Los candidatos a la Alcald¨ªa de Bogot¨¢ se enfrentan al reto de la creciente inseguridad
La capital reporta un aumento del 11% en el n¨²mero de homicidios entre enero y abril de este a?o, cifras que se encuentran lejos de retratar la complejidad de un fen¨®meno mal abordado, seg¨²n los expertos. Los candidatos a¨²n no han hecho propuestas innovadoras para resolverlo
El pr¨®ximo alcalde de Bogot¨¢, cuya elecci¨®n se celebrar¨¢ el 29 de octubre, deber¨¢ ensayar ideas nuevas en materia de seguridad ciudadana. Los habitantes de la capital han convivido desde hace d¨¦cadas con la sombra intermitente de fen¨®menos de inseguridad (similares a los de otras urbes latinoamericanas). Un laberinto infernal cuya complejidad se desconoce, en buena medida, debido a la ausencia de cifras completas o fiables, seg¨²n los expertos. Durante el primer semestre de este a?o se han registrado 319 denuncias diarias y un aumento del 11% en la tasa de homicidios con respecto al mismo per¨ªodo del a?o pasado. Y, sin embargo, los analistas evidencian un vac¨ªo estad¨ªstico del orden del 70% en la informaci¨®n disponible.
Los bogotanos parecen estar hartos. Por eso dentro de las f¨®rmulas expuestas por los candidatos para amortiguar la situaci¨®n ha trascendido la creaci¨®n de una mega c¨¢rcel, al estilo de las de Bukele en El Salvador, del derechista Diego Molano; mejorar los modelos predictivos, del independiente Juan Daniel Oviedo, o la creaci¨®n de una fuerza de despliegue r¨¢pida, del centrista Carlos Fernando Gal¨¢n, entre otras. Se trata de proyectos cargados de buenas intenciones, poco novedosos, y que el investigador experto en criminolog¨ªa Jer¨®nimo Castillo engloba dentro del fallido enfoque de seguridad ciudadana de las ¨²ltimas tres d¨¦cadas: ¡°Estamos atrapados en una pol¨ªtica que se ha centrado en el refuerzo policial o en el an¨¢lisis de unas bandas o actores dispersos y no en la comprensi¨®n de los fen¨®menos y sus estructuras¡±.
La versi¨®n policial, replicada por la prensa, se ha enfocado en el papel de las bandas criminales, como los denominados ¡®Sayayines¡¯ o el ¡®Tren de Aragua¡¯, para explicar, al menos en parte, los brotes recientes de delincuencia. Pero como en otras ocasiones, la caracterizaci¨®n de algunos cabecillas de estos grupos, y el arresto de un pu?ado de criminales, solo dejan m¨¢s interrogantes ante un fen¨®meno que la alcaldesa de Bogot¨¢ por el Partido Verde, Claudia L¨®pez, ya ha admitido en la recta final de su mandato que es ¡°grave¡±. Y la encuesta de percepci¨®n ciudadana Bogot¨¢ c¨®mo vamos (2022), confeccionada por un grupo de empresas privadas y la Universidad Javeriana, lo certifica: el 73% de los encuestados afirma haber sido v¨ªctima de alg¨²n delito.
Hay que agregar que este a?o el robo a residencias, y a personas, creci¨® en el primer semestre 31% y 28%, respectivamente, frente al mismo per¨ªodo de 2022. La percepci¨®n ciudadana y el aumento de las tasas, en 8 de los 12 tipos de delitos etiquetados como de ¡°alto impacto¡±, coinciden con cierta nitidez. El aspirante Carlos Fernando Gal¨¢n, quien presumiblemente se lanzar¨¢ por el Nuevo Liberalismo, asegur¨® en una entrevista con este diario que la capital tuvo el a?o pasado unas 300.000 v¨ªctimas de hurto. Pero los expertos inciden en que los robos, o ¡°raponazos¡±, son apenas una pieza menor del rompecabezas. Un documento elaborado por el abogado Luis Edmundo Su¨¢rez para la Fundaci¨®n Ideas para la Paz explica que uno de los pilares fundamentales del problema hoy se concentra en el microtr¨¢fico de drogas.
La polic¨ªa, por su parte, se suele declarar desmoralizada por la impunidad del sistema judicial y la ineficacia de la red carcelaria. Un problema cr¨®nico que ha dado pie para que Diego Molano, exministro de Defensa, anunciara su pol¨¦mica propuesta a fin de acabar con el hacinamiento. Pero los expertos reducen lo anterior a una maniobra para generar ruido. O simplemente una f¨®rmula para recordar que, a pesar de que el pa¨ªs cuenta con todo un men¨² de experiencias en asuntos de crimen com¨²n y violencia, en medio siglo no ha habido una propuesta integral, ni mucho menos duradera, en las ciudades.
El doctor en Criminolog¨ªa, ley y justicia de la Universidad de Chicago Jorge Mantilla sostiene, por su parte, que la ¡°ciudad no ha reconocido que hay territorios que no gobierna¡±. Cita, por ejemplo, el caso del desalojo del Bronx, una de las calles m¨¢s peligrosas en el coraz¨®n de Bogot¨¢. En 2016 dos mil polic¨ªas, con apoyo del ej¨¦rcito, expulsaron en 12 horas a mendigos, traficantes y prostitutas que hab¨ªan convertido la zona en un foco de delincuencia y sangre con salas de tortura (all¨ª los ya mencionados ¡®Sayayines¡¯ descuartizaban a sus v¨ªctimas para saldar cuentas).
Ocho a?os m¨¢s tarde los problemas proliferan en el sector. Los delincuentes trasladaron sus negocios al cercano barrio San Bernardo, tan solo unas manzanas al sur. ?Cu¨¢les son, entonces, las propuestas del candidato izquierdista Jorge Enrique Robledo? El excongresista hizo un repaso parcial, en entrevista con el diario El Nuevo Siglo, que inclu¨ªa el aumento del pie de fuerza de la polic¨ªa o reforzar las herramientas tecnol¨®gicas con ¡°c¨¢maras, redes y veh¨ªculos¡±. Remedios de sobra conocidos y que dan pie para que Jer¨®nimo Castillo, director del ¨¢rea de seguridad y pol¨ªtica criminal en la Fundaci¨®n Ideas para la Paz recuerde que la soluci¨®n no se puede reducir al nombre de un gobernante: ¡°Se trata de reflexionar en torno a unas pol¨ªticas de seguridad que est¨¢n desgastadas, con una burocracia exagerada que se ha dedicado a estudiar peque?as estrategias en torno a dos paradigmas: la confianza en la polic¨ªa y la identificaci¨®n de unos individuos que cometen cr¨ªmenes atroces¡±.
En su opini¨®n, habr¨ªa que superar esas ¡°interpretaciones monol¨ªticas y totalizantes¡± y poner el foco sobre la relaci¨®n de una diversidad de actores cuyo papel se ha obviado, a pesar de contar con evidencia de sobra. Habla, por ejemplo, de los nexos entre talleres mec¨¢nicos y comercializadores de repuestos ilegales; tambi¨¦n de negocios de insumos qu¨ªmicos con redes narcotr¨¢fico; o de algunos comercios en los llamados ¡®Sanandresitos¡¯ con grupos criminales y lavado de activos. Un terreno a todas luces movedizo, gris, con una fachada en la legalidad y una puerta trasera de escape hacia los circuitos subterr¨¢neos del crimen.
Hoy, explica Castillo, el mayor peso de la estrategia policial para combatir y prevenir la delincuencia se sigue recostando en redadas a determinadas ¨¢reas, al monitoreo con c¨¢maras, o los registros en v¨ªas donde se han detectado robos de veh¨ªculos, por ejemplo. El experto subraya: ¡°Son acciones coyunturales, que nos dejan atrapados en una serie de variables reducidas, mal cuantificadas, y que suelen vender falsas ilusiones de que los fen¨®menos var¨ªan¡±. Mientras tanto, los delitos se complejizan y quedan fuera del radar de los analistas y los estudiosos inquietos por contar con un mapeo m¨¢s amplio y articulado.
Por eso los expertos ponen el acento en el repunte de casos que pasan de agache en el radar policial, como los feminicidios, las extorsiones, los homicidios contra adultos mayores, el microtr¨¢fico o la desaparici¨®n de menores. ?Qui¨¦n maneja realmente los hilos de la econom¨ªa del crimen en Bogot¨¢? ?C¨®mo salir de una espiral que no ha arrojado resultados? ?Valdr¨ªa la pena, por ejemplo, fortalecer algunas instituciones civiles como las Comisar¨ªas de familia? O ?pensar en estrategias de convivencia ciudadana como las de Mockus para reinventar la vida en las calles?, se pregunta m¨¢s de uno.
Una historia, a?ade Castillo, marcada por la incomprensi¨®n oficial de cada uno de los estadios de un mundo violento: ¡°eso ha limitado el dise?o de pol¨ªticas p¨²blicas¡±. En la misma l¨ªnea Jorge Mantilla concluye que es hora de apuntalar y transparentar el modelo cl¨¢sico de presentaci¨®n de los datos policiales, de la Fiscal¨ªa, Medicina Legal o la Secretar¨ªa de Seguridad sobre delincuencia: ¡°Ya no es suficiente saber si un indicador ha subido o bajado. O conocer d¨®nde, a qu¨¦ hora, en qu¨¦ barrio y a qui¨¦n le suceden las cosas¡±. Por eso apostilla que, a pesar de que el asunto monopolizar¨¢ con toda certeza el debate para las elecciones de octubre: ¡°Por momentos parece que estamos navegando con piloto autom¨¢tico¡±.
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