Una colombiana que viaj¨® a Bogot¨¢ para llevarse a su hijo a Espa?a muere al hacerse una lipoescultura: ¡°Ahora vivir¨¢ con su bisabuela en Soacha¡±
La familia de Laura Sof¨ªa Amaya acusa a Brenda Celeita, una mujer que aparentemente se hac¨ªa pasar por cirujana
El pasado 15 de septiembre, a las 10 de la ma?ana, Laura Sof¨ªa Amaya se hizo una lipoescultura. Apenas unas horas m¨¢s tarde, estaba muerta. Una colombiana de 23 a?os, Amaya hab¨ªa vuelto al pa¨ªs a finales de agosto para operarse y llevar a su hijo de cuatro a?os a vivir con ella a Espa?a, donde resid¨ªa desde 2020. El ni?o ahora vivir¨¢ con su bisabuela en Soacha, asegura por tel¨¦fono Gabriela Duarte, la mejor amiga de Amaya.
Desde M¨¢laga (Espa?a), Amaya hab¨ªa pagado siete millones de pesos (unos 1.700 d¨®lares) a Brenda Gissel Celeita Angarita, una supuesta cirujana est¨¦tica que promocionaba una cl¨ªnica llamada Revovvastylespa, en el barrio Restrepo, una de las zonas comerciales m¨¢s agitadas del sur de Bogot¨¢. Pero Celeita no era realmente m¨¦dica, denuncia Duarte. Todo era una estafa.
Este viernes, un d¨ªa despu¨¦s de haber enterrado a su mejor amiga, Duarte acusa a Celeita ¡ªque ha borrado todas sus redes sociales luego del incidente¡ª de ser la responsable de la muerte. Dice que ha intentado contactarla, pero que ¡°la mujer est¨¢ desaparecida¡±. La familia ha puesto la denuncia penal y el caso ahora est¨¢ en manos de la Fiscal¨ªa, que asegura a EL PA?S que est¨¢ investigando los hechos.
La tragedia de Amaya es una que se repite una y otra vez en Colombia, el tercer pa¨ªs del mundo con m¨¢s cirug¨ªas pl¨¢sticas per c¨¢pita, seg¨²n datos oficiales. La madre soltera es la sexta mujer que fallece este a?o en el pa¨ªs tras un procedimiento est¨¦tico, de acuerdo con la Secretar¨ªa de Salud de Bogot¨¢. La historia espantosa de c¨®mo muri¨® se parece a muchos casos similares.
Duarte explica que ella tambi¨¦n es v¨ªctima de Celeita, aunque corri¨® con suerte. Las dos colombianas se conocieron en M¨¢laga hace seis meses y r¨¢pidamente se hicieron ¡°muy, muy amigas¡±. Amaya ¡ªsus amigos le dec¨ªan Sofi¡ª se hab¨ªa mudado hac¨ªa casi tres a?os a la pen¨ªnsula con la idea de tener una mejor vida y obtener la residencia espa?ola. Se fue moviendo por varios sitios, siempre buscando un trabajo nuevo, mejor. Tras un paso por Sevilla, encontr¨® estabilidad en M¨¢laga con un puesto en una joyer¨ªa, actividad que compaginaba con sus estudios de derecho, seg¨²n su amiga. Se hab¨ªa establecido, estaba bien.
Su mam¨¢, sin embargo, no lo estaba. Viv¨ªa en Colombia y sufr¨ªa de un c¨¢ncer que iba empeorando. Se hab¨ªa enfermado tanto que ya no pod¨ªa cuidar al hijo de Amaya, de cuatro a?os. Entonces, el pasado agosto, relata Duarte, Amaya se arm¨® un plan. Volver¨ªa por ¨¦l con la idea de llev¨¢rselo a M¨¢laga y criarlo all¨¢. Eso ya no pasar¨¢.
Mientras Amaya planeaba su viaje a Bogot¨¢, Duarte ya hab¨ªa vuelto a su pa¨ªs natal, donde conoci¨® a Celeita por Instagram. Tras ver los ¡°resultados geniales¡± que la mujer mostraba en l¨ªnea, las dos amigas decidieron operarse. ¡°Esta mujer se hizo pasar por cirujana. Se nos present¨® a nosotras como m¨¦dica est¨¦tica. Se hac¨ªa conocer demasiado por redes sociales¡±, dice Duarte con voz dolida. Ella fue la primera en pasar por el procedimiento. Se lo hizo en junio, y cuenta que no fue nada f¨¢cil.
La cirug¨ªa dur¨® cuatro horas. Cuando termin¨®, dice que se sent¨ªa muy enferma. ¡°Me dio v¨®mito, mucho mareo. No me pod¨ªa levantar de la camilla¡±, rememora. Cuando se quej¨® de lo mal que se sent¨ªa, Celeita le aseguro que era una parte normal de la operaci¨®n. Que todo estaba bien.
Finalmente pudo pararse y salir de la cl¨ªnica, pero le tom¨® mucho tiempo volver a la normalidad. ¡°Mi recuperaci¨®n fue demasiado lenta. Solo a los dos meses vine a sentirme bien, y ahorita tengo anemia debido a ese procedimiento¡±, sostiene. Pese a esos efectos secundarios, qued¨® satisfecha con los resultados de la operaci¨®n, de la cual dice que sali¨® ¡°relativamente bien¡±. Su mejor amiga no tuvo tanta suerte.
Amaya se oper¨® en el mismo lugar que Duarte, ¡°un consultorio¡± m¨¢s que una cl¨ªnica, narra la sobreviviente. No fue sola, la acompa?¨® otra amiga, Karen. Entr¨® a las 10 de la ma?ana, Celeita desinfect¨® el equipo y la paciente se subi¨® a la camilla. R¨¢pidamente, sin embargo, las cosas salieron mal. ¡°La cirug¨ªa se complic¨®. Sofi empez¨® a convulsionar y se cay¨® de la camilla¡±, relata Duarte, que lo supo por Karen, testigo directa de lo ocurrido. Ya tirada en el piso, las convulsiones empeoraron y Celeita decidi¨® llevarla al Policl¨ªnico del Olaya, un hospital ubicado en un barrio vecino. Ah¨ª falleci¨®.
Este jueves, la familia de Amaya la enterr¨® en suelo colombiano. Su pap¨¢ no quiere hablar con los medios. Su hijo de cuatro a?os, cuyo nombre la familia no quiere divulgar, ahora ir¨¢ a vivir con su bisabuela en Soacha. Su mam¨¢, apoderada por el c¨¢ncer, se encuentra en cuidados intensivos. ¡°Ni siquiera sabe que Sofi muri¨®¡±, dice Duarte.
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