El futuro de la pol¨ªtica editorial colombiana despu¨¦s de la FILBo

El pasado 2 de mayo concluy¨® la Feria Internacional del Libro de Bogot¨¢ (FILBo) y, como es acostumbrado, dej¨® un balance destacable: cerca de 600.000 visitantes, alrededor de 570 invitados nacionales e internacionales, 6,1 millones de d¨®lares en expectativas de negocios editoriales, entre otros, de acuerdo con el bolet¨ªn publicado por la feria en su sitio web. Incluso, super¨® su r¨¦cord en asistencia con 103.000 personas el 1 de mayo. Esos n¨²meros, adem¨¢s de confirmar a la feria como la cita literaria m¨¢s importante de Colombia, hablan de su impacto fundamental no solo social y cultural, sino tambi¨¦n editorial. De all¨ª que para muchas editoriales sea fundamental asistir.

Para Sergio Escobar Hoyos, gerente de La diligencia libros, no es dif¨ªcil estar en FILBo e incluso puede resultar rentable. ¡°No siento que la relaci¨®n costo-beneficio de la feria sea alta ni que genere dificultades en peque?as empresas para participar. Puede ser uno de los primeros escalones para que una nueva empresa editorial invierta, a bajo riesgo¡±. Sin embargo, afirma que esto puede ser diferente para las editoriales regionales.

Justamente, el costo s¨ª es muy alto para el editor Robert Jim¨¦nez, quien particip¨® en la edici¨®n 2024 de FILBo con Clu Editores. Se trata de una editorial nueva que invirti¨® en la feria m¨¢s de nueve millones de pesos, en costos de espacio y stand, y apenas consigui¨® recuperarlos. ¡°La C¨¢mara Colombiana del Libro ofrece unos descuentos para editoriales¡±, explica Jim¨¦nez, ¡°que son de alrededor 200.000 pesos por metro cuadrado. Ahora, el problema es afiliarse a la C¨¢mara y todo lo que ella les cobra a las editoriales. Si eres una editorial independiente que apenas est¨¢ emergiendo, tienes que esperar como dos a?os, llenar un mont¨®n de papeleo y te cobran un porcentaje de tus ventas. Sale demasiado caro¡±.

La experiencia narrada por Jim¨¦nez es la misma que expresan otras editoriales que no se sienten representadas por los intereses de la C¨¢mara Colombiana del Libro y que han puesto otras discusiones sobre la mesa.

Una fiesta organizada por instituciones privadas

La Feria Internacional del Libro es organizada por dos entidades privadas, la C¨¢mara Colombiana del Libro (CCL) y Corferias. La CCL, fundada en 1951, cre¨® FILBo en 1988 y fue impulsora de la Ley del libro de 1993. Ha dedicado sus esfuerzos a fomentar el libro y las editoriales, explica a este diario Emiro Aristiz¨¢bal, su presidente. En la conversaci¨®n, enumera otros de los proyectos que desarrolla, como el concurso Bogot¨¢ en 100 palabras y el cat¨¢logo de los libros nacionales Colombia Lee.

Felipe Gonz¨¢lez, editor de Laguna, no ve problema en que la feria m¨¢s importante del pa¨ªs sea organizada por instituciones privadas. Sin embargo, encuentra que esa forma de financiaci¨®n s¨ª impone obligaciones: ¡°En la medida en que la feria recibe recursos p¨²blicos, deber¨ªa de atender la necesidad de fomentar decididamente el desarrollo de la industria editorial local¡±, argumenta. Es una queja que han hecho otros actores del sector y que se ha expresado en art¨ªculos de prensa, como uno publicado en 2020 en 070, durante la pandemia, y otro reciente, en Cambio.

Emiro Aristiz¨¢bal, de la CCL, explica que la FILBo recibe pocos dineros p¨²blicos, y con fines espec¨ªficos. ¡°Nos ayudan con algunos recursos para organizar la actividad cultural de la feria. Los 2000 eventos culturales que hacemos en la feria y traer escritores y traer todo nos valen aproximadamente unos 4.000 millones de pesos, ?c¨®mo financiamos eso? Con patrocinios privados y ayudas que nos presta el Gobierno para cosas determinadas¡±, afirma.

El ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes, Juan David Correa, se?ala que FILBo fue ganadora del Programa Nacional de Concertaci¨®n en la categor¨ªa de proyectos culturales de la lista bienal, que otorga recursos a eventos de car¨¢cter internacional hechos en Colombia, por 500 millones de pesos. Adem¨¢s, el ministerio invirti¨® en esta edici¨®n 210.018.273 pesos, que incluye el costo de tres stands (el suyo, Pa¨ªs Libros y Pa¨ªs Palestina), adem¨¢s de una inversi¨®n para redimir en descuentos en los espacios para los editores independientes, que equivale a otros 64 millones de pesos. En total, poco menos de 800 millones.

Correa destaca que, como menciona Aristiz¨¢bal, la inversi¨®n del Ministerio implica unos compromisos espec¨ªficos. ¡°Su compromiso es visibilizar que se trata de un evento apoyado por el Programa Nacional de Concertaci¨®n. Este a?o, en acuerdo con Corferias, establecimos la figura de devoluci¨®n para los independientes, para apoyarlos¡±, afirma el ministro.

La pol¨ªtica del libro, una discusi¨®n pendiente

Pese al uso de dineros p¨²blicos, la FILBo no provee informaci¨®n disponible a la ciudadan¨ªa sobre sus usos y el modo en que se reparten las ayudas. Tampoco hay claridad de si otras instituciones p¨²blicas tambi¨¦n aportan. Esto lleva a que para algunos actores del sector sea confuso el funcionamiento de la feria y sus recursos.

Justamente, esto ha llevado a una nueva discusi¨®n alrededor de la Ley del libro y del rol de la C¨¢mara con relaci¨®n a la edici¨®n independiente, as¨ª como el papel del Estado en la pol¨ªtica cultural del libro. El debate pasa por los costos para participar en FILBo, as¨ª como las condiciones de afiliaci¨®n a la C¨¢mara para las editoriales que est¨¢n iniciando. La reciente creaci¨®n de la C¨¢mara Colombiana de la Edici¨®n Independiente (CCEI) es s¨ªntoma de ello.

¡°En la CCEI hemos manifestado que no tiene sentido que una multinacional, por ser afiliada a la CCL, pague una tarifa de metro cuadrado menor a la que paga una editorial independiente que no est¨¢ afiliada¡±, dice Gonz¨¢lez, que adem¨¢s de ser editor de Laguna Libros, es director de la CCEI.

El ministro Correa coincide con la necesidad de abrir las preguntas: ¡°Creo que deben discutirse temas como el precio del metro cuadrado para todos los editores con el mismo rasero y el uso de los recursos que obtiene la C¨¢mara, que deber¨ªan ser p¨²blicos, como los estados de cuenta de las c¨¢maras que rinden cuentas a sus afiliados¡±.

La discusi¨®n no es sobre la legitimidad de la CCL. Es claro, dice Nicol¨¢s Morales, editor de la Universidad Javeriana, que ella ¡°ha tenido, por la ausencia tambi¨¦n del Estado, un rol importante y una definici¨®n en la pol¨ªtica cultural del libro¡±. Tampoco sobre sus logros. En palabras de Gonz¨¢lez: ¡°La CCL tiene un equipo de ferias que es bastante recursivo y eficiente y realiza una feria que, aunque tiene muchas cosas por mejorar, siempre es lo suficientemente exitosa en t¨¦rminos de asistentes y retorno econ¨®mico¡±.

El debate que plantean editores como Felipe Gonz¨¢lez, entonces, es sobre una pol¨ªtica p¨²blica del libro. Sobre esto, explica Correa: ¡°Para este tipo de discusiones hemos creado el Consejo Nacional del Libro y la lectura que ser¨¢ la m¨¢xima instancia de decisi¨®n del sector en Colombia. Adem¨¢s propondremos reformas a la Ley del Libro de 1993, dentro de la Reforma a la Ley General de Cultura de 1997 que presentaremos en julio de este a?o¡±.

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