El comandante encargado de la b¨²squeda de los ni?os en la selva de Colombia: ¡°Estuvimos a cien metros de ellos¡±

Las autoridades insisten en que se encuentran cerca de los cuatro hermanos perdidos en la selva de Colombia, pese a que ya llevan 28 d¨ªas extraviados. El comandante de operaciones especiales encargado de la b¨²squeda, Pedro S¨¢nchez, ha sido este lunes muy optimista: ¡°Creemos que hemos pasado a unos 200 o 300 metros de ellos. Hemos encontrado evidencias y hemos corroborado con los GPS, como cuando hallamos los dos pa?ales, uno usado, que pasamos a cerca de 100 metros de ellos. Pero es que all¨ª a 20 metros ya no se ve nada¡±, ha dicho S¨¢nchez. Los problemas de visibilidad se deben a lo tupida que es la selva amaz¨®nica, donde siempre es de noche y llueve 16 horas al d¨ªa.

El militar ha asegurado que han encontrado huellas recientes de los menores gracias a sus comandos y a las comunidades ind¨ªgenas que participan en la b¨²squeda. Los ind¨ªgenas tienen un conocimiento profundo de la selva y pueden caminar durante horas donde los forasteros se encuentran perdidos. Los ni?os ¡ªde 1, 4, 9 y 14 a?os¡ª lo son y tienen experiencia en introducirse en ella, lo que hace que las autoridades sean entusiastas en cuanto a las posibilidades de dar con ellos.

S¨¢nchez explic¨® en Colombia Hoy Radio que se sienten muy cerca. La probabilidad m¨¢s alta, seg¨²n ¨¦l, es que los menores fueran hacia el r¨ªo San Jorge, una zona totalmente virgen donde no hay comunidades. All¨ª pudieron tomar rumbo al norte, hacia el Apaporis, el mismo r¨ªo sobre el que cay¨® la avioneta en la que viajaban. ¡°As¨ª se achica la b¨²squeda¡±, insisti¨® el uniformado. Los ni?os volaban con su madre, con un l¨ªder ind¨ªgena que los acompa?aba y el piloto, que fue quien avis¨® a la torre de control de que se hab¨ªa averiado el ¨²nico motor que tiene ese modelo de avioneta, la Cessna 206.

La zona en la que los buscan es tan extensa como ir de all¨ª a Quito, Ecuador, y regresar. Una extensa selva con presencia de serpientes y animales depredadores. Los rastreadores han recorrido siguiendo las pistas unos 1.250 kil¨®metros. Los militares han utilizado helic¨®pteros para sobrevolar los lugares en los que se cree que est¨¢n los ni?os y han lanzado volantes con mensajes y kits de supervivencia. Tambi¨¦n llevan incorporados unos altavoces que difunden la voz de la abuela en su idioma natal. Los buscan incluso por sat¨¦lite y con aeronaves que detectan calor y toman fotograf¨ªas a 30 cent¨ªmetros del suelo.

¡°Ellos est¨¢n vivos; si estuviesen muertos hubiese sido m¨¢s f¨¢cil encontrarlos porque estar¨ªan est¨¢ticos y los caninos de la b¨²squeda los habr¨ªa detectado por olores¡±, dijo el comandante. Descart¨® que los ni?os est¨¦n en manos de las disidencias de las FARC, que tienen presencia en la zona. Otra de las teor¨ªas es que hayan sido encontrados por tribus no contactadas y escondidas en lo m¨¢s profundo de la selva. Una ley impide acceder a sus territorios e iniciar contacto.

A 2,8 kil¨®metros de donde cay¨® la avioneta se encontr¨® un campamento abandonado de las disidencias de Iv¨¢n Mordisco, un guerrillero de las FARC que no se acogi¨® al proceso de paz de 2016, pero con quien el Gobierno de Gustavo Petro espera abrir en breve un proceso de negociaci¨®n. S¨¢nchez dijo que no creen que los hermanos est¨¦n acompa?ados de nadie, ya que las huellas de pies que han encontrado son peque?as. Est¨¢n seguros de que los rastros son de la mayor, la de 13, que camina descalza.

En este momento se rastrean unos 30 kil¨®metros. ¡°No es como buscar una aguja en un pajar; es buscar una diminuta pulga en un inmenso tapete. Es un lugar supremamente inh¨®spito, pero mantenemos la fe intacta; nosotros abrazamos lo imposible y enfrentamos la adversidad¡±, explic¨® el comandante de forma muy gr¨¢fica.

Petro le ha dado prioridad absoluta a encontrar a los ni?os. El presidente lleg¨® a tuitear que hab¨ªan sido encontrados, pero fue una falsa alarma. Colombia sigue con el coraz¨®n en un pu?o la b¨²squeda, que est¨¢ a punto de cumplir un mes. Cada d¨ªa que pasa se reduce la posibilidad de encontrarlos vivos, pero a la realidad se opone el optimismo de las autoridades.

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