Los alcaldes de las grandes ciudades penan por dejar sucesores en sus cargos

Que Alejandro Char ser¨¢ el alcalde de Barranquilla por tercera vez, y que su elecci¨®n representa el continuismo frente al actual mandatario, Jaime Pumarejo, son apenas obviedades en la pol¨ªtica colombiana. Lo que no es obvio, sin embargo, es que un alcalde de una capital pueda dejar un sucesor en las votaciones del pr¨®ximo 29 de octubre. En Bogot¨¢, Cali, Manizales o Bucaramanga no hay siquiera candidatos del sector pol¨ªtico de los mandatarios. En Medell¨ªn s¨ª, con Albert Corredor y especialmente Juan Carlos Upegui, pero en las encuestas aparecen muy lejos del favorito, el exalcalde Federico Guti¨¦rrez.

Se trata de una novedad. Por a?os, los alcaldes lograban poner sucesores o, por lo menos, sus grupos y partidos pol¨ªticos impulsaban candidatos. Por ejemplo, en las elecciones anteriores, en 2019, en Medell¨ªn estaba en liza Santiago G¨®mez Barrera, una de las personas m¨¢s cercanas al entonces alcalde Guti¨¦rrez; en Bucaramanga, Juan Carlos C¨¢rdenas era tan claramente el candidato del alcalde Rodolfo Hern¨¢ndez que ¨¦ste renunci¨® a su cargo para poder hacer campa?a por su pupilo sin violar la ley; en Bogot¨¢ aspiraba el hoy senador Miguel Uribe, quien ven¨ªa de ser secretario de Gobierno de Enrique Pe?alosa; en Barranquilla, el clan Char con el entonces alcalde, Alejandro, ten¨ªa como ficha a Jaime Pumarejo. C¨¢rdenas y Pumarejo ganaron, G¨®mez y Uribe no, pero fueron relevantes en las campa?as.

?Qu¨¦ ha cambiado? Una cifra lo se?ala: los alcaldes salientes tienen, hoy, una opini¨®n positiva mucho menor que la de sus antecesores cuatro a?os antes. La Invamer Poll, que pregunta de forma peri¨®dica por la aprobaci¨®n de los alcaldes de las cinco principales ciudades desde 2010, muestra que, en promedio, los actuales tienen la menor popularidad desde entonces. Solo Jaime Pumarejo tiene m¨¢s del 50% de aprobaci¨®n, y es justo el ¨²nico alcalde que tiene un sucesor fuerte.

Precisamente ese dato es central para el analista y estratega pol¨ªtico Carlos Andr¨¦s Arias. Entre otras variables, resalta que, a su juicio, ¡°su gesti¨®n fue err¨¢tica. Son m¨¢s generadores de hechos en redes sociales, que gestores de pol¨ªtica p¨²blica y el humo se disipa cuando a la vuelta de los meses reclama avances tangibles¡±. Tambi¨¦n se?ala que enfrentaron una situaci¨®n dif¨ªcil al arranque de sus cuatrienios, y que en muchos casos se enfocaron m¨¢s en el debate pol¨ªtico nacional que en las necesidades cotidianas de los habitantes de las ciudades. ¡°Tuvieron dos a?os de pandemia que frustr¨® mucho de su gesti¨®n y muchos de ellos se dejaron cobijar por el debate y la discusi¨®n nacional de la campa?a presidencial y perdieron¡±, argumenta. Adem¨¢s de la pandemia y el choque econ¨®mico siguiente, con un pico de desempleo que solo qued¨® atr¨¢s cuando se dispar¨® la inflaci¨®n, el paro de 2021 marc¨® sus mandatos.

Los datos muestran un desgaste grande de todos, menos de Pumarejo. Comenzaron con aprobaciones altas y, en 2021, con meses de diferencia, la desaprobaci¨®n super¨® al apoyo. Nunca se recuperaron. La viabilidad de que sea elegido alguien que contin¨²e con el grueso de sus programas, tampoco.

Eso porque los alcaldes no responden a un partido determinado y organizado. La analista y periodista Mar¨ªa Elvira Samper subraya ese factor. ¡°La diluci¨®n de los partidos ha dado paso a un auge de liderazgos personalistas, caudillistas, que solo en algunos casos tienen unos v¨ªnculos con los partidos, y en ese caso son precarios¡±, explica. Por eso, a su juicio, es dif¨ªcil que puedan dejar herederos cuando tienen a la opini¨®n en su contra. Y el caso de Barranquilla fortalece esa tesis. ¡°El grupo Char es una excepci¨®n que valdr¨ªa la pena analizar por aparte. Importa m¨¢s que el partido al que ha pertenecido, que ha sido Cambio Radical¡±, dice Samper.

En las grandes ciudades las Alcald¨ªas se han convertido en un semillero de figuras nacionales, presidenciables: los cuatro candidatos presidenciales que llegaron a la primera vuelta en 2022 hab¨ªan sido alcaldes de alguna de ellas, sin excepci¨®n. Solo uno de ellos dej¨® la ciudad con una opini¨®n desfavorable: parad¨®jicamente, fue el ganador de las presidenciales, Gustavo Petro, quien sali¨® con apenas el 36% de aprobaci¨®n. La opini¨®n parece funcionar m¨¢s en lo inmediato, para incidir en un sucesor, que en el largo juego de la pol¨ªtica.

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