En geopol¨ªtica, Petro es un ajedrecista amateur
Las recientes salidas en falso geopol¨ªticas del presidente colombiano demuestran su poca preparaci¨®n para el juego de tronos a escala mundial
El presidente Gustavo Petro buscaba dar un golpe de mesa geopol¨ªtico y tambi¨¦n influir en las elecciones a la Alcald¨ªa de Bogot¨¢ con su viaje a Pek¨ªn. Pero los trofeos que trae de la reuni¨®n con el presidente Xi Jinping en el Gran Palacio del Pueblo son menos ambiciosos de lo esperado.
Petro esperaba salir de China con un gran bot¨ªn: obtener la aprobaci¨®n y el financiamiento chino para soterrar una porci¨®n del metro de Bogot¨¢, actualmente en construcci¨®n; y en contraprestaci¨®n convertir a Colombia en firmante de la Iniciativa de la Ruta y la Franja, la gran apuesta china para financiar y construir infraestructuras comerciales por todo el mundo que le permitan disputar la supremac¨ªa global de Estados Unidos.
El mandatario colombiano no regresa con las manos vac¨ªas, al haber firmado 12 acuerdos en temas econ¨®micos y pol¨ªticos, pero deja la sensaci¨®n de haber cumplido con objetivos menores y haber fallado el principal, un acuerdo que hiciera casi irresistible negarse al cambio en el metro, y, por esa v¨ªa, impulsar a su candidato a la Alcald¨ªa, Gustavo Bol¨ªvar, que est¨¢ rezagado en las encuestas e incluso con riesgo de perder en primera vuelta.
Los acuerdos firmados por Petro y Xi incluyen victorias comerciales para Colombia como los protocolos sanitarios para la exportaci¨®n de carne bovina y quinua colombiana a China. Tambi¨¦n acuerdan equilibrar la balanza comercial bilateral, hoy fuertemente deficitaria para Colombia, y promover la inversi¨®n en infraestructura, especialmente en el transporte, tecnolog¨ªa digital y movilidad urbana. Cosas que son poco controversiales o ambiciosas.
Por su parte, Xi logr¨® que Petro reafirmara su reconocimiento de ¡°una sola China¡± y el apoyo a los esfuerzos de reunificaci¨®n del pa¨ªs ¨Des decir, una promesa de no-intervenci¨®n diplom¨¢tica en el caso de que China invada la vecina Rep¨²blica de China (Taiw¨¢n)¨D. El presidente colombiano tambi¨¦n respald¨® las iniciativas mundiales de desarrollo, seguridad y civilizaci¨®n propuestas por Xi, como el multilateralismo y la promoci¨®n pac¨ªfica de controversias.
Adem¨¢s, Colombia es ahora un ¡°socio estrat¨¦gico¡± de China, lo que eleva la relaci¨®n entre los dos pa¨ªses pero est¨¢ lejos de ser privilegio: es el d¨¦cimo pa¨ªs de Suram¨¦rica en obtener esta distinci¨®n. El ¨²nico que a¨²n no tiene esta designaci¨®n es Guyana.
Al final, queda la sensaci¨®n de que lo que firm¨® Petro es un plan B, como tambi¨¦n lo fue reunirse a hablar del metro con directivos de las empresas chinas que lo construyen, en lugar de hacerlo con el presidente de un pa¨ªs controlado centralmente. Nunca sabremos el c¨¢lculo pol¨ªtico detr¨¢s de la decisi¨®n de Xi de evitar el tema. Quiz¨¢s es que no quiere exponerse a recibir peticiones similares de otros pa¨ªses en donde invierten las empresas estatales de ese pa¨ªs o que la crisis econ¨®mica que atraviesa el sector de construcci¨®n hace financieramente inviable una concesi¨®n de este estilo.
Lo que s¨ª sabemos es que Petro no obtuvo una victoria contundente en China.
El balance geopol¨ªtico actual entre occidente y China sugiere que en alg¨²n momento los pa¨ªses tendr¨¢n que escoger bando. Sin embargo, algunos pa¨ªses como India, Brasil, M¨¦xico y Turqu¨ªa son estrat¨¦gicamente ambiguos y pueden extraer concesiones de ambos bandos sin tener ¨Dpor ahora¨D consecuencias.
Con una visita a Washington planeada para el pr¨®ximo viernes, Petro busca colocar a Colombia en ese selecto grupo de naciones. Pero llega a Estados Unidos con una posici¨®n debilitada frente al tradicional socio. Con sus reiterados mensajes poco diplom¨¢ticos e impertinentes sobre el conflicto entre Israel y Palestina por la red social X, ha demostrado poca astucia geopol¨ªtica, para lo que requerir¨ªa una pol¨ªtica exterior coherente y saber cu¨¢ndo ser contundente y cu¨¢ndo callar.
El presidente quiere que l¨ªderes globales como Xi y Joe Biden lo vean como un gran pensador, un estadista y un ajedrecista. Sin embargo, sus acciones ¨Dy especialmente sus constantes salidas en falso en redes sociales¨D lo muestran m¨¢s como un volador sin palo que en cualquier momento puede deshacer una alianza, renegociar un contrato o poner en duda la buena fe y cr¨¦dito de la Rep¨²blica de Colombia. Act¨²a como un vaquero, como un aficionado armado de ideolog¨ªa e ilusi¨®n. Sus declaraciones grandilocuentes se quedan en eso, sin un plan para ponerlos en acci¨®n o enfrentar sus consecuencias.
Si el presidente colombiano quiere ser m¨¢s ajedrecista y menos aficionado, tiene que soltar el celular y darle m¨¢s autonom¨ªa a una Canciller¨ªa que, si bien puede demorarse m¨¢s en obtener resultados, con paciencia puede formular la pol¨ªtica exterior coherente y constante que el presidente parece incapaz de hacer y su canciller incapaz de exigirle.
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