Proyecto Rafael: las empresas mineras que ¡°desangran¡± la tierra en Colombia
Rafael Moreno denunci¨® los da?os causados por la actividad minera en su regi¨®n, antes de ser silenciado. Treinta periodistas, coordinados por Forbidden Stories, han retomado sus investigaciones y est¨¢n sacando a la luz los m¨¦todos condenatorios de las empresas que investigaba. Con nuevas pruebas, revelan graves irregularidades que confirman el trabajo del periodista asesinado.
¡°Revivo mis ¨¦pocas de minero tradicional¡±. En un video publicado en su p¨¢gina de Facebook el 17 de septiembre de 2020, Rafael Moreno se adentra en un pozo de varios metros de profundidad, colgado de una cuerda y con una sonrisa en el rostro. El periodista de investigaci¨®n pas¨® la mayor parte de su infancia ah¨ª, en la mina de oro artesanal de El Alacr¨¢n. ¡°Hoy les ense?o a mis hijos d¨®nde aprend¨ª a defenderme en la vida, d¨®nde viv¨ª tantos momentos inolvidables y d¨®nde vive tanta gente que me quiere, que se emociona al verme, que se enorgullece de que Rafael Moreno sea hijo de este rinconcito olvidado¡±, declar¨® en otra publicaci¨®n.
En este pueblo del norte de Colombia, donde casas y pozos mineros coexisten en medio de una selva tropical casi virgen, todos recuerdan al ¡°peque?o¡± Rafael Moreno. Aunque se fue de El Alacr¨¢n con apenas 18 a?os, el periodista mantuvo lazos muy estrechos con la aldea minera, y la visitaba frecuentemente. ¡°Se quedaba con nosotros, en su antigua casa. Era parte de nuestra comunidad¡±, recuerda Mar¨ªa Mart¨ªnez, una habitante. ¡°Siempre, a cada ratico, le dec¨ªa: ¡®Rafael, ?por qu¨¦ no te quedas callado? Ya deja todo eso, te va a traer problemas, te van a matar¡¯. Y es lo que finalmente le ocurri¨®¡± , dice, sec¨¢ndose unas l¨¢grimas.
Rafael Moreno vivi¨® su infancia y adolescencia entre los mineros artesanales de oro; de estas experiencias eman¨® una de las causas que m¨¢s defendi¨® como periodista: el combate contra la extracci¨®n ilegal de recursos minerales por parte de las empresas mineras presentes en el sur del departamento de C¨®rdoba, su regi¨®n de origen.
¡°Trabajamos sobre cuestiones ambientales [¡] (e investigamos) sobre las administraciones p¨²blicas y los consorcios (de empresas que operan) sin ning¨²n permiso ambiental o t¨ªtulo minero¡¡±, explic¨® durante una primera llamada telef¨®nica a Forbidden Stories, el 7 de octubre de 2022, apenas nueve d¨ªas antes de ser asesinado. V¨ªctima de graves amenazas, hab¨ªa entrado en contacto con nuestro consorcio para salvaguardar sus documentos en la SafeBox Network, una red que permite a los periodistas amenazados proteger su informaci¨®n sensible, comparti¨¦ndola con Forbidden Stories. Rafael Moreno quer¨ªa guardar sus documentos en un lugar seguro para que su trabajo pudiese ser continuado en caso de sufrir un asesinato.
El periodista no andaba con medias tintas, y pocos escapaban a sus cr¨ªticas. Acompa?ado por Organis Cuadrado, su compa?ero y coadministrador de la p¨¢gina de Facebook Voces de C¨®rdoba ¨C el principal canal de difusi¨®n de su trabajo period¨ªstico ¨C Rafael Moreno recorr¨ªa los caminos tortuosos de su regi¨®n para denunciar en vivo los ¡°cr¨ªmenes¡± que investigaba.
A partir del d¨ªa siguiente a su muerte y durante los siguientes seis meses, 30 periodistas, coordinados por el consorcio de investigaci¨®n Forbidden Stories, retomaron su trabajo sobre tres de las minas que ¨¦l investigaba. Estos resultados los publican 32 medios. El consorcio encontr¨® irregularidades graves en la operaci¨®n de estas minas, que confirmaron las denuncias del periodista: extra¨ªan recursos sin permisos ambientales, sin consultar a las comunidades ind¨ªgenas o causando da?os ambientales y a la salud de las poblaciones aleda?as.
¡°Esta tierra es tanto una bendici¨®n como una maldici¨®n¡±
Debajo de una espesa alfombra vegetal, el subsuelo de la regi¨®n de Puerto Libertador, tierra de origen de Rafael Moreno, contiene abundantes reservas de carb¨®n, n¨ªquel, cobre, oro, plata, cobalto y hierro. Esta zona apartada, situada en el norte de Colombia, concentra la mayor parte de la actividad minera y energ¨¦tica de la provincia: tiene 50 permisos de explotaci¨®n vigentes, m¨¢s de la mitad de las concesiones otorgadas en el departamento de C¨®rdoba.
Ubicada entre las faldas de un vasto cerro selv¨¢tico, la mina de oro de El Alacr¨¢n alberga una importante comunidad de mineros artesanales, quienes extraen el metal precioso a mano, a una escala irrisoria en comparaci¨®n con los recursos financieros, humanos y tecnol¨®gicos de las grandes empresas mineras.
Sentada frente a una mesa de pl¨¢stico blanco, en la terraza de la casa que fue el hogar de Rafael Moreno y su familia, Brenda Boh¨®rquez D¨ªaz, de unos 30 a?os, entona con su voz potente una canci¨®n que ella misma escribi¨®: ¡°Aqu¨ª, donde la riqueza es mineral, de una forma artesanal, sacan el oro nuestras familias¡±.
Boh¨®rquez es una de las portavoces de la comunidad de El Alacr¨¢n, cuyos mil doscientos habitantes viven alrededor de la mina del mismo nombre. ¡°Al igual que los campesinos, nuestra riqueza es la tierra¡±, dice.
Su comunidad est¨¢ amenazada por el megaproyecto minero San Mat¨ªas. Encabezado por la empresa Cordoba Minerals ¨C cuyo capital proviene, en mayor¨ªa, de Estados Unidos y China ¨C este proyecto colosal podr¨ªa convertir a Colombia en el primer productor de cobre en el mundo. Sin embargo, la empresa describe este proyecto como ¡°una iniciativa a peque?a escala en el contexto mundial¡±. La empresa pretende extraer, cada d¨ªa, 22 mil toneladas de minerales (cobre, oro y plata) en una superficie de 20 mil hect¨¢reas.
¡°Hemos recibido apoyo desde las autoridades locales hasta lo m¨¢s alto del Estado (¡) y las comunidades locales son muy favorables al proyecto¡±, sostiene Sarah Armstrong Montoya, la representante legal de Cordoba Minerals.
Pero los habitantes de El Alacr¨¢n discrepan. ¡°Este proyecto va a desangrar nuestra tierra¡±, advierte Brenda Boh¨®rquez D¨ªaz. Junto con otros militantes de su comunidad, la activista denuncia la opacidad de las autoridades. ¡°Nunca nos consultaron. Obtuvieron la concesi¨®n sin concertar con nuestra comunidad (¡) nuestra existencia es incompatible con este proyecto, y alg¨²n d¨ªa nos van a desalojar¡± . La ley colombiana establece que el proceso de consulta a las comunidades ind¨ªgenas es obligatorio antes de iniciar la fase de exploraci¨®n de cualquier proyecto minero, o para ¡°cualquier decisi¨®n que las afecta directamente¡±.

La empresa niega la presencia de comunidades ind¨ªgenas en la aldea de El Alacr¨¢n, aunque ¡°all¨ª viven varias familias ind¨ªgenas de la comunidad de San Pedro¡±, afirma Israel Aguilar, l¨ªder y ex jefe del resguardo ind¨ªgena Zen¨², en el Alto San Jorge.
En un informe preliminar elaborado en 2019, la propia empresa admiti¨® que su actividad minera podr¨ªa provocar un ¡°deterioro potencial de la salud de la comunidad y un aumento de las patolog¨ªas sociales¡±, as¨ª como afectaciones por el ruido y una p¨¦rdida de la biodiversidad.
En la avenida principal del pueblo, algunos obreros con uniformes de la compa?¨ªa Cordoba Minerals quitan la l¨¢mina del techo de una vivienda humilde antes de derribarla por completo. ¡°Aqu¨ª, Cordoba Minerals va a excavar para su proyecto de exploraci¨®n minera¡±, explica Brenda. Seg¨²n ella, la empresa nunca tom¨® en cuenta la presencia de la poblaci¨®n local cuando elabor¨® sus mapas, lo cual explica por qu¨¦ est¨¢n cavando un pozo en medio del pueblo. ¡°Se sorprendieron cuando se dieron cuenta de cu¨¢ntos ¨¦ramos¡±, agrega. Seg¨²n los vecinos, Cordoba Minerals se comprometi¨® a reconstruir las casas cuando concluya la fase de exploraci¨®n.
En respuesta a un cuestionario detallado que le envi¨® el consorcio Forbidden Stories, la empresa neg¨® que ninguna casa se hubiera visto afectada por los efectos de la prospecci¨®n, pero al mismo tiempo reconoci¨® que hab¨ªa pagado indemnizaciones a ra¨ªz de intervenciones que hab¨ªan afectado a determinados edificios, sobre todo viviendas.
Desde hace m¨¢s de cuatro d¨¦cadas, es decir, mucho antes de que llegara la compa?¨ªa ¨C en 2015 ¨C, los mineros de El Alacr¨¢n han solicitado un permiso para explotar los recursos minerales de su regi¨®n de manera legal. Hasta la fecha, la Agencia Nacional de Miner¨ªa sigue ignorando su petici¨®n. La empresa Cordoba Minerals, por su parte, concentra pr¨¢cticamente la mitad de los permisos mineros de la regi¨®n, seg¨²n document¨® el Centro Latinoamericano de Periodismo de Investigaci¨®n (CLIP).
Conflictos como ¨¦ste abundan en la regi¨®n, cuyas reservas minerales atraen intereses voraces. ¡°Esta riqueza es una bendici¨®n y a su vez una maldici¨®n¡±, comenta Brenda Boh¨®rquez.
Rafael Moreno segu¨ªa de cerca la lucha que la comunidad de El Alacr¨¢n libraba contra la empresa minera. En junio de 2022, lanz¨® una convocatoria para recabar testimonios y quejas sobre el proyecto. ¡°Las comunidades merecen respeto¡±, declar¨®.
En paralelo, durante los meses previos a su asesinato, el periodista hab¨ªa puesto la lupa en el caso de Carbomas S.A.S, una empresa minera que extrae carb¨®n entre las ciudades de Puerto Libertador y Montelibano.
Carbomas, la ¨²ltima obsesi¨®n minera de Rafael
¡°Abrimos una investigaci¨®n sobre la empresa Carbomas (¡) sobre irregularidades en la ejecuci¨®n de su proyecto de extracci¨®n de carb¨®n en los municipios de Puerto Libertador y Montel¨ªbano¡±. Con este tono solemne, Rafael Moreno anunci¨®, el 10 de junio de 2022 ¨C en su p¨¢gina de Facebook Voces de C¨®rdoba ¨C el arranque de un nuevo proyecto period¨ªstico.
El inter¨¦s de Rafael Moreno en Carbomas ten¨ªa un antecedente: el periodista ya sospechaba que la empresa extra¨ªa carb¨®n sin permiso ambiental, y dos meses antes le hab¨ªa enviado una solicitud de acceso a la informaci¨®n para pedirle una copia de los permisos ambientales, del certificado de origen de los minerales extra¨ªdos, as¨ª como la garant¨ªa de que el proyecto minero tendr¨ªa un impacto socioecon¨®mico positivo sobre las comunidades aleda?as.
Escasas semanas despu¨¦s, la empresa le replic¨® que no pensaba contestar a su petici¨®n, pues la tild¨® de ¡°no procedente¡±. Para Rafael Moreno y su colega Organis Cuadrado, esta respuesta quer¨ªa decir que la empresa ¡°oculta informaci¨®n por temor a dejar al descubierto irregularidades evidentes¡±. Adem¨¢s, acusaron que la compa?¨ªa no llev¨® a cabo ning¨²n proceso de consulta previa con las comunidades vecinas, un protocolo obligatorio antes de emprender cualquier proyecto minero.
En Voces de C¨®rdoba, los periodistas multiplicaron los se?alamientos contra la empresa. Insistentes en sus denuncias, se volvieron los blancos de cr¨ªticas malintencionadas. ¡°A todos los que me acusan de hacer esto por dinero o un empleo (¡) les contesto que es absurdo¡±, asever¨® Rafael Moreno en un video de 25 minutos que public¨® para refutar las acusaciones. ¡°Mi denuncia, la hago bas¨¢ndome en mi trabajo de investigaci¨®n y en el terreno (...) No invento nada, todo est¨¢ documentado¡±.
El caso Carbomas se encaminaba a durar mucho tiempo; sin embargo, un documento que el consorcio descubri¨® en la mensajer¨ªa electr¨®nica de Rafael Moreno revela que, el 5 de julio de 2022, en un correo directamente dirigido a Homero G¨®mez Anaya ¨C el representante legal de la empresa ¨C el periodista desisti¨® de su solicitud de informaci¨®n enviada tres meses antes.
El 2 de julio de 2022, apenas tres d¨ªas antes de este extra?o retroceso, Rafael Moreno hab¨ªa sufrido un percance terror¨ªfico: en la caja de su motocicleta, encontr¨® una carta con una amenaza de muerte, junto con la bala de una pistola. ¡°Te crees intocable porque hablas p¨²blicamente, pero aqu¨ª nadie lo es (¡) sabemos todo sobre ti y no te perdonaremos lo que haces¡±.
Por su lucha contra la extracci¨®n ilegal de recursos y contra todo tipo de corrupci¨®n, Rafael Moreno incomodaba en muchas partes. Resulta dif¨ªcil asociar directamente la amenaza de muerte y el correo electr¨®nico a Carbomas para desistir de la solicitud de informaci¨®n, pero lo cierto es que los periodistas dejaron de publicar sobre la empresa despu¨¦s de esa fecha.
El consorcio de Forbidden Stories y sus socios volvieron a solicitar la informaci¨®n que Rafael Moreno quer¨ªa conseguir. Uno de los documentos obtenidos como producto de una petici¨®n a la Corporaci¨®n Aut¨®noma Regional de los Valles del Sin¨² y del San Jorge (CVS) ¨C la instancia local de gesti¨®n ambiental ¨C revela que, en la ¨¦poca en la que Rafael Moreno denunciaba a Carbomas, la empresa no contaba con el permiso ambiental para su nuevo proyecto minero carbon¨ªfero La Estrella.
Gracias a unas im¨¢genes de sat¨¦lite in¨¦ditas de Planet Labs, obtenidas por el OCCRP ¨C miembro del consorcio ¨C parece que en mayo de 2022, en el momento de las acusaciones de Rafael Moreno, la mina ya estaba en fase de explotaci¨®n, aunque la empresa a¨²n no ten¨ªa licencia ambiental. ¡°Esta imagen muestra claramente que la mina estaba en fase de explotaci¨®n, dado el avanzado nivel de deforestaci¨®n y la presencia de cavidades¡±, confirma Guadalupe Garc¨ªa Prado, directora del Observatorio de Industrias Extractivas, con sede en Guatemala. A pesar de nuestras preguntas, la empresa no ha comunicado la fecha de inicio de sus operaciones.
Im¨¢genes satelitales de la mina La Estrella de Carbomas, regi¨®n de Puerto Libertador, en mayo de 2022 (Cr¨¦ditos: OCCRP - Planet Labs).
Seg¨²n el documento de CVS, la empresa solicit¨® una licencia medioambiental dos meses despu¨¦s de la solicitud inicial de Moreno de libertad de informaci¨®n, el 21 de junio de 2022. La licencia se aprob¨® varios meses despu¨¦s, en noviembre, aproximadamente un mes despu¨¦s del asesinato de Moreno.
Carbomas no es la ¨²nica empresa minera que causa problemas en la regi¨®n. La compa?¨ªa suministra carb¨®n a Cerro Matoso, la mina de n¨ªquel m¨¢s grande del continente cuyo impacto en el medio ambiente y en la salud de las comunidades vecinas ha sido denunciado desde hace a?os.
El n¨ªquel de Cerro Matoso: contaminador n¨²mero uno
¡°Capital niquelera¡±. En la entrada de la ciudad de Montel¨ªbano, este letrero multicolor, colocado delante de una excavadora Caterpillar 773-D, da una alegre bienvenida a los visitantes. ¡°Junio 2022 ¨C Con motivo de sus 40 a?os y de los 115 de Montel¨ªbano, Cerro Matoso hizo entrega de este cami¨®n al municipio (¡) como s¨ªmbolo de la actividad minero-industrial de la regi¨®n¡±, se puede leer en una placa reci¨¦n colocada en la entrada.
La fama de Cerro Matoso rebasa las fronteras de Montel¨ªbano: es la primera mina de n¨ªquel de Am¨¦rica Latina y la cuarta en el mundo en t¨¦rminos de superficie. En la carretera, los camiones pasan uno tras otro en un desfile incesante, transportando su valioso cargamento de ferron¨ªquel desde la mina hacia la ciudad portuaria de Cartagena.
El mineral, utilizado sobre todo en la producci¨®n de acero inoxidable, se exporta principalmente hacia China, Estados Unidos y Europa. ¡°Participamos de manera activa en la transici¨®n energ¨¦tica porque nuestros materiales son muy cotizados para producir paneles solares¡±, presume Pedro Oviedo, jefe de operaciones en la mina.
Pero el n¨ªquel divide. En algunos, el mineral despierta orgullo, pero para muchos, la mina de Cerro Matoso representa, ante todo, un desastre ambiental y sanitario. El gigantesco boquete, de 84 mil 989 hect¨¢reas, se encuentra en medio de la reserva ind¨ªgena Zen¨² del Alto San Jorge, y una quincena de comunidades ind¨ªgenas viven en su alrededor. El pueblo m¨¢s cercano, Puerto Colombia, se encuentra a apenas 750 metros de las excavaciones y de las plantas donde el n¨ªquel es transformado en ferron¨ªquel.
¡°Aqu¨ª no van a encontrar ninguna persona con buena salud, todos estamos enfermos¡±, afirma Estela Isabel Hoyos Arcia, una habitante del pueblo. El bosque tupido que rodea el poblado no basta para reducir los perjuicios de las actividades mineras. ¡°Nuestros ojos est¨¢n irritados todo el d¨ªa¡±, agrega.

Este malestar es producto del humo que se escapa de las chimeneas de la planta minera, ¡°y m¨¢s en la noche¡±, seg¨²n los habitantes. En noviembre de 2021, Rafael Moreno public¨® una fotograf¨ªa comprometedora para la minera Cerro Matoso: en ella, se observaba una enorme nube de humo de color ros¨¢ceo, con aspecto de torbellino, que sal¨ªa del sitio minero y cubr¨ªa una vasta zona. ¡°Que hermosa se ve nuestra subregi¨®n con las decoraciones que le pone Cerro Matoso¡±, coment¨® con un tono ir¨®nico.
La empresa acus¨® entonces a Rafael de publicar una fotograf¨ªa desactualizada. En reacci¨®n, el periodista y su colega Organis Cuadrado se trasladaron, d¨ªas despu¨¦s, a escasa distancia de la mina, y filmaron la nube. ¡°Hoy 23 de noviembre de 2021 (¡) esta nube rosada que ven, es la que hace da?o, la que perjudica a las comunidades¡±, recalc¨®.
La compa?¨ªa minera sigue negando que contamine: ¡°de nuestras chimeneas s¨®lo sale vapor de agua; en cuanto a esta nube rosada, seguramente se trata de un fallo del sistema, es una excepci¨®n¡±, asegura Pedro Oviedo, jefe de operaci¨®n en Cerro Matoso, en entrevista con Forbidden Stories. Sin embargo, videos difundidos por fuentes locales muestran que sucedieron episodios similares el mismo a?o y en abril de 2022.
En 2017, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible ya hab¨ªa alertado sobre las ¡°emisiones no controladas¡± que sal¨ªan de la mina; esta observaci¨®n fue corroborada por el Ministerio de Salud y Protecci¨®n Social, que dio cuenta de la existencia de una ¡°nube de color naranja¡±.
En 2020, antes de las acusaciones de Rafael Moreno, Cerro Matoso ya hab¨ªa sido condenada por la CVS ¨C el ¨®rgano regional de gesti¨®n medioambiental ¨C por superar las emisiones de part¨ªculas, muy por encima de las normas medioambientales.
Sin embargo, Cerro Matoso niega cualquier acusaci¨®n sobre contaminaci¨®n atmosf¨¦rica y se defiende: ¡°ninguna de las mediciones [del aire ambiental en 2022, nota del editor] alcanz¨® el l¨ªmite de la media anual de las directrices definidas por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud¡±. La empresa tambi¨¦n afirma ser transparente, y todas las medidas de sus estaciones de muestreo est¨¢n disponibles en l¨ªnea.
V¨ªctor Pineda trabaj¨® durante 22 a?os en Cerro Matoso, principalmente en la zona de los hornos donde el n¨ªquel es transformado a muy alta temperatura, y de los cuales se escapan estas pol¨¦micas nubes. ¡°Muchos gases son liberados durante estas operaciones, y contienen sustancias peligrosas, muchas de las cuales son cancer¨ªgenas, como la s¨ªlice cristalina, un cancer¨ªgeno reconocido¡±, explica.
A cuatro kil¨®metros de la mina sobre, entre las colinas verdes, la aldea de la comunidad ind¨ªgena Guacar¨ª-La Odisea. A lo lejos se observan enormes mont¨ªculos grises: son los residuos de la producci¨®n de ferron¨ªquel, amontonados al aire libre.
Los millones de toneladas de residuos generados desde el inicio de las operaciones de la mina se almacenan al aire libre y son dispersados por las inclemencias del tiempo. ¡°Est¨¢n compuestos de part¨ªculas muy t¨®xicas. Basta un poco de viento o lluvia para que las part¨ªculas se desplacen y contaminen¡±, explica el antiguo trabajador de Cerro Matoso.
Ah¨ª tambi¨¦n se multiplican las enfermedades: seg¨²n los habitantes, no hay una persona que no tenga una discapacidad, afirman que ni siquiera los ni?os se salvan de los males ¡°inhabituales¡± que acechan a la comunidad. Yolanda Rosa Hayos, de 63 a?os, solloza: ¡°Tengo dolores en todas partes (¡) y estas manchas negras aparecieron sobre todo mi cuerpo. Consult¨¦ con doctores de la cl¨ªnica de Cerro Matoso, me dijeron que todo estaba bien, que no ten¨ªa por qu¨¦ preocuparme¡±.
Efectivamente, la empresa minera financia una cl¨ªnica a trav¨¦s de una de sus estructuras, la fundaci¨®n Panzen¨². A ella pueden acudir tanto sus empleados como los integrantes de las comunidades aleda?as para recibir atenci¨®n m¨¦dica. ¡°Este territorio ha sido abandonado por las autoridades sanitarias. Para recibir atenci¨®n, la gente va al hospital, pagado por Cerro Matoso, o a la cl¨ªnica que pertenece a la mina. [Cerro Matoso] es, por lo tanto, juez y parte en las cuestiones de salud¡±, analiza Camilo Castellanos, m¨¦dico toxic¨®logo en la Pontificia Universidad Javeriana.
Para las comunidades que viven cerca de la mina, no cabe duda: las actividades del n¨ªquel tienen un impacto devastador en su salud. ¡°Son sobre todo problemas respiratorios los que nos llevan a la tumba¡±. Luchan desde hace a?os para que Cerro Matoso sea reconocida como responsable de estas afectaciones.
Un caso de alcance nacional
En 2013, Israel Aguilar, entonces gobernador y jefe ind¨ªgena de la comunidad Zen¨² del Alto San Jorge, y Luis Hern¨¢n Jacobo, presidente del Consejo Comunitario de Comunidades Negras de San Jos¨¦ de Ur¨¦, presentaron una acci¨®n de tutela ante la Corte Constitucional de Colombia contra Cerro Matoso, el Ministerio de Minas y Energ¨ªa y la Agencia Nacional Minera, por da?os ambientales y sanitarios. El m¨¢ximo tribunal acept¨® el caso, y moviliz¨® recursos importantes para determinar el grado de responsabilidad de la minera en los agravios.
Un estudio sin precedentes fue solicitado al Instituto de Medicina Legal y de Ciencias Forenses ¨C una autoridad muy reconocida en el pa¨ªs ¨C para determinar la presencia de n¨ªquel en la sangre y la orina de mil 147 personas que viven cerca de la mina, y para identificar la tasa de enfermedades vinculadas a la actividad minera. Sus resultados fueron demoledores: establecieron que ¡°los niveles obtenidos en el muestreo tanto en sangre como en orina est¨¢n por encima de los datos arrojados por estudios mundiales¡±, y posteriormente fueron confirmados por el Ministerio de la Salud.
Estela Isabel Hoyos Arcia, residente de Puerto Colombia, sujeta con firmeza la hoja de resultados que recibi¨® cuando el estudio se hizo p¨²blico: le midieron 6 ¦Ìg de n¨ªquel en la sangre y 19 ¦Ìg en la orina, tasas 10 y 11 veces superiores, respectivamente, a los l¨ªmites establecidos por el Instituto Nacional de Salud P¨²blica de Quebec, una de las normas m¨¢s estrictas en el mundo.
A la luz de estos an¨¢lisis, el tribunal emiti¨® una resoluci¨®n en contra de Cerro Matoso: orden¨® a la empresa el pago de una indemnizaci¨®n a las comunidades afectadas, y le conmin¨® a cubrir los gastos completos de atenci¨®n m¨¦dica y a renovar su permiso ambiental, que no hab¨ªa cambiado desde 1981. En caso de incumplir con las sanciones, el juzgado contemplaba la posibilidad de decretar ¡°la suspensi¨®n de sus actividades extractivas¡±.
Pero la empresa South 32 ¨C due?a de la mina ¨C, impugn¨® la decisi¨®n y se arma con con los abogados m¨¢s poderosos del pa¨ªs, entre ellos Eduardo Cifuentes Mu?oz, ex presidente de la Corte Constitucional (1991-1998).
Los abogados alegan que ¡°el tribunal malinterpret¨® el informe m¨¦dico publicado por el Instituto de Medicina Legal (¡) porque una relaci¨®n de causalidad directa no fue establecida entre el impacto constatado en la poblaci¨®n y la explotaci¨®n de Cerro Matoso¡±. Argumentaron que no era posible atribuir solamente a Cerro Matoso la presencia de n¨ªquel en las muestras de sangre, ya que ¡°factores externos¡± pudieron influir en los resultados.
¡°Por supuesto que existe un factor externo : la mina en s¨ª misma¡±, comenta Camilo Castellanos, toxic¨®logo e integrante del equipo metodol¨®gico que elabor¨® el informe del Instituto de Medicina Legal. ¡°Los niveles de n¨ªquel observados en las muestras estaban entre 10 y 100 veces superiores a los l¨ªmites establecidos por la norma de Quebec (¡) M¨¢s all¨¢ de la interpretaci¨®n del informe, las tasas de n¨ªquel eran de tal magnitud que estoy ¨ªntimamente convencido de que la mina intoxica a las poblaciones de manera cr¨®nica¡±, sostiene.
Antes de llevar a cabo el estudio, la metodolog¨ªa fue validada por las instituciones p¨²blicas participantes y por todas las partes actoras, incluyendo Cerro Matoso. Seg¨²n Javier de la Hoz, quien represent¨® a las comunidades en el juicio, ¡°este informe es la prueba m¨¢s contundente que pueda existir para demostrar la responsabilidad de la minera¡±.
En su respuesta a nuestras preguntas, Cerro Matoso cita un informe de 2016 de una toxic¨®loga americana que plantea las limitaciones metodol¨®gicas del Instituto de Medicina Legal.
Sin embargo, el caso dio un giro de 180 grados en septiembre de 2018: en segunda instancia, la Corte Suprema dio la raz¨®n a la empresa y anul¨® la mayor parte de las sanciones contra Cerro Matoso. S¨®lo quedaron las decisiones de renovar el permiso ambiental ¨C con la obligaci¨®n de realizar un proceso de consulta ind¨ªgena ¨C de remediar los impactos ambientales y de garantizar servicios de salud de las poblaciones afectadas.
Muy pocos se explican la revocaci¨®n de la sentencia en segunda instancia, a pesar de las pruebas aportadas por el Instituto de Medicina Legal. Para Javier de la Hoz, no hay duda: ¡°hubo corrupci¨®n. Tres fuentes de alto valor que estuvieron presentes en las sesiones internas me lo han confirmado¡±.
En 2015, meses despu¨¦s de que la Corte Constitucional de Colombia inici¨® la acci¨®n de tutela contra Cerro Matoso, el gigante minero BHP Billiton, que era propietario del yacimiento de n¨ªquel desde 1980, cedi¨® la concesi¨®n de la mina a South 32, una sociedad australiana de reciente creaci¨®n, que naci¨® de una escisi¨®n de la propia BHP Billiton y hered¨® los activos considerados no estrat¨¦gicos de la transnacional. ¡°BHP cre¨® South 32 para deshacerse de todos sus proyectos sucios¡± , afirma el abogado Javier de la Hoz.
Desde que se dio a conocer la sentencia del juicio, un acuerdo para definir el protocolo de la consulta ind¨ªgena ha sido pactado con las comunidades. Este acuerdo contempla el pago de 58 mil millones de pesos a las comunidades a trav¨¦s de proyectos sociales, defiende Cerro Matoso en su respuesta a nuestras preguntas.
En Puerto Colombia, el pueblo m¨¢s cercano de la mina, casi todas las casas han sido renovadas, y algunas siguen en obra. Pero ¡°la salud no tiene precio, y esta casa nueva no me la devolver¨¢¡±, deplora Estela Isabel Hoyos Arcia, quien sufre m¨²ltiples problemas digestivos.
Aunque el caso concluy¨®, las acusaciones contra Cerro Matoso contin¨²an. En San Jos¨¦ de Ur¨¦, pueblo afrocolombiano ubicado a 10 kil¨®metros de la mina de n¨ªquel, un desastre sanitario ocurre en silencio: en los ¨²ltimos dos a?os, cerca de veinte mujeres han sufrido una histerectom¨ªa (ablaci¨®n del ¨²tero), seg¨²n una investigaci¨®n llevada a cabo por RFI, integrante del consorcio de Forbidden Stories. Todas las mujeres han presentado s¨ªntomas similares: hemorragias graves y dolores insoportables. ¡°?Por qu¨¦ somos tantas las que sufrimos de esta manera?¡±, preguntan .
La respuesta se encuentra en el informe del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses: el documento se?ala que el fibroma uterino es una de las diecisiete enfermedades que afectan a las poblaciones aleda?as a Cerro Matoso. Pese a la orden de la Corte Constitucional para que la minera proporcione una atenci¨®n m¨¦dica completa a las v¨ªctimas de estas enfermedades, ninguna de las mujeres recibi¨® apoyo. En su reporte, la Corte Constitucional hab¨ªa alertado sobre la ¡°contaminaci¨®n del r¨ªo Ur¨¦ con part¨ªculas provenientes de la mina¡±. La empresa se defiende afirmando que, hasta la fecha, ¡°s¨®lo una persona ha solicitado asistencia en virtud de este protocolo¡±.
¡°El caso de salud no est¨¢ cerrado (¡) y las consecuencias sobre nuestra madre tierra son peores que antes¡±, afirma Israel Aguilar.
En C¨®rdoba, arriesgar la vida denunciando las actividades mineras
Al igual que Rafael Moreno, muchos actores locales y personas afectadas por las actividades mineras de la regi¨®n han denunciado sus efectos negativos sobre la salud y el medioambiente; al hacerlo, se han expuesto a graves peligros.
Desde la firma de los acuerdos de paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en 2016, 56 l¨ªderes locales, en parte involucrados en temas relacionados con las minas, han sido asesinados en el sur de C¨®rdoba, seg¨²n el Instituto de Estudios para la Paz (Indepaz). En Colombia, las actividades mineras constituyen una de las principales causas de conflictos socioambientales.
Israel Aguilar, exminero y en¨¦rgico defensor de las comunidades ind¨ªgenas de la zona, da cuenta del peligro latente: ¡°ya no puedo desplazarme en espacios p¨²blicos. En mi casa, no paso m¨¢s de veinte minutos en la terraza, es demasiado arriesgado¡±. Orador p¨²blico muy activo en las cuestiones de miner¨ªa desde hace varias d¨¦cadas, el l¨ªder ha recibido numerosas amenazas, y solo se mueve con escolta. En C¨®rdoba, 202 personas se benefician de una protecci¨®n por parte de la Unidad Nacional de Protecci¨®n.
¡°Aqu¨ª, el poder funciona en tri¨¢ngulo: los grupos armados [el clan del Golfo, principal grupo de narcotraficantes del pa¨ªs], los pol¨ªticos y las mineras constituyen un mismo ecosistema de corrupci¨®n y de delincuencia¡±, dice una fuente que prefiere guardar su anonimato.
¡°Todas las empresas mineras presentes aqu¨ª pagan al clan. Donde hay minas, hay grupos paramilitares¡±, comenta otra fuente, quien tambi¨¦n desea preservar su identidad.
V¨ªctor Pineda dej¨® Cerro Matoso en 2003, despu¨¦s de 21 a?os de trabajo en la empresa, por motivos de salud. V¨ªctima de una disautonom¨ªa del sistema nervioso y de varios problemas digestivos y card¨ªacos, el extrabajador lleva dos d¨¦cadas luchando para que sus padecimientos sean reconocidos como una enfermedad laboral, lo que le dar¨ªa derecho a una retribuci¨®n. El hombre acusa a la compa?¨ªa de no haber implementado las medidas de protecci¨®n necesarias, y de haberlo expuesto a temperaturas da?inas para la salud.
Algunos d¨ªas despu¨¦s del asesinato de Rafael Moreno, V¨ªctor Pineda comparti¨® en Facebook varias publicaciones del periodista sobre Cerro Matoso, para honrar su memoria. M¨¢s de una semana despu¨¦s recibi¨®, por su ventana, una carta de amenaza: ¡°deje de tirarse de l¨ªder ambiental (¡) ya vio lo que le pas¨® al periodista Rafael Moreno en Montel¨ªbano (¡) est¨¢ advertido¡±. Se qued¨® estupefacto. ¡°No entiendo por qu¨¦ me amenazan personalmente. Somos muchos los que denunciamos la mina, y no soy ni l¨ªder ni vocero¡± , dice el jubilado.
Organis Cuadrado, compa?ero de aventuras de Rafael Moreno y cr¨ªtico ac¨¦rrimo de la actividad minera en su regi¨®n, decidi¨® adoptar un bajo perfil desde el asesinato de su amigo. Conduce ahora un programa musical y de noticias para la radio local La Piragua : ¡°Tengo una familia, quiero ver a mis hijos crecer (¡) s¨¦ que ser¨ªa el siguiente en la lista si siguiera denunciando como lo hac¨ªa con Rafa¡±. El periodista siempre viaja acompa?ado por dos guaruras y se desplaza en un auto blindado.
El asesinato de Rafael Moreno marc¨® un antes y un despu¨¦s en la regi¨®n. Aunque algunos siguen levantando la voz, muchos prefieren callarse. ¡°Es el silencio¡±, suelta Organis.
Traducido por Mathieu Tourli¨¨re y Elena Garc¨ªa
Felipe Morales (El Espectador), Pascale Mariani (France 24), Ivonne Rodr¨ªguez (El Clip), Ang¨¦lica P¨¦rez (RFI) y Aabla Jouna?di (RFI) contribuyeron con entrevistas e investigaci¨®n.
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