El Petro del estallido social impulsa la Constituyente
El discurso del Primero de Mayo de 2024 ha sido uno de los m¨¢s radicales del presidente colombiano. El Petro que hizo campa?a con las protestas de 2021 est¨¢ de regreso
El Primero de Mayo de 2024 ser¨¢ recordado como el d¨ªa del rompimiento de las relaciones diplom¨¢ticas de Colombia con Israel, pero tambi¨¦n como una jornada en la que el presidente Petro pronunci¨®, ante una multitud militante congregada en la plaza de Bol¨ªvar, uno de los discursos m¨¢s emocionales y radicales de su mandato presidencial.
Con sus frases de alto impacto, elaboradas en una mente veloz y una inteligencia comunicativa superior, busc¨® llegarle al coraz¨®n del pa¨ªs nacional y del electorado que lo llev¨® a la presidencia en 2022, tensando la cuerda, levantando la bandera del M-19 -azul, blanco y rojo- y cantando La Internacional, para ratificar que su voluntad no es congraciarse con el establecimiento, la clase pol¨ªtica tradicional ni los grupos armados ilegales, sino luchar hasta inmolarse para hacer posible reformas profundas, establecer una Colombia en la que primen la justicia, la equidad y la paz, impedir un supuesto golpe blando que lo saque del poder y convocar una Constituyente popular que lo cambie todo.
Una vez m¨¢s, Petro demostr¨® que el pa¨ªs no est¨¢ ante un presidente aminorado dispuesto a dejarse arrinconar por la clase pol¨ªtica tradicional, el establecimiento, la prensa o ning¨²n adversario, legal o ilegal, interno o externo.
El presidente, que ha ganado la mayor¨ªa de las batallas que ha librado en su vida, ha pasado muchas de sus reformas en el Congreso y aplica de facto la de la salud, no act¨²a como si las encuestas lo mostraran con una imagen positiva de apenas el 35%, sino como un jefe pol¨ªtico de izquierda ganador e invencible, en trance reelectoral de sus banderas pol¨ªticas, con una decisi¨®n irrevocable de imponer en las urnas sus ideas a trav¨¦s de un candidato de sus entra?as o, llegado el caso, de ocupar ¨¦l mismo un lugar en el tarjet¨®n si fuera posible una eventual Constituyente popular que cambiara el articulito y autorizara un nuevo calendario electoral.
Petro, que hoy impone la agenda pol¨ªtica y el debate nacional, respondi¨® con contundencia a las marchas del 21 de abril, lideradas por la oposici¨®n, que, aunque convocaron a miles de personas en todo el pa¨ªs, cayeron en err¨¢ticas coreograf¨ªas de intolerancia protagonizadas por unos pocos, como ata¨²des y arengas de odio, ataques a la prensa institucional e independiente, buscando imponer el mensaje de ¡°fuera Petro¡±, que unos pocos asimilan con salidas extraconstitucionales.
Rodeado de los principales sindicatos del pa¨ªs, miles de empleados p¨²blicos, militantes de organizaciones de izquierda, sectores pol¨ªticos afines y fan¨¢ticos del petrismo radical, el mandatario ratific¨® que la calle es hoy el coraz¨®n de la pol¨ªtica y el escenario donde se dar¨¢n las m¨¢s fuertes batallas para definir entre el continuismo de la izquierda o el regreso de la derecha, porque en los actuales momentos el centro pol¨ªtico pareciera ser la principal v¨ªctima de la polarizaci¨®n. En ese escenario permanecen totalmente aislados los actores armados ilegales, sean guerrillas o paramilitares, que mientras dialogan siguen echando plomo, copando territorios y viviendo del narcotr¨¢fico, y no comprenden que la pol¨ªtica vive una enorme ola reformadora y la gente desarmada es la llamada a ejercer en la calle el protagonismo de las grandes transformaciones aplazadas por d¨¦cadas.
Pero la calle no se entiende solo como las grandes urbes, de clase media y privilegiados, sino que tambi¨¦n incluye a la Colombia marginal que habita los anillos de pobreza y olvido estatal en las ciudades; el pa¨ªs diverso y multi¨¦tnico, rural y distante, de r¨ªos caudalosos y monta?as inaccesibles, donde la inequidad, la pobreza y la guerra ha sido el saldo hist¨®rico de una clase pol¨ªtica incapaz y corrupta que no soluciona nada. Es a ese pa¨ªs al que Petro le habla, al que le otorga subsidios, en el que despliega el aparato estatal y del que recibe el apoyo m¨¢s s¨®lido.
Y a ese pueblo Petro lo invita a inmolarse a su lado por la defensa de su proyecto pol¨ªtico. ¡°Este es un mensaje que debe quedar claro en todas las plazas del pa¨ªs, en todos los barrios, en todas las comunidades, si van a intentar un golpe, enfrentar¨¢n al pueblo en las calles (...) No somos menos y no somos cobardes¡±, dijo en medio de aplausos.
Colombia vive la efervescencia de la pol¨ªtica, la campa?a presidencial 2026 est¨¢ en pleno desarrollo y la izquierda tiene como gran jefe de debate al propio presidente de la Rep¨²blica que, sin existir reelecci¨®n, est¨¢ empujando el tren del petrismo, defendiendo en la calle sus reformas, atacando al Congreso, pasando facturas hist¨®ricas contra los apellidos tradicionales que han gobernado el pa¨ªs durante los ¨²ltimos 100 a?os, aunque ¨¦l mismo tiene como referencia al expresidente liberal Alfonso L¨®pez Pumarejo, el gran reformador de la primera mitad del siglo XX, que hizo de ¡°La Revoluci¨®n en Marcha¡±, el ¨ªcono del poder y el ascenso de las ideas liberales en Colombia.
Y en medio de la tormenta, cuando el mar de la polarizaci¨®n produce olas m¨¢s grandes, Petro lanza el flotador del acuerdo nacional, al que los partidos pol¨ªticos de oposici¨®n no le copian, sencillamente porque la ven como una idea desgastada, un globo que no los convence, porque ellos, al igual que el jefe de Estado, tienen las miradas puestas en las presidenciales de 2026 y no en las reformas pol¨ªticas que cursan en el Congreso. Y, adem¨¢s, este llamado al acuerdo nacional se percibe como un apalancamiento a la Constituyente popular en la que ni los partidos, el Congreso o las Cortes parecen tener incidencia desde la ¨®ptica estatal.
¡°Lo que quiero es una democracia real, organizar el poder constituyente es organizar las asambleas populares no solo para detener un golpe, sino hacer realidad los cambios que se necesitan¡±, afirm¨®, al respecto, el mandatario. Y ratific¨® que lo trascendental hoy, para ¨¦l, es la Constituyente popular que le permita ¡°construir una democracia m¨¢s profunda¡ Propongo poner las palabras de las reformas y las que se hablan de verdad, que las palabras constituyentes se escriban en un gran acuerdo nacional¡±, agreg¨® en la plaza de Bol¨ªvar.
El presidente, entonces, le sube el volumen a su discurso convocando a las organizaciones sociales a organizarse para hacer posible su Constituyente popular. Nadie sabe c¨®mo va a terminar esa iniciativa, a la que el pa¨ªs pol¨ªtico no le camina y el pa¨ªs nacional le teme. El Eme, mientras tanto, se mueve en la idea de hacerla posible. La derecha ha reaccionado convocando a la oposici¨®n a la calle y organizando cacerolazos, que resuenan con fuerza en los edificios de estratos altos y clase media. Pero Petro insiste en que el pueblo, su pueblo, ya est¨¢ en modo constituyente, aunque no exista un acto legislativo o una norma que legitime ese proceso.
Las elecciones presidenciales avanzan y Petro utiliza el poder presidencial para crecer en su estrategia reformadora de su Constituyente, radicalizando a su gabinete ministerial y poni¨¦ndoles mayores retos en su gesti¨®n con miras a alcanzar sus objetivos estrat¨¦gicos. Lo evidente es que el Petro que hizo campa?a con el estallido social de 2021 est¨¢ de regreso. Esta vez investido con la banda presidencial y decidido a mantenerla m¨¢s all¨¢ del 2026. La oposici¨®n sigue tres pasos atr¨¢s de Petro, no tiene iniciativa ni un l¨ªder capaz de enfrentar la narrativa oficial, y han puesto sus tres huevitos en la freidora de la polarizaci¨®n.
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