Los negociadores de la paz con las FARC critican el proceso con el ELN
Sergio Jaramillo y Humberto de la Calle ventilan reparos a la agenda pactada por el Gobierno de Gustavo Petro con la ¨²ltima guerrilla en armas
La nueva agenda pactada en las negociaciones con la guerrilla del ELN, reci¨¦n anunciada el pasado viernes desde M¨¦xico por la mesa de di¨¢logos, ha provocado sus primeras reacciones en la pol¨ªtica de Colombia. En particular, entre las voces autorizadas de los antiguos negociadores del acuerdo de paz con las extintas FARC. En esa agenda firmada, ¡°el ELN le meti¨® todos los goles¡± al Gobierno de Gustavo Petro, lo que abre la puerta a ¡°una negociaci¨®n sin fin¡±, advierte Sergio Jaramillo, el comisionado de Paz de Juan Manuel Santos, mientras el otro arquitecto de ese hist¨®rico pacto, el hoy senador Humberto de la Calle, tambi¨¦n se?ala en una carta el ¡°lenguaje vago¡± del documento en temas neur¨¢lgicos como la dejaci¨®n de armas.
En el final del Gobierno de Santos (2010-2018) se pact¨® la agenda de negociaci¨®n con el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional que hered¨® su sucesor, Iv¨¢n Duque (2018-2022), un f¨¦rreo cr¨ªtico del acuerdo con las FARC. Duque dio por terminado ese otro proceso, que ya languidec¨ªa desde que lleg¨® al poder, luego del atentado contra una escuela de cadetes en Bogot¨¢ que caus¨® 23 muertos, en enero de 2019. Desde el inicio de su mandato, Petro se propuso retomar los di¨¢logos con el ELN desde el mismo punto en que quedaron suspendidos como parte de su b¨²squeda de la paz total.
Aquella agenda original era la que hab¨ªa estado sobre la mesa hasta el viernes, cuando las delegaciones del Gobierno y la guerrilla cerraron en Ciudad de M¨¦xico el segundo ciclo con el anuncio de una Nueva Agenda de Di¨¢logos de Paz. Mientras que la guerrilla no quiso reconocer a Colombia como un Estado Social de Derecho, el Estado le da el car¨¢cter de ¡°organizaci¨®n pol¨ªtica militar rebelde¡±. Esa hoja de ruta marcar¨¢ el destino de las conversaciones, pero los reparos no tardaron en aparecer.
Las cr¨ªticas m¨¢s vehementes llegaron por parte de Jaramillo. ¡°No se evidencia voluntad de cerrar el conflicto por parte de la guerrilla¡±, afirm¨® en una entrevista con W Radio. ¡°Es cierto que el Gobierno Petro hered¨® una agenda general, ambigua, pero esas ambig¨¹edades que hab¨ªa en la agenda a m¨ª me parece que se resolvieron todas a favor del ELN¡±, se?al¨® el excomisionado de Paz. En su interpretaci¨®n, esa hoja de ruta se propone revisar el modelo econ¨®mico y el r¨¦gimen pol¨ªtico de Colombia, m¨¢s a semejanza de las fallidas negociaciones del Cagu¨¢n en el Gobierno de Andr¨¦s Pastrana (1998-2002) que de los di¨¢logos de La Habana que desembocaron en un acuerdo de paz.
En otro de sus argumentos, Jaramillo se?ala un problema de incentivos. Uno de los puntos de la agenda sostiene que el Gobierno no va a usar la fuerza para presionar a la mesa, ¡°eso es exactamente lo contrario de la doctrina Santos, por darle alg¨²n nombre¡±, apunta. ¡°Deja al ELN en el para¨ªso, porque no van a estar perseguidos¡±. Por ¨²ltimo, observa otro problema en la ¡°secuencia¡± ante la idea de implementar acuerdos parciales antes del cese al fuego y el desarme, que adem¨¢s solo se mencionan con un lenguaje ambiguo. ¡°Estamos simplemente ante una especie de paz armada, que viola ¨Cy es lo que m¨¢s me preocupa de todo¨C el principio sagrado de La Habana¡±, que era romper el v¨ªnculo entre armas y pol¨ªtica. ¡°Ac¨¢ estamos viendo lo contrario: ¡®yo voy a discutir con usted eternamente todos los problemas del pa¨ªs, y usted mientras tanto sigue armado¡±.
¡°A palabras necias o¨ªdos sordos¡±, le respondi¨® en un tono poco diplom¨¢tico, sin mencionar su nombre, el canciller ?lvaro Leyva, que asesor¨® a las FARC en los di¨¢logos de La Habana. ¡°A alg¨²n alto comisionado de paz de anta?o fue necesario enmendarle la plana. Ser inteligente expost para lucirse es como ser comentarista de f¨²tbol los lunes por la ma?ana. Facil¨ªsimo. El mejor aporte a la paz es construir, no destruir¡±, escribi¨® en un mensaje en sus redes sociales. ¡°Ac¨¢ no hay due?os de la paz ni hay ar¨²spices sabelotodo en materia tan delicada¡±, agreg¨® poco despu¨¦s.
A las cr¨ªticas de Jaramillo se suma una carta p¨²blica de Humberto de La Calle, el jefe negociador del Gobierno en la mesa con las FARC, de este lunes. En ella se cuestiona al l¨ªder ganadero Jos¨¦ Felix Lafaurie, un representante de los sectores m¨¢s derechistas al que Petro incluy¨® en su equipo negociador a pesar de estar en las ant¨ªpodas ideol¨®gicas. ¡°?Por qu¨¦ desat¨® una implacable oposici¨®n al proceso con las FARC, cuando en la agenda actual con el ELN se observan temas mucho m¨¢s comprometedores para el Estado y la sociedad?¡±
La misiva tambi¨¦n desliza reparos al ¡°lenguaje vago¡± de la agenda con el ELN. ¡°Confiemos en que se ir¨¢ precisando¡±, matiza De la Calle, aunque califica de ¡°inquietante¡± la implementaci¨®n de acuerdos parciales. Eso va en contrav¨ªa del principio que se aplic¨® en la negociaci¨®n con las FARC, seg¨²n el cual ¡®nada est¨¢ acordado hasta que todo est¨¦ acordado¡¯. ¡°Puede suceder que el ELN busque mantener las armas durante un plazo posterior al acuerdo final, o incluso negarse a su dejaci¨®n, cuando muchos de los acuerdos ya habr¨¢n sido convenidos¡±, escribe De la Calle en una cr¨ªtica recurrente de varios observadores a los di¨¢logos con la ¨²ltima guerrilla del pa¨ªs.
¡°Lo que hace el pre¨¢mbulo de esta agenda es mostrar que, a diferencia de otros procesos que se han dado en el pasado, el problema no solo consiste en un acuerdo entre el Gobierno y el ELN, sino que se trata de convocar al pa¨ªs a lo que hemos llamado un gran acuerdo nacional¡±, explica en entrevista con este peri¨®dico el senador Iv¨¢n Cepeda, uno de los negociadores con el ELN. ¡°Es una visi¨®n de paz distinta, en la que se intenta algo que ha sido esquivo en Colombia: un pacto nacional¡±.
Las dos cabezas m¨¢s visibles de la negociaci¨®n con las FARC ya hab¨ªan pedido el pasado diciembre al Gobierno de Petro, en una carta conjunta en la que reconoc¨ªan sus ¡°buenas intenciones¡±, pasar de la palabra a la acci¨®n en la implementaci¨®n del acuerdo, estancada en el periodo de Duque, ¡°para que el proceso de paz no siga perdiendo terreno en los territorios de Colombia¡±. Ya para entonces Jaramillo y De la Calle se?alaban que ¡°la experiencia colombiana ense?a que conversaciones de paz que no se acompa?an de una estrategia eficaz de seguridad, fracasan¡±.
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