La pol¨ªtica colombiana regresa al Congreso despu¨¦s del pulso en las calles
Sin nuevas marchas a la vista, el debate legislativo de las reformas sociales regresa a la agenda
No qued¨® un ganador claro del pulso entre el gobierno de Gustavo Petro y la oposici¨®n colombiana, quienes intentaron demostrar cual de los dos lados lograba las movilizaciones m¨¢s grandes a nivel nacional. Las multitudes que salieron el domingo 21 de abril a cuestionar al Gobierno, sus pol¨ªticas y su cabeza, fueron similares a las que marcharon el Primero de Mayo, no solo celebrando del D¨ªa del Trabajador, sino tambi¨¦n en apoyo del presidente. Gobierno y oposici¨®n alzaron los brazos en se?al de victoria, dijeron sentir el apoyo popular, hablaron de lo que viene. Y lo que viene, por lo menos en el corto plazo, es un regreso a las l¨®gicas de la pol¨ªtica representativa. As¨ª lo dijo, incluso, el presidente en su sonado y combativo discurso del mi¨¦rcoles pasado. En este defendi¨® su reforma laboral, la reforma a la salud, la pensional, y cerr¨® su discurso con un anuncio que apunta hacia el Capitolio. ¡±Promet¨ª que ¨ªbamos a presentar las medidas al Congreso de la Rep¨²blica para reactivar la econom¨ªa, que van a consistir, y de una vez lo digo, en proyectos de ley¡±, dijo.
Mientras, el Congreso se prepara. Este mi¨¦rcoles, si nada cambia, la Comisi¨®n S¨¦ptima de la C¨¢mara de Representantes iniciar¨¢ la discusi¨®n de la reforma pensional, la que va m¨¢s avanzada del tridente de reformas sociales que llevan un a?o en el Legislativo. El proyecto llega con impulso, pues fue recientemente aprobado por el Senado (donde el Gobierno tiene menos apoyo). Pero en la C¨¢mara a¨²n debe lograr acuerdo sobre dos ideas centrales. La primera es terminar una competencia confusa y desgastante entre la estatal Colpensiones y los fondos privados, para migrar hacia un ¨²nico sistema unificado en el que la primera parte de los ingresos de cualquier persona ir¨¢ al sistema p¨²blico. Luego, los salarios que superen cierto umbral podr¨¢n ir a los fondos privados. Y el segundo acuerdo implicar¨ªa aumentar la cobertura de las jubilaciones en Colombia con dos esquemas subsidiados (actualmente, solo est¨¢ pensionado el 24% de los adultos en edad de pensi¨®n).
Sin embargo, un anuncio presidencial ha abierto interrogantes sobre el futuro de la reforma pensional. Tan solo un d¨ªa despu¨¦s de que el Senado la aprobara, gracias a un acuerdo entre el Gobierno y varios senadores sobre el nivel de ese umbral, que qued¨® en 2,3 salarios m¨ªnimos, Gustavo Petro dio una alocuci¨®n presidencial contradictoria. Con el mismo esp¨ªritu con el que dijo el Primero de Mayo que ¡°hoy seguimos siendo revolucionarios¡±, regres¨® a una postura previa, la que tuvo antes de presentar el proyecto de ley al Congreso: pidi¨® que ese umbral sea m¨¢s alto, de 4 salarios m¨ªnimo. Los legisladores ya hab¨ªan llegado un acuerdo sobre el umbral, y ahora con la petici¨®n del presidente se volver¨¢ a encender la discusi¨®n en el Congreso esta semana. La pensional a¨²n se juega su viabilidad.
La reforma a la salud tambi¨¦n est¨¢ en juego. La decisi¨®n de la bancada de Gobierno de renunciar a su ¨²ltima alternativa para revivir el proyecto, que dur¨® un a?o naufragando en c¨¢mara lenta en el Senado, abre la puerta para una nueva etapa. Ser¨¢ la de construir un nuevo texto, m¨¢s acotado, que lidere el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo. El Gobierno ha anunciado que su radicaci¨®n es inminente, y que tendr¨¢ el apoyo (o por lo menos la no objeci¨®n), de varias de las EPS, las entidades afiliadoras cuyo futuro estaba en veremos en la propuesta original. La reforma a la salud es la que moviliz¨® en gran parte a la oposici¨®n el domingo 21 de abril, la que moviliz¨® a profesionales de la salud a las calles, la que rompi¨® la coalici¨®n legislativa con la que contaba el gobierno. La reforma de la gran discordia pol¨ªtica, si se quiere. As¨ª que la discusi¨®n ante la nueva reforma de salud, sin duda, ser¨¢ tan intensa como la anterior.
Esas dos discusiones legislativas, m¨¢s la anunciada reforma laboral, volver¨¢n a poner los reflectores en el Capitolio. Pero con un obst¨¢culo m¨¢s para el gobierno: el estallido, a cuentagotas, de un esc¨¢ndalo de corrupci¨®n por los sobrecostos al comprar unos carrotanques para aliviar la sed de La Guajira. Nuevas denuncias se?alan que el dinero de esas compras fue utilizado para supuestos sobornos a los presidentes de la C¨¢mara y el Senado, para que estos ¨²ltimos favorecieran las reformas sociales del gobierno. Las denuncias de corrupci¨®n hacen que cualquier tr¨¢mite de las reformas en el legislativo pase por la duda y el escepticismo sobre los intereses de los legisladores.
Esta semana est¨¢n anunciadas las declaraciones ante la Fiscal¨ªa de dos de los encargados de la contrataci¨®n de los carrotanques, los pol¨ªticos Olmedo L¨®pez y Sneyder Pinilla, quienes han anunciado su intenci¨®n de colaborar con la justicia. Lo que digan en los estrados, como tantas veces en Colombia, puede terminar siendo lo determinante para los futuros debates legislativos.
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