Busc¨® en Colombia al jesuita que abus¨® de ¨¦l en Chile cuando era ni?o, pero hab¨ªa muerto cubierto de honores
El cura espa?ol Jes¨²s Andr¨¦s Vela, una autoridad religiosa hasta su muerte, ha sido denunciado por abuso sexual. Una de sus v¨ªctimas cuenta la historia
EL PA?S puso en marcha en 2018 una investigaci¨®n de la pederastia en la Iglesia espa?ola y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce alg¨²n caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en Am¨¦rica Latina, la direcci¨®n es: abusosamerica@elpais.es.
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La primera sensaci¨®n que llega con sus recuerdos es el olor repulsivo, como a leche descompuesta, del cura for¨¢neo que abus¨® de ¨¦l. Felipe C¨¢ceres Pizarro era entonces un adolescente inquieto y d¨ªscolo, necesitado de orientaci¨®n. Estudi¨® en un colegio jesuita para hombres donde fue buen alumno, un atleta de primera y l¨ªder de su curso. La madre, preocupada por su rebeld¨ªa, acudi¨® a una amiga que le hab¨ªa hablado de un sacerdote espa?ol, Jes¨²s Andr¨¦s Vela, que hac¨ªa frecuentes visitas al colegio y que pod¨ªa ayudarlo. En esa ¨¦poca era habitual que los curas enviaran papelitos de citaci¨®n cuando necesitaban hablar en privado con un estudiante. La primera vez que recibi¨® uno para verlo a solas, Felipe toc¨® a la puerta del dormitorio, el cura lo hizo pasar y cerr¨® con pestillo.
Felipe curs¨® sus estudios en el San Ignacio Alonso Ovalle, un colegio jesuita fundado en 1856 en Santiago, el m¨¢s antiguo de esa orden en Chile y el segundo m¨¢s viejo de la capital. Ten¨ªa buen nivel acad¨¦mico, casi todos sus profesores eran curas y de ninguno Felipe sufri¨® acoso. Ir a misa era un mandato que combinaba con actividades deportivas y l¨²dicas. Se divert¨ªa con sus compa?eros y, a pesar de que los recuerdos se le han ido diluyendo con el paso del tiempo, hay algunos que permanecen intactos como estatuas. Ten¨ªa entre 14 y 15 a?os, ya no sabe con exactitud si fue en 1968 o 1969 cuando apareci¨® el cura y psic¨®logo espa?ol Jes¨²s Andr¨¦s Vela. Radicado en Colombia, viajaba por cortas temporadas a Chile a dictar charlas. La amiga de su madre asisti¨® a una de ellas y no dud¨® en recomend¨¢rselo. Tras cruzar los amplios corredores en arco y subir a los dormitorios en el ala del tercer piso, Felipe acudi¨® al primer llamado, que se repetir¨ªa dos o tres veces. La conversaci¨®n que tuvieron es ahora una mancha borrosa en su memoria. El cura le hizo preguntas sobre su comportamiento que ¨¦l respondi¨® de pie, pero de repente Vela cambi¨® de actitud, se le acerc¨® y comenz¨® a apretarlo contra el escritorio, restreg¨¢ndole el cuerpo y los genitales con el h¨¢bito puesto.
¡ªTen¨ªa un p¨¦simo olor. Como a tabaco, como a sotana sin lavar ¡ªrememora con un moh¨ªn de asco.
El cura dejaba la puerta con llave, sin ninguna posibilidad de que alguien pudiese entrar. De espaldas a ¨¦l, Felipe trat¨® de rehuir la acometida de aquel hombre alto y de complexi¨®n gruesa que simulaba con brusquedad enardecida un acto sexual, hasta que, movido por el espanto y la fuerza de su juventud, logr¨® zafarse de ¨¦l. Sin embargo, su huida no impidi¨® que el cura lo llamara de nuevo y repitiera lo mismo una vez m¨¢s. La espalda le qued¨® dolorida.
En ese tiempo, la mayor¨ªa de edad se alcanzaba a los 21 a?os y el abuso no era un tema de conversaci¨®n entre los chicos. A Felipe le extra?a que, a pesar de su car¨¢cter tan fuerte, lo eligiera a ¨¦l, y no a v¨ªctimas m¨¢s t¨ªmidas y aparentemente m¨¢s d¨¦biles. ¡°No me hubieran cre¨ªdo si yo hubiera ido a denunciar esto¡±, dice.
La Compa?¨ªa de Jes¨²s fue fundada en el siglo XVI por el militar espa?ol Ignacio de Loyola y es hoy la m¨¢s poderosa orden religiosa masculina de la Iglesia cat¨®lica, con 16.000 sacerdotes en todo el mundo. Jes¨²s Andr¨¦s Vela era uno de ellos. Naci¨® en Salamanca, en 1924. Estudi¨® Filosof¨ªa, Teolog¨ªa y se hizo sacerdote. Viaj¨® a Belo Horizonte, Brasil, donde obtuvo una segunda nacionalidad, e hizo una maestr¨ªa en Psicolog¨ªa. Su extensa hoja de vida relaciona ocho libros publicados y art¨ªculos sobre temas pastorales y misioneros de la Iglesia. A finales de los a?os sesenta lleg¨® a Colombia, donde se estableci¨® hasta su muerte. All¨ª fue profesor de Teolog¨ªa en la Universidad Javeriana (de los jesuitas) y director del Instituto Latinoamericano de Pastoral Juvenil. Desde Bogot¨¢ viajaba a varios pa¨ªses a dictar conferencias e impartir talleres de todo tipo, convertido en toda una autoridad espiritual. Por m¨¢s de 25 a?os fue director de la Casa Ignaciana de Juventud en Bogot¨¢. En internet solo hay obituarios de exaltaci¨®n por parte de sus disc¨ªpulos. ¡°Gran capacidad de escucha¡±, ¡°conciliador¡±, ¡°consejero¡±, ¡°un hombre cuyo amor a la iglesia solo era comparable con su sabidur¨ªa¡±, se lee en las notas. Durante 77 a?os fue sacerdote jesuita y muri¨® en 2017 con una hoja de vida sin tacha, hasta ahora.
Desde 2018, EL PA?S ha hecho una extensa investigaci¨®n sobre pederastia en la Iglesia cat¨®lica espa?ola. Con una amplia base de datos sobre abusos de curas espa?oles ha documentado 966 casos y 1.957 v¨ªctimas. Felipe C¨¢ceres recuerda el caso de Renato Poblete, quien muri¨® como un h¨¦roe en Chile. En una larga lista de reconocimientos ten¨ªa uno entregado por la presidenta Michelle Bachelet e incluso un parque llevaba su nombre. Era casi un santo. Tras su muerte se conocieron una veintena de denuncias de abuso sexual a mujeres.
C¨¢ceres, hoy ingeniero civil, hab¨ªa olvidado esa amarga experiencia hasta que, de pronto, se produjo una explosi¨®n de denuncias sobre pederastia en la Iglesia cat¨®lica. Indag¨® con sus viejos amigos y con los curas del colegio, pero solo ten¨ªan un vago recuerdo de Vela, debido a que sus visitas eran espor¨¢dicas. Ninguno dijo haber sufrido un abuso. Busc¨® a la familia que le recomend¨® al cura, pero no respondieron sus mensajes. A principios de 2019, decidi¨® hacer la denuncia ante la Compa?¨ªa de Jes¨²s de Chile. Hasta entonces, no hab¨ªa vuelto a tener noticias del sacerdote, ni siquiera sab¨ªa si a¨²n estaba vivo. Lo denunci¨® porque tem¨ªa que pudiera haber m¨¢s v¨ªctimas. La Compa?¨ªa de Jes¨²s de Chile prometi¨® indagar m¨¢s. Correos iban y ven¨ªan, sin ning¨²n detalle de la congregaci¨®n que diera m¨¢s informaci¨®n. En 2020 lleg¨® la pandemia y, por un tiempo, C¨¢ceres trat¨® de olvidar el asunto, pero en 2022 resolvi¨® hacer un viaje a Colombia. Les pidi¨® a los jesuitas chilenos ¡ªque ya hab¨ªan recibido su denuncia tambi¨¦n de forma presencial¡ª que lo pusiesen en contacto con la congregaci¨®n colombiana.
En Colombia lo atendi¨®, con la mayor formalidad, el provincial Hermann Rodr¨ªguez, el superior de los jesuitas. Felipe le cont¨® del abuso que padeci¨® y Hermann le inform¨® de que Vela ya hab¨ªa muerto. Fueron a la Casa de la Juventud, que por tantos a?os dirigi¨® Vela. Le mostr¨® su antigua oficina, su biblioteca y sus libros publicados. ¡°Es la primera denuncia que tengo de ¨¦l¡±, le dijo Rodr¨ªguez con amabilidad, y tom¨® nota. Ni la oficina de los jesuitas de Chile ni la de Colombia a?adieron informaci¨®n relevante.
El provincial Rodr¨ªguez neg¨® a EL PA?S haber recibido alguna denuncia de abuso sexual en contra de Vela, y reconoci¨® el di¨¢logo que sostuvo con C¨¢ceres, en 2022, sobre el abuso sexual que sufri¨®, pero sin mencionarlo directamente. El sacerdote dijo que hab¨ªa indagado entre algunos jesuitas que fueron sus compa?eros, pero no sab¨ªan de una conducta que ¡°comprometiera la integridad de menores de edad¡±. En el protocolo enviado para la protecci¨®n de los ni?os, creado en 2007, se habla m¨¢s de c¨®mo acompa?ar a los curas abusadores y conseguir su purificaci¨®n que de las v¨ªctimas. Los abusadores tienen sus propias leyes bajo el derecho can¨®nico, pero tambi¨¦n deben responder ante la ley civil. Pese a las abundantes denuncias en la prensa y en los entes judiciales, en el protocolo exponen que los abusos son casos extraordinarios.
Los curas denunciados en Colombia pueden ser cientos, seg¨²n el periodista Juan Pablo Barrientos, que lleva m¨¢s de siete a?os investigando la pederastia en la Iglesia cat¨®lica y ha publicado los libros Dejad que los ni?os vengan a m¨ª y Este es el cordero de Dios. La lista de curas pederastas que investiga Barrientos contradice las cifras oficiales de la Iglesia. ¡°El 90% de esas denuncias prescriben¡±, dice el periodista. Miguel Estupi?¨¢n, te¨®logo y periodista, explica que la Fiscal¨ªa archiva los casos por falta de material probatorio o porque en su momento prescribieron. La mayor¨ªa ni siquiera llega a etapa de juicio. ¡°Hay casos de sacerdotes condenados, o que estuvieron detenidos, que fueron regresados a algunas parroquias por los obispos¡±, agrega.
A Felipe C¨¢ceres Pizarro le cuesta seguir siendo cat¨®lico, pero tiene esa formaci¨®n desde ni?o y dice que le es dif¨ªcil renunciar a ella. A su c¨ªrculo de amigos del colegio y a sus hijos les cont¨® del abuso que padeci¨®. Hoy entiende que los curas hac¨ªan el bien y el mal simult¨¢neamente. Felipe es suscriptor de EL PA?S y ha querido hacer p¨²blica su historia porque est¨¢ convencido de que el bloqueo psicol¨®gico se rompe cuando otros comienzan a denunciar. ¡°Nadie tiene la estatura moral para no ser investigado¡±, dice, 55 a?os despu¨¦s.
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