Roberto Pombo: ¡°Colombia es un pa¨ªs ingobernable¡±
En su libro ¡®Muebles viejos¡¯, el director editorial de PRISA Media escribe cartas a ocho presidentes que ha cubierto y valora que, en general, han dejado mucho por desear en su papel de expresidentes
Roberto Pombo (Bogot¨¢, 67 a?os) lleva casi medio siglo como periodista pol¨ªtico. Tras haber cubierto las administraciones de los presidentes desde 1978, les escribi¨® cartas p¨²blicas para explicar c¨®mo ve, hoy, sus Gobiernos. Pero tambi¨¦n, y sobre todo, c¨®mo valora su desempe?o como expresidentes. La conclusi¨®n sobre eso ¨²ltimo no es positiva: ¡°la falta de compostura y dignidad se volvieron la norma y el ejemplo¡±, escribe en la introducci¨®n al libro Muebles viejos (Planeta), que re¨²ne esa correspondencia.
En entrevista con EL PA?S, el director editorial de PRISA Media explica que a su juicio gobernar a Colombia es un reto casi imposible por el tama?o de los retos que van del narcotr¨¢fico a las crisis econ¨®micas, pasando por la guerrilla o la pandemia.
Pregunta. Muebles viejos parece llegar a una conclusi¨®n: hemos tenido mejores presidentes que expresidentes.
Respuesta. Es dif¨ªcil comparar las presidencias con las ex presidencias. Puedo decir que en general tenemos muy malos expresidentes. Que hayamos tenido buenos presidentes, no s¨¦; hay cosas buenas y otras que no lo son. Lo que s¨ª creo es que tuvimos mejores estadistas que administraciones: casi todos los gobiernos han sido inferiores a la estatura del presidente.
P. ?Por qu¨¦ lo dice?
R. Porque creo que en alguna medida este es un pa¨ªs ingobernable. Hubo gobiernos que podr¨ªan haber sido transformadores e important¨ªsimos, con buenas intenciones e inclusive con buenas herramientas. Pero aparece el narcotr¨¢fico y manda todo al carajo, y al presidente de turno le toca acomodarse. Por ejemplo Virgilio Barco estaba planteando el esquema gobierno-oposici¨®n para superar del todo el Frente Nacional, estaba haciendo unas cosas muy importantes en el desarrollo rural o en los parques nacionales, pero le toc¨® dedicarse como gato patas arriba a evitar que se tomaran el poder los narcotraficantes. A Belisario Betancur le pas¨® algo parecido. El M-19, con el que que ten¨ªa una paz m¨¢s o menos dise?ada, termin¨® con su Gobierno con la toma del Palacio de Justicia. Entonces no sabr¨ªa contestar si fueron mejores presidentes que ex presidentes, pero s¨ª que la dificultad para gobernar es enorme, que la realidad arrolla al dise?o que tienen de su gobierno desde sus campa?as.
P. El libro plantea que, aparte justamente de Belisario y Barco, los expresidentes no saben qu¨¦ ponerse a hacer ?Lo ve como un problema estructural o de individualidades?
R. Creo que hay un problema de vanidad y otro, m¨¢s estructural, en la disoluci¨®n pr¨¢ctica de los partidos pol¨ªticos como escenarios de funcionamiento de la pol¨ªtica. Cuando hab¨ªa Partido Conservador y Partido Liberal, los expresidentes eran llamados ¡°l¨ªderes naturales¡±. Con la disoluci¨®n pasaron a funcionar en una l¨®gica de una lucha individual para subsistir en esta leonera.
P. ?Eso en qu¨¦ se manifiesta?
R. Estamos viendo pr¨¢cticamente todos los d¨ªas declaraciones de pol¨ªtica agresiva de Pastrana, de Samper, de Santos y de Gaviria. Tambi¨¦n de Uribe, aunque cambi¨® hace poco. Me parece que el elemento de los partidos puede ser una explicaci¨®n de esa beligerancia, pero tambi¨¦n hay mucho de vanidad de unos tipos que tuvieron el poder en sus manos y lo quieren seguir teniendo.
P. Usted lamenta cambios, como el de C¨¦sar Gaviria...
R. Fue un gran estadista con un pa¨ªs ingobernable, logr¨® muchas cosas. Y ahora termina como un manzanillo
P. ?Y qu¨¦ podr¨ªan aportar los expresidentes?
R. En el libro cito el club de los expresidentes americanos, que intervienen a solicitud de los presidentes en ejercicio y para causas nobles. El origen del club es que el presidente Truman ten¨ªa que arreglar el problema de la depresi¨®n en Europa despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial, y busc¨® a un presidente anterior, Hoover, del que era distante, inclusive enemigo, pero que hab¨ªa enfrentado la Gran Depresi¨®n. Se pusieron de acuerdo y terminaron trabajando en un mismo sentido. Para lograr eso se requiere que los expresidentes reconozcan mutuamente sus logros. Por ejemplo Pastrana, con todos sus enredos del proceso del Cagu¨¢n, logr¨® desacreditar internacionalmente a las Farc y fortalecer a las Fuerzas Armadas. Uribe, con esas Fuerzas Armadas potenciadas, arrincon¨® a las Farc. Santos aprovech¨® eso para lograr el Acuerdo de paz. Y resulta que en vez de manejar un hilo com¨²n, institucional, y echar voladores por lo que hizo el anterior, pelean como perros y gatos.
P. No ha funcionado recientemente ni siquiera la Comisi¨®n asesora de relaciones internacionales
R. Exactamente, y antes funcionaba perfecto. No digo que fuera eficiente, pero por lo menos cumpl¨ªa con la funci¨®n para la cual fue creada. Ahora tenemos que los expresidente no van, tanto que creo que no se convoca. Eso por no mencionar las cartas de un expresidente a un presidente extranjero descalificando el viaje del presidente en ejercicio.
P. ?Cree que tambi¨¦n puede afectar la edad en la que se convierten en los expresidentes? ?ltimamente han salido del poder con media vida por delante
R. Puede incidir, pero menos. Lo de la edad es m¨¢s o menos c¨ªclico. Ya hab¨ªa habido presidentes a los 30 y pico de a?os, como Lleras Camargo.
P. Uno joven es Iv¨¢n Duque ?Por qu¨¦ no lo incluy¨® en el libro?
R. Por la ¨²nica raz¨®n de que empec¨¦ a escribir lo cuando era presidente y lo termin¨¦ con ¨¦l reci¨¦n salido.
P. ?Ya tiene alguna pista del Duque expresidente?
R. Creo que est¨¢ haciendo un esfuerzo muy grande en dejar por escrito un legado que siente que no lo est¨¢n reconociendo p¨²blicamente, pero no sabr¨ªa si va a ser un un expresidente activo en pol¨ªtica.
P. En el libro tambi¨¦n hace un balance de las administraciones ?Cree que la perspectiva que da el tiempo ayuda a hacerlas? En casos como el de Turbay afirma que ten¨ªa una lectura en ese entonces, y ha ido cambiando con el tiempo...
R. S¨ª. El Gobierno de Turbay era represivo. Los militares ten¨ªan una incidencia enorme y estaban dolidos con el robo de las armas del Cant¨®n Norte por el M-19. Esa guerrilla se toma la embajada de la Rep¨²blica Dominicana, el lugar perfecto para que los militares entraran a sangre y fuego, como seguramente era su voluntad. Pero Turbay se comporta como un estadista pacifista, incluso cuando eran rehenes los embajadores de Estados Unidos, el Vaticano o Israel, pa¨ªses que estaban en contra de negociar con terroristas. Y ¨¦l negocia incluso con Cuba, con quien hab¨ªa roto relaciones, para que los guerrilleros se vayan para all¨¢. En cambio, Belisario era pacifista y en la toma del Palacio de Justicia los militares pr¨¢cticamente lo sacan del Gobierno.
P. Para volver al caso Duque, ?se atreve a evaluar su mandato?
R. Puede ser que falte tiempo pero en t¨¦rminos de cifras de crecimiento, lucha contra la pobreza o el manejo de la pandemia, tuvo un buen gobierno. Eso no se lo reconoce nadie. Dicho esto, la pregunta es si ser un buen administrador es suficiente para ser un estadista, si dio un cambio en la direcci¨®n del Estado, si dej¨® una impronta como para tener esa categor¨ªa. No lo creo. No veo una huella como cuando uno dice que Santos hizo la paz, Uribe hizo la guerra, C¨¦sar Gaviria hizo la apertura econ¨®mica y la Constituci¨®n... hay que esperar
P. ?Siente que el libro aporta por leer los gobiernos con distancia temporal, adem¨¢s del acceso que ha tenido a los presidentes?
R. Yo he tenido problemas por tratar de ver los vasos medio llenos. En el libro lo hago, y s¨¦ que por eso me van a criticar. Como dice la introducci¨®n, a los presidentes vivos y muertos les parecer¨¢ que los elogios no son suficientes, y buena parte de los lectores considerar¨¢n que los elogios son demasiados. Al final se trata de decir la verdad, la m¨ªa, que puede que no sea v¨¢lida para mucha gente.
P. ?Le han contestado?
P. No. Y es m¨¢s f¨¢cil que me conteste alguno de los tres que ya est¨¢n muertos a que lo haga alguno de los que est¨¢n vivos.
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