juli¨¢n Aristiz¨¢bal (1962) sobre su escultura Aspiraciones.
Aristiz¨¢bal creci¨®, como muchos colombianos, con una imagen del sagrado coraz¨®n en la sala de la casa. ¡°Era el ojo vigilante, no lo pod¨ªamos hacer quedar mal. Pero empec¨¦ a preguntarme en qu¨¦ momento se perdi¨®. ?Ser¨¢ que es corruptible? Me cuestionaba la posici¨®n de la Iglesia en esta historia de narcotr¨¢fico y violencia¡±. El Incorruptible comparte paredes con otros personajes - pol¨ªticos, guerrilleros, paramilitares- que aparecen en las p¨¢ginas de los peri¨®dicos y que ¨¦l clasific¨® por colores. ¡°No quiero educar, solo hacer una observaci¨®n sutil para hablar de la complejidad de la pol¨ªtica colombiana¡±.
El artista ha medido su altura en coca¨ªna, como se ve en 1.94 cent¨ªmetros de l¨ªnea, que est¨¢ en Contra-pol¨ªtica. En 2006, mientras viv¨ªa en el exterior y comenz¨® a recibir muchas noticias sobre narcotr¨¢fico, se puso a pensar cu¨¢nto valdr¨ªa cada colombiano en coca¨ªna. Hizo l¨ªneas de coca¨ªna su altura. ¡°Por regla matem¨¢tica saqu¨¦ cu¨¢ntos gramos vengo siendo yo. En ese momento en Nueva York el gramo val¨ªa 60 d¨®lares¡±, cuenta. As¨ª, ¨¦l val¨ªa 18,8 millones de pesos de la ¨¦poca. ¡°Quer¨ªa involucrarme en el problema y termin¨¦ tambi¨¦n haciendo un auto retrato conceptual¡±.
Camilo Restrepo: Narcos ¡®Fashion Police¡¯
Camilo Restrepo (1973) es recordado por aTonOfCoke, en la que vendi¨® una tonelada de im¨¢genes digitales de coca¨ªna para revelar la especulaci¨®n en los mercados del arte, del narco y del blockchain. Una versi¨®n de ese trabajo est¨¢ en esta exposici¨®n colectiva, pero no es la ¨²nica que se destaca.
En un enorme muro se observa su reciente trabajo Fashion Police, una sarc¨¢stica mirada a c¨®mo el narcotr¨¢fico cada vez se celebra m¨¢s como se hace el mundo de la moda. Restrepo, un artista obsesivo, guard¨® durante cinco a?os las fotos que la Polic¨ªa publicaba de narcotraficantes capturados. Recre¨® la de alias ¡®Otoniel¡¯, Dies for Success, o la de alias ¡®Tom¡¯, que llevaba una camiseta de marca de lujo Dsquared2, entre otras. ¡°Es como un desfile de modas narco. Llevan ropa costosa con la que alardean¡±, dice para reforzar su cr¨ªtica a la guerra contra las drogas y a la necesidad de mostrarse perfectos a¨²n en una captura.
Con esa misma l¨®gica de revisar archivos y acumular, coleccion¨® durante todo un a?o los nombres de los alias que se difundieron en Colombia. No solo los present¨®, tambi¨¦n hizo una base de datos en la que los clasific¨® por el n¨²mero de veces que fueron mencionados en los medios de comunicaci¨®n.
En Contra-pol¨ªtica se puede ver tambi¨¦n Un buen muerto, una obra que le fue censurada en Medell¨ªn. Un hipop¨®tamo en impresi¨®n 3D reposa en el centro de un sal¨®n, rodeado de pegatinas con la imagen de Pablo Escobar interpretado por el actor Andr¨¦s Parra. En cada una est¨¢ la frase ¡®M¨¢tenlos a todos¡¯; en una pared blanca, la frase ¡®Un buen muerto¡¯, pronunciada por el expresidente ?lvaro Uribe. ¡°Gracias a la prohibicio?n de las drogas y las extraordinarias ganancias que pone en las manos de los narcos, las actitudes mafiosas se han impuesto en Colombia¡±, escribe el artista. ¡°Exterminar al que obstruye el camino se ha convertido en paisaje y celebraci¨®n¡±, contin¨²a y se refiere a la actualizaci¨®n de la frase ¡°m¨¢s buen muerto que un hijueputa¡±, que dijo un excongresista a Pablo Escobar cuando mataron a Luis Carlos Gal¨¢n.
Carlos Castro: Sim¨®n Bol¨ªvar sobre un hipop¨®tamo
Carlos Castro (1976) es el artista m¨¢s joven de Contra-pol¨ªtica. Su mirada refleja el sarcasmo y la iron¨ªa m¨¢s pura. Su trabajo consiste en la apropiaci¨®n de una est¨¦tica europea de El Arca de No¨¦ actualizada con las im¨¢genes propias del narco en Colombia: el hipop¨®tamo, el narcotraficante Carlos Ledher, entre otros.
¡°De ni?o fui de ni?o a la Hacienda N¨¢poles y recuerdo los animales sueltos, pero tambi¨¦n viv¨ª la ¨¦poca de las bombas¡±, dice. ¡°Con estas obras me interesa hablar de esos hechos concretos, pero tambi¨¦n ver las relaciones con el pasado. Pienso, por ejemplo en la Narco Arca de Escobar en el mito de que en un solo avi¨®n se trajeron animales que convivieron en santa armon¨ªa¡±.
En esa misma relaci¨®n de lo antiguo y sacralizado con la realidad colombiana, juega a reinterpretar s¨ªmbolos. As¨ª, presenta una escultura de una corona de laurel hecha con navajas y cuchillos recogidos por la Polic¨ªa de Bogot¨¢ o pone a Sim¨®n Bol¨ªvar cabalgando sobre un hipop¨®tamo, una imagen que inevitablemente recuerda lo m¨¢s largo de la sombra de Escobar.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.