Petro, perdido en el poder
Nos enrutamos hacia un Gobierno que busca dirigir con su base petrista y que nos interna de nuevo en la polarizaci¨®n, en la intolerancia y en la estigmatizaci¨®n
El presidente Gustavo Petro acaba de dar un timonazo hacia la izquierda que nos tiene a los colombianos caminando sobre c¨¢scaras de huevo. En par patadas, acab¨® con la coalici¨®n de Gobierno que no ten¨ªa ni nueve meses de gestada. Sin pesta?ear, la liquid¨® luego de que tres de los partidos de centro y centroderecha que integraban la coalici¨®n ¨Del Partido Conservador, el Partido Liberal y De la U¨D, que, adem¨¢s, representan lo peor de la pol¨ªtica clientelista, anunciaron que no iban a apoyar su reforma a la salud, un proyecto que ha encontrado serias reservas entre varios sectores de la sociedad. Ah¨ª fue Troya.
Por Twitter, un Petro col¨¦rico pidi¨® la renuncia a todos sus ministros y en un hilo que ¨¦l mismo escribi¨® en su cuenta consider¨® que la decisi¨®n de no apoyar su reforma a la salud era suficiente evidencia de que la ¡°invitaci¨®n a un pacto social para el cambio hab¨ªa sido rechazada¡± y que era hora de replantear forzosamente su Gobierno. A las pocas horas, el presidente public¨®, otra vez en su cuenta de Twitter, los nombres de los nuevos ministros y dej¨® muy en claro que de ahora en adelante iba a gobernar con personas afines a ¨¦l, que vinieran preferiblemente de sus bases pol¨ªticas y de la Colombia Humana, el partido de izquierda con el que lleg¨® a la Alcald¨ªa de Bogot¨¢ en 2011.
Del nuevo gabinete sorprenden muchas cosas, pero, sobre todo, la salida de su ministro estrella, el de Hacienda, Jos¨¦ Antonio Ocampo, quien hab¨ªa logrado capotear este duro comienzo de a?o al conseguir una reactivaci¨®n de la inversi¨®n extranjera, reducir el d¨¦ficit fiscal y bajar el desempleo. Petro lo sac¨® a tan solo cuatro d¨ªas de que el Congreso aprobara el Plan de Desarrollo, la hoja de ruta del Gobierno en materia de pol¨ªtica social, una tarea que ahora va a tener asumir Ricardo Bonilla, el nuevo ministro, un reconocido economista que se podr¨ªa sentar a la izquierda de Ocampo sin ning¨²n problema.
Con el Ministerio de Agricultura, clave en el desarrollo de la reforma rural, est¨¢ pasando una historia similar. Sale Cecilia L¨®pez, una experta y valiente liberal de izquierdas que pedale¨® la reforma rural y que fue testigo del fiasco que result¨® el acuerdo celebrado entre el Estado y la Federaci¨®n Nacional de Ganaderos, un gremio de derecha que se opuso al acuerdo de paz con las FARC. El acuerdo buscaba que el Estado comprara a los ganaderos tres millones de hect¨¢reas para que fueran entregadas a los campesinos sin tierra, pero los due?os de las fincas entregaron tierras ¨¢ridas y en zonas donde no se requer¨ªan. La reemplaza otra mujer valiente, Jhenifer Mojica, una experta en tierras que viene de la izquierda y que conoce como nadie el problema de la concentraci¨®n de la propiedad en Colombia.
Petro sac¨® a Ocampo y a L¨®pez con la tesis de que ellos hab¨ªan sido nombrados en representaci¨®n de una coalici¨®n que ya estaba muerta y que por eso deb¨ªa prescindir de sus servicios. Salieron sin honores, pero dej¨® en pie al canciller, ?lvaro Leyva, el responsable del estruendoso fracaso que tuvo la reuni¨®n que se hizo en Bogot¨¢ en d¨ªas pasados con miras a destrabar las negociaciones entre la oposici¨®n venezolana y el presidente Maduro. La reuni¨®n termin¨® sin una declaraci¨®n conjunta porque la Canciller¨ªa colombiana no present¨® el borrador correspondiente que se tiene que hacer circular entre los participantes con anterioridad. Fue un desastre diplom¨¢tico anunciado y dej¨® maltrecho el papel de facilitador que Gustavo Petro quiere tener entre la oposici¨®n venezolana y el Gobierno de Maduro. Esa aparatosa reuni¨®n solo sirvi¨® para reencauchar a Juan Guaid¨®, el defenestrado l¨ªder de la oposici¨®n venezolana que intempestivamente apareci¨® en Bogot¨¢ con el prop¨®sito de boicotear la reuni¨®n.
Tampoco es cierto que esta coalici¨®n se estuviese atravesando como una mula muerta a las reformas de Petro. En menos de ocho meses, esta le hab¨ªa servido para pasar una dura reforma tributaria, el tratado de Escaz¨², la jurisdicci¨®n agraria y hab¨ªa frenado todas las mociones de censura que la oposici¨®n hab¨ªa presentado en contra de la ministra de Minas, Irene V¨¦lez. Y aunque es cierto que muchos partidos de la coalici¨®n se opusieron desde el inicio a la reforma a la salud, tambi¨¦n es verdad que la estrategia agresiva y displicente que adopt¨® la ministra Corcho poco sirvi¨® para que el pa¨ªs pudiera dar un debate sin apasionamientos. Petro, adem¨¢s ¨Dde manera inexplicable¨D, puso todos sus cartuchos en la defensa de una reforma que nunca tuvo buen recibo en la opini¨®n p¨²blica y quem¨® sus naves antes de que se iniciaran los debates. La buena noticia es que el ministro de Salud que nombr¨®, Guillermo Alfonso Jaramillo, es un hombre ecu¨¢nime con el que se puede debatir sin que le corten la cabeza.
Con este timonazo que sepult¨® a la coalici¨®n de manera anticipada, Petro enterr¨® tambi¨¦n el acuerdo nacional, esa propuesta que hizo el d¨ªa de su posesi¨®n cuando prometi¨® que iba a ser un presidente que tejer¨ªa un nuevo pa¨ªs para que no nos sigui¨¦ramos matando. Ahora nos enrutamos hacia un Gobierno que busca dirigir con su base petrista y que nos interna de nuevo en la polarizaci¨®n, en la intolerancia y en la estigmatizaci¨®n. ?Perdimos la cordura? ?La sensatez?
Petro justifica este cambio de cargas, porque dizque se dio cuenta de que el establecimiento colombiano, tan reacio a las transformaciones, no le va a permitir hacer los cambios y que por eso le toca apelar a la calle y al movimiento social porque desde all¨ª se fuerzan las transformaciones. La v¨ªa para sacar adelante las reformas nunca puede ser la de incendiar las calles con proclamas que exacerban el odio y que agitan pesados estigmas. Volvamos a la calma, porque por ah¨ª no se llega a la paz total.
Yo vot¨¦ por Gustavo Petro, creyendo que era el candidato que mejor le¨ªa el pa¨ªs. Hoy lo veo perdido en el poder.
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