A mayor riqueza, menos mujeres: las brechas de g¨¦nero se imponen entre los m¨¢s ricos
Entre el 0,1% de la poblaci¨®n con mayores patrimonios e ingresos en Colombia, solo el 38% y el 28% son mujeres, respectivamente
Si los m¨¢s ricos de Colombia ocuparan las habitaciones en lo alto de un rascacielos, se encontrar¨ªan m¨¢s hombres y menos mujeres a medida que se ascendiera hasta la c¨²spide, el nivel de mayor riqueza. En esa imagen se refleja una de las conclusiones del an¨¢lisis que acaba de publicar la Direcci¨®n de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) sobre la proporci¨®n de mujeres en los grupos de mayor riqueza e ingresos, tomando informaci¨®n de las declaraciones de renta del an?o gravable 2021. Hist¨®ricamente, las estad¨ªsticas han mostrado la sobrerrepresentaci¨®n de las mujeres entre las personas en condiciones de pobreza; hace tres a?os, por ejemplo, por cada 100 hombres en hogares pobres habi?a 117 mujeres. Pero pocos estudios han profundizado en las diferencias de g¨¦nero entre los m¨¢s pudientes en un pa¨ªs donde el 51,2% de la poblaci¨®n es femenina.
El informe de la DIAN revela que el 5% ma?s rico del pai?s ¡ªaquellos con un patrimonio l¨ªquido de 162 millones de pesos (alrededor de 40.000 d¨®lares), que resulta de restar los pasivos de los activos¡ª est¨¢ conformado por cerca de dos millones de personas, el 50,1% hombres y el 49,9% mujeres, un escenario aparentemente equitativo. Sin embargo, a mayor altura en la pir¨¢mide, menor proporci¨®n de mujeres. En el 1% ma?s rico, la participaci¨®n baja al 45,7%, mientras que en el 0,1% con mayor riqueza, disminuye al 38%. Si el foco se ubica en el 0,01% ma?s rico de Colombia ¡ª3.700 contribuyentes con patrimonios li?quidos superiores a 9.579 millones de pesos (unos 2,3 millones de d¨®lares)¡ª el porcentaje de mujeres cae al 33%.
El an¨¢lisis plantea como posibles causas el hecho de que las mujeres tengan menos activos o propiedades a su nombre y enfrenten m¨¢s barreras para acceder a productos financieros. Adem¨¢s, subraya que la mayor¨ªa de los ciudadanos con patrimonios significativos son personas mayores. Cerca del 30% de los adultos que conforman el 0,1% ma?s rico reciben ingresos de pensiones, y es posible que en ese grupo haya menos mujeres.
Para poner un ejemplo, aunque el requisito de edad actual para obtener la pensi¨®n es de 62 a?os para los hombres y de 57 para las mujeres, el tiempo m¨ªnimo para sumar aportes es el mismo, una condici¨®n que limita las posibilidades de las mujeres de lograr un ingreso en la vejez, especialmente, considerando que tienen menos oportunidades de empleo. Como resultado, la baja cobertura de pensiones se acent¨²a en la poblaci¨®n femenina: solo 2 de cada 10 mujeres en edad de jubilaci¨®n acceden a una mesada, mientras que 3 de cada 10 hombres alcanzan ese derecho.
Los datos de la DIAN tambi¨¦n muestran que en los grupos con mayores ingresos hay menos mujeres de las que figuran en la cumbre de mayor riqueza. De un 45,3% de mujeres en el 8% de la poblaci¨®n con ingresos m¨¢s altos, con promedios mensuales de 4,2 millones de pesos (1.000 d¨®lares), la participaci¨®n disminuye a 35,3% si se observa el 1% con ingresos promedio mensuales de 20,9 millones de pesos (alrededor de 5.000 d¨®lares). La cifra cae hasta el 28,2% en el 0,1% de personas con mayores ingresos, y al 23,8% en la estad¨ªstica del 0,01%. Las mujeres pierden a¨²n m¨¢s representacio?n en grupos con mayores ingresos provenientes de fuentes de trabajo. En el top 0,1%, desciende al 25,2% y en 0,01% a tan solo el 20%.
Ese desequilibrio deja en evidencia las brechas de ge?nero que persisten en el mundo laboral, particularmente, en cargos directivos. Seg¨²n el Observatorio Colombiano de las Mujeres, solo cuatro de cada diez posiciones de liderazgo estaban ocupadas por mujeres en 2021. A ello se suman las diferencias salariales. En 2020, las mujeres con posgrado ganaban 20,8% menos que los hombres con el mismo nivel educativo, de acuerdo con datos del Departamento Administrativo Nacional de Estad¨ªstica (DANE).
La distribuci¨®n inequitativa del trabajo no remunerado es una de las principales causas de desigualdad, como lo ha expuesto la profesora de la Universidad de Harvard y premio Nobel de Econom¨ªa, Claudia Goldin. En muchos casos, esa realidad deja a las mujeres por fuera del campo laboral o impone l¨ªmites para acceder a mejores oportunidades que exigen disponibilidad por m¨¢s tiempo. ¡°Los hombres est¨¢n desproporcionadamente disponibles para hacer largas jornadas en el trabajo, mientras que las mujeres est¨¢n desproporcionadamente disponibles para dedicarse a tareas del hogar¡±, ha explicado Goldin. En Colombia, las mujeres dedican en promedio 7 horas y 46 minutos diarios a actividades de trabajo no remunerado, frente a 3 horas y 6 minutos de los hombres, seg¨²n la encuesta nacional de uso del tiempo del DANE.
Desde su nombramiento, en julio de 2022, el director de la DIAN, Luis Carlos Reyes, hab¨ªa anticipado la necesidad de generar informaci¨®n m¨¢s precisa sobre las brechas de g¨¦nero. ¡°Hay buenas razones para pensar que nuestro sistema pone a las mujeres en desventaja, y necesitamos mejores datos. Un sistema tributario justo requiere tener en cuenta las dimensiones de g¨¦nero de la tributaci¨®n, y de ahora en adelante eso ser¨¢ central en la labor de la DIAN¡±, sostuvo en sus redes sociales. El ejercicio estadi?stico que ha realizado la entidad, que ahora cuenta con una Unidad de Enfoque Diferencial y G¨¦nero, supone un primer paso para entender c¨®mo el pago de impuestos impacta las desigualdades de g¨¦nero y para generar informaci¨®n ¨²til en futuras decisiones de pol¨ªtica p¨²blica.
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