Las v¨ªctimas de un hombre acusado de ser asesino en serie exigen rapidez a la justicia

Esmeralda aprovechaba las pocas visitas de David para cortarle el pelo. ?l se hab¨ªa mudado desde su natal Popay¨¢n a Bogot¨¢ para perseguir su sue?o de ser actor. No era f¨¢cil, en esos dos a?os hac¨ªa malabares para cumplir con diferentes obligaciones. Actuaba como personaje secundario en peque?as producciones audiovisuales y participaba en obras de teatro, pero tambi¨¦n dedicaba sus noches a trabajar en bares y discotecas para recibir un ingreso fijo y poder sostener su estancia en la capital. Entre tanto ajetreo, no le quedaba tiempo para ir a la peluquer¨ªa. Esmeralda sab¨ªa de los sacrificios de su hijo, por eso no le importaba demostrarle su amor de madre volvi¨¦ndose barbera por unos minutos. ¡°?l me mostr¨® la noticia del asesinato de un muchacho en Medell¨ªn y me pregunt¨® qu¨¦ har¨ªa yo en una situaci¨®n as¨ª. Le dije que me ir¨ªa hasta el fin del mundo para encontrar al responsable¡±, recuerda. Era 12 de abril de 2023. Esmeralda jam¨¢s pens¨® que esa conversaci¨®n ser¨ªa una dolorosa premonici¨®n.

La noticia contaba que, a sus 23 a?os, Yeison Molina muri¨® asfixiado. Era un estudiante de s¨¦ptimo semestre de ingenier¨ªa de la Universidad de Antioquia. Un compa?ero de cuarto encontr¨® su cuerpo sin vida e inform¨® a las autoridades. Los hechos fueron registrados por diferentes medios, incluyendo el peri¨®dico local El Colombiano, en el que David encontr¨® la noticia que comparti¨® con Esmeralda. No hab¨ªa claridad sobre el autor del crimen, aunque exist¨ªan indicios. ¡°Vecinos del sector se?alaron que en el transcurso de la noche se vio ingresar a otro hombre a la propiedad¡±, rese?aba la nota period¨ªstica. Solo tres semanas m¨¢s tarde, en la localidad de Barrios Unidos en Bogot¨¢, David morir¨ªa en circunstancias similares. Las familias de ambos j¨®venes responsabilizan a Jos¨¦ Leonardo Quevedo, de 22 a?os, quien actualmente es investigado por otros tres homicidios.

La ¨²ltima vez que Esmeralda se comunic¨® con David fue el 3 de mayo. ¡°Me dijo que se le iba a descargar el celular, que me escrib¨ªa despu¨¦s¡±, asegura. Ella lo llam¨® sin ¨¦xito en los d¨ªas posteriores. El paso de las horas dispar¨® su ¡°sexto sentido¡±, especialmente cuando recibi¨® un mensaje de ¨¦l, en el que le ped¨ªa dinero prestado. Ella sab¨ªa que a ¨¦l le hab¨ªan pagado justo esa semana. La solicitud fue la confirmaci¨®n de que algo andaba mal. Llam¨® a su hermano Javier, y le pidi¨® que fuera al apartamento, que lo buscara. Javier encontr¨® la puerta cerrada. Nadie contestaba. ¡°Se nos fue¡±, dijo Esmeralda a Juan Manuel, su hijo menor, al enterarse. Todav¨ªa rompe en llanto al acordarse.

David Stiven Mosquera, de 26 a?os, falleci¨® en la madrugada del 4 de mayo, el d¨ªa siguiente. Javier y un vecino lograron ingresar a su apartamento a trav¨¦s de una ventana. Lo encontraron desnudo, boca abajo, fr¨ªo. Llevaba m¨¢s de una hora muerto. ¡°Pailas, ya no hay nada que hacer¡±, fue el mensaje que lleg¨® al celular de Esmeralda a las 2.15 de la ma?ana. ¡°?l siempre me promet¨ªa que cuando triunfara me iba a llevar a la alfombra roja. Fue desgarrador que la alfombra roja en la que nos encontramos fue en la del funeral¡±, cuenta la mam¨¢.

Las c¨¢maras instaladas en el edificio en el que viv¨ªa David grabaron el momento en que ingresaba acompa?ado de un hombre. Solo unas horas despu¨¦s, ese hombre se iba solo y con una maleta. De la habitaci¨®n, afirma Esmeralda, desaparecieron objetos de valor como dinero en efectivo y equipos de tecnolog¨ªa. Para la Fiscal¨ªa y la Polic¨ªa no se trataba de un hecho aislado. Los hechos eran casi id¨¦nticos a los de la muerte de Yeison Molina, y hab¨ªa similitudes con los asesinatos de N¨¦stor G¨®mez, perpetrado en marzo de 2023, y del m¨¦dico paname?o Jos¨¦ Santamar¨ªa, en octubre del a?o anterior. La hip¨®tesis de estar en presencia de un asesino serial tomaba fuerza, y termin¨® confirm¨¢ndose con el homicidio de Jos¨¦ Ariel Jim¨¦nez, de 20 a?os, solo ocho d¨ªas despu¨¦s del de David.

Jos¨¦ Leonardo Quevedo fue aprehendido el 26 de mayo de 2023. La Secretar¨ªa de Seguridad de Bogot¨¢ comparti¨® la captura en sus redes sociales, asegurando que se trataba de ¡°un presunto asesino en serie investigado por cinco homicidios¡±. En su residencia, inform¨® la instituci¨®n, encontraron ropa y elementos hurtados de las v¨ªctimas, como el computador port¨¢til de Yeison y el su¨¦ter que David us¨® el d¨ªa de su muerte. En sus redes sociales, Quevedo public¨® fotograf¨ªas luciendo estas prendas. ¡°Dentro del actuar delictivo de Quevedo se pudo identificar que frecuentaba establecimientos como bares, observaba y seleccionaba a sus v¨ªctimas, ganaba su confianza, y lograba establecer v¨ªnculos sentimentales¡±, declar¨® la Secretar¨ªa en un comunicado de prensa.

A un a?o de la detenci¨®n, el proceso contra Quevedo no tiene ninguna sentencia. Se encuentra privado de su libertad por los delitos contra Jos¨¦ Santamar¨ªa y Jos¨¦ Ariel Jim¨¦nez, en un expediente que ya se encuentra en la etapa final, la del juicio. Por los otros tres homicidios, la Fiscal¨ªa a¨²n no lo acusa formalmente. Para el abogado Juan ?ngel, apoderado de las v¨ªctimas, se han presentado demoras inusuales en los ex¨¢menes posteriores a la autopsia. ¡°Hay unos estudios complementarios a la autopsia, y est¨¢n tardando. No hay claridad por qu¨¦¡±. Agrega que, por lo menos por ahora, es poco probable que se materialice un posible vencimiento de t¨¦rminos que le permita a Quevedo recobrar su libertad. ¡°El proceso [por las muertes de Santamar¨ªa y Jim¨¦nez] ha tardado casi un a?o porque la defensa del acusado ha dilatado las diligencias, solicitando que se aplacen¡±.

La atenci¨®n medi¨¢tica que existi¨® alrededor de Quevedo se disip¨® con el paso del tiempo. Se baraj¨® la posibilidad de que su m¨®vil fuera el odio y que sus v¨ªctimas pertenecieran a la comunidad LGTBI. Esta suposici¨®n, no obstante, no se ha podido confirmar caso por caso. Para Esmeralda es irrelevante. ¡°Si mi hijo era o no gay, esa era su vida ¨ªntima. Lo que importa es que era mi hijo. Me lo quitaron, me mataron las esperanzas, me rompieron el alma¡±, reclama.

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