Una paz total descafeinada
Un buen ejemplo de paz en la diferencia ser¨ªa que el presidente de los colombianos abriera un espacio para tomarse un caf¨¦ con el gerente de la Federaci¨®n de Cafeteros
La expresi¨®n paz total, acu?ada por el presidente, deber¨ªa ser declinada en todos los niveles y de todas las formas posibles por los miembros del Gobierno de Petro, comenzando por el jefe de Estado. ?Qu¨¦ gana Colombia buscando construir la paz con asesinos, narcotraficantes y delincuentes de todos los pelambres, si no es capaz de hacer la paz con alguien que hace a?os hizo unos trinos destemplados en contra de Petro cuando era alcalde o cuando era congresista?
Me cuesta creer que un l¨ªder de ¨¢nimo conciliador, como se quiere mostrar el presidente Petro en asuntos de orden p¨²blico, no tenga el mismo talante a la hora de atender temas de pol¨ªtica y de gobierno en un pa¨ªs tan variopinto como Colombia. ?Acaso la paz no se hace con los adversarios? ?O en realidad paz total es un eslogan vac¨ªo cuyo promotor sabe de paz con unos, pero alimenta la guerra contra otros?
Un buen ejemplo de paz en la diferencia ser¨ªa que el presidente de los colombianos (s¨ª, en plural) abriera un espacio para tomarse un caf¨¦ con el gerente de la Federaci¨®n de Cafeteros, Germ¨¢n Baham¨®n, quien ya ajusta tres meses encabezando el gremio campesino m¨¢s importante del pa¨ªs y que enlaza a m¨¢s de medio mill¨®n de familias. ?O acaso el presidente de la paz total es incapaz de sentarse en la misma sala a dialogar con alguien que en el pasado hizo unas publicaciones de clara oposici¨®n, pero que hoy reconoce en ¨¦l al presidente de todos los colombianos (s¨ª, en plural)? ?Toca contar con los buenos oficios del comisionado de paz, Danilo Rueda, para conseguir la que parece una cita imposible?
Si el presidente de la paz total se sentara con el gerente de los cafeteros, se llevar¨ªa una sorpresa may¨²scula al descubrir a un hombre que habla de asociatividad y proyectos comunitarios; de convertir al campo colombiano en un escenario generador de riqueza y desarrollo para los campesinos; de avanzar hacia la meta de convertir nuestra producci¨®n cafetera en algo m¨¢s que la materia prima para que los se?ores de Nestl¨¦, Lavazza o Illy se sigan enriqueciendo. ?No es el presidente Petro el l¨ªder que quiere darle alas a la industria nacional? Seguro al tomarse un caf¨¦ (solo uno) con el gerente de la Federaci¨®n de los cafeteros descubrir¨ªa un gran aliado, que sue?a con inundar el mercado chino e indio con nuestro producto nacional del alta calidad, pero procesado ac¨¢, empacado ac¨¢ y dejando las ganancias ac¨¢, en lugar de que lo sigan haciendo multinacionales del caf¨¦ llev¨¢ndose ellos el grueso de las ganancias.
Un hombre de paz no cierra puertas. Un hombre de paz dialoga. Un hombre de paz no mira hacia otro lado cuando llegan invitaciones para avanzar en conjunto en la construcci¨®n de una mejor realidad para todos. El hombre de paz no se queda en las inquinas del pasado, sino que entiende que todo cambia, que vivir es una imparable metamorfosis.
Seguro la Federaci¨®n de Cafeteros tambi¨¦n tiene que hacer cambios, ponerse a tono con las necesidades y urgencias de un pa¨ªs que sigue viendo al caf¨¦ como hace un siglo: un grano que se vende bien en el exterior. Seguro el mejor socio para dar el salto hacia una industria real del caf¨¦ ser¨ªa este Gobierno que s¨ª cree en el campo y en los campesinos. Seguro todo esto podr¨ªa pasar si la paz (sin may¨²scula y sin adjetivo) fuera una filosof¨ªa de Gobierno y del presidente, no solo una frase pomposa, con may¨²sculas y adjetivo, pero descafeinada.
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