Juan David Correa: ¡°El Ministerio de Cultura debe dar herramientas para que la gente construya su destino¡±
El escritor y editor fue nombrado por Gustavo Petro como nuevo ministro de Cultura despu¨¦s de cinco meses de interinidad y de que Correa renunciara a la editorial Planeta por lo que ¨¦l considera fue un caso de censura
Juan David Correa, un literato bogotano de 47 a?os, ha llegado esta semana a liderar un ministerio de Cultura que parec¨ªa un barco hundi¨¦ndose. En los ¨²ltimos cinco meses un exviceministro fue denunciado de falsificar su t¨ªtulo educativo; un director de prensa renunci¨® diciendo que los canales de comunicaci¨®n se usaban para fines personales; y cientos de m¨²sicos firmaron cartas pidiendo al presidente Gustavo Petro que sacara a la cartera de la interinidad y relevara al ministro encargado, un m¨²sico se?alado de eurocentrista.
¡°No voy a decir mentiras, hab¨ªa muchas tensiones¡±, concede el nuevo ministro. Correa se considera un hombre de izquierda, aunque no ha militado en un partido diferente al de las letras: ha sido director de la revista cultural Arcadia, editor cultural en el diario El Espectador, gestor cultural en la Feria del Libro de Bogot¨¢, Fundalectura y la Biblioteca Nacional de Colombia. Lleg¨® a los titulares a principios de julio, cuando renunci¨® a la direcci¨®n literaria de Planeta despu¨¦s de que la editorial decidiera no publicar un libro sobre un clan poderoso en Barranquilla. ¡°Lo llamar¨ªa censura¡±, asegura Correa. No viene a ense?ar a hacer cultura, dice desde su nuevo despacho, sino a crear espacios para reconocer la riqueza cultural de Colombia. ¡°Los gestos culturales son gestos de reconocimiento¡±, dice. ¡°Cuando uno reconoce al otro, la sociedad empieza a cambiar¡±.
Pregunta. Usted edit¨® la autobiograf¨ªa del presidente Petro que public¨® Planeta. ?Qu¨¦ tan cercanos son?
Respuesta. No somos cercanos. Lo vi por primera vez cuando decidimos hacer la autobiograf¨ªa, que fue una idea m¨ªa. En la campa?a presidencial de 2018, cuando llegu¨¦ a Planeta, ve¨ªa que estaban haciendo libros de Germ¨¢n Vargas Lleras, de Sergio Fajardo, de Juan Manuel Santos. Iv¨¢n Duque ten¨ªa dos libros ya. Las editoriales eran muy refractarias a publicar libros de pol¨ªticos de izquierda. Me parec¨ªa importante abrir Plantea a todas las visiones pol¨ªticas y pregunt¨¦ en un comit¨¦: ?aqu¨ª hay alguna agenda? Me dijeron que no, y respond¨ª que iba a buscar a Petro. Fue muy dif¨ªcil hablarle porque estaba en campa?a, pero para 2020 me encontr¨¦ con Hollman Morris [amigo del presidente y hoy subgerente de RTVC] y le cont¨¦ mi idea. Les hice un plan de trabajo, se lo mand¨¦ a Hollman y me dijo que listo. Les di el m¨¦todo: Hollman hac¨ªa las entrevistas, me entregaban el material, nosotros transcrib¨ªamos y edit¨¢bamos, y les devolv¨ªamos una versi¨®n. Nos reunimos todos cuando estaba haciendo la edici¨®n final, en mayo o junio de 2021, y trabajamos como cinco horas. Es el tiempo m¨¢s largo que hemos pasado juntos. Luego lanzamos el libro en la feria del libro en Cali, y no volv¨ª a ver al presidente sino hasta hace unos d¨ªas.
P. La historia de vida de Petro ya era bastante conocida. ?Hubo algo que le sorprendiera?
R. S¨ª: c¨®mo toda esa generaci¨®n que vivi¨® en la clandestinidad aprendi¨® formas de resistencia psicol¨®gica muy fuertes. Ante la tortura, ¨¦l aprendi¨® una suerte de resistencia: entre m¨¢s fuerte lo ataquen, pues ¨¦l m¨¢s se empodera. ?l me dec¨ªa que cuando lo atacan ¡ªpor ejemplo, cuando ten¨ªa los m¨¢s duros debates en el Congreso destapando todo el paramilitarismo¡ª , saca una fuerza interior muy grande. Conocemos al pol¨ªtico, al orador, pero esa textura del interior me interesa mucho. Yo creo que esa fuerza es de una complejidad enorme y mucha gente no sabe leerlo.
P. Ha insistido en varios medios en que el cambio social es un cambio cultural, pero cambiar la cultura es mucho m¨¢s dif¨ªcil que modificar una ley. ?Cu¨¢l es el primer paso que quiere dar?
R. Reconocer que en este pa¨ªs ha habido una historia muy poderosa de gesti¨®n cultural, con instituciones muy valiosas. Hay que reivindicar esa historia que va desde las bibliotecas aldeanas que cre¨® Daniel Samper Ortega en los a?os 30, o la experiencia de Radio Sutatenza, unas radios campesinas para que la gente pudiera acceder a la educaci¨®n. Pienso tambi¨¦n en colecciones bibliogr¨¢ficas como las que dirigieron Juan Gustavo Cobo Borda y Santiago Mutis en los 70, donde por primera vez se public¨® a un muchacho de 24 a?os que se llamaba Andr¨¦s Caicedo con Que viva la m¨²sica, que llevaba 8 a?os tratando de que alguien lo publicara. Ellos le dieron un lugar, un reconocimiento.
Los gestos culturales son gestos de reconocimiento. Cuando uno reconoce al otro y lo integra¡ªal publicarlo o darle un espacio para que se presente¡ª la sociedad empieza a cambiar. Porque esa persona dice: ¡°ya no me ignoran, ya no me tratan como un ciudadano de tercera, lo que hago importa¡±. Esa es la tarea de este Ministerio, que los funcionarios nos convenzamos de que tenemos que ir a las regiones no a sentar c¨¢tedra sino a reconocer, escuchar, y ayudar a que la gente pueda tener herramientas para definir su destino. Si no hacemos eso, esto no va a cambiar. Cultura hay todos los d¨ªas; la gente canta, baila, escribe, se inventa festivales, t¨ªteres, comparsas, festivales. Nosotros no vamos a inventarnos la cultura, vamos a decir: ¡°Sigan haciendo eso, ?en qu¨¦ les podemos ayudar?¡±. Esa debe ser la fuerza de este Ministerio.
P. Es decir, lo que usted m¨¢s quiere es que el Estado garantice las plataformas para todos los artistas
R. Claro, que el Ministerio de Cultura sea capaz de institucionalizarse en los municipios. Que si un artesano quiere presentarse a una convocatoria no lo detenga el PDF, la declaraci¨®n de no s¨¦ qu¨¦, los papeles. Tenemos que dar las herramientas para que construya su destino. Es decir: ¡°yo le ayudo. Soy el Ministerio de Cultura; usted d¨ªgame qu¨¦ quiere hacer, y lo voy a apoyar¡±.
P. Muchos m¨²sicos colombianos han criticado al ministro encargado los ¨²ltimos cinco meses, el maestro Jorge Zorro, hoy viceministro, por defender una pol¨ªtica musical eurocentrista. ?Cu¨¢l va a ser el enfoque musical bajo su batuta?
R. Esta ma?ana tuvimos una reuni¨®n de cuatro horas con los cr¨ªticos para ver el Plan de sonidos para la convivencia y la paz. Recibimos las cr¨ªticas, pero no basta con decir: ¡°listo, ya los escuchamos, ahora vamos a hacer nuestro plan¡±. Hay que incorporar esas cr¨ªtica. Les dije: ¡±vamos a hacer un proceso, una mesa, y para ponernos de acuerdo en qu¨¦ podemos negociar¡±. No todo se puede obtener, pero hay que ponerse de acuerdo, porque el Ministerio de Cultura somos todos.
P. Se entiende que una gran defensora del viceministro Zorro fue la primera dama, quien ha nombrado a sus cercanos en otros cargos. ?Cu¨¢l es el rol de Ver¨®nica Alcocer en este ministerio?
R. No la conozco. Como cualquier ciudadano, ella puede venir, preguntar, pensar con nosotros. Tanto la primera dama como el ind¨ªgena kankuamo, el arpista llanero o el ciudadano guajiro tienen un lugar en el Ministerio de las Culturas, las artes y los saberes. No es demagogia, es verdad: eso es lo que vamos a intentar, que la gente no sienta que el Ministerio est¨¢ por all¨¢, lejos.
P. En la interinidad de estos meses hay personas que salieron disgustadas, como quien se encargaba de prensa, o denunciadas, como el exviceministro Esteban Zabala. ?C¨®mo encontr¨® la casa?
R. No voy a decir mentiras, hab¨ªa muchas tensiones. Sin embargo, yo ya he estado en lugares, digamos, complejos, como ser director literario en Planeta, ser director de Arcadia, o dirigir culturalmente la Feria del Libro de Bogot¨¢. Cuando uno es editor y tiene que cumplir las expectativas de un gremio, empieza el: ¡°usted solo va a publicar a sus amigos, a la rosca¡±. Eso es lo que hay que desbaratar en Colombia. En Planeta creo que demostr¨¦ eso. Creo que la astucia que tiene que tener alguien que llegue a liderar un lugar de estos es la absoluta conciencia de que su lugar no es el autoritarismo; su lugar es la conciliaci¨®n.
Pero no solo la casa est¨¢ con agresividades, el pa¨ªs est¨¢ con agresividades. Hay que conciliar, aprender a vivir juntos, y por eso hemos insistido en el cambio cultural. Hay algo que dice la teor¨ªa, la filosof¨ªa, y es que el arte, los s¨ªmbolos, abren la posibilidad a la imaginaci¨®n moral. Es decir, cuando escuchas una melod¨ªa o ves una representaci¨®n en un poema, te puede llegar a un lugar del cerebro donde eres capaz de imaginar situaciones en las que no vas a estar nunca. Hay capacidades muy profundas en la cultura que tenemos que valorar. Al gobierno anterior [de Iv¨¢n Duque] se le critic¨® que solo ve¨ªa el valor econ¨®mico de la cultura, cuando la cultura no tiene un valor transaccional. La cultura es lo que nos permite sentarnos, comunicarnos, entendernos o disentir. Cuando no hay lazos culturales aparece la violencia.
P. Renunci¨® a Planeta despu¨¦s de que la editorial no publicara el libro de la periodista Laura Ardila sobre la familia Char. ?Llamar¨ªa censura a esa decisi¨®n?
R. S¨ª, la llamar¨ªa censura. No porque una editorial no tenga la legitimidad para cancelar un libro, porque los contratos editoriales incluyen cl¨¢usulas en donde se dice al autor que es responsable de lo que escribe y el editor tiene el derecho de decir que no va a publicar si lo escrito no le satisface. Sin embargo, en la forma que ocurrieron los hechos, me parece que se actu¨® de una manera muy poco virtuosa. Se le cerr¨® el camino a un libro con argumentos legales que llegaron de manera muy tard¨ªa. T¨² no puedes, y esa fue mi discusi¨®n de fondo, entregarle a Laura el libro en PDF, la portada, armar un lanzamiento, y al rato decir: ¡°no, ahora analizamos otra cosa, y esto no nos conviene¡±. Si lo haces, expl¨ªcale a Laura las razones legales. Dile: ¡°en la l¨ªnea tres dijiste una cosa absolutamente falsa¡±, o ¡°hicimos una revisi¨®n legal m¨¢s y encontramos 57 p¨¢rrafos muy problem¨¢ticos¡±. Si eso se hubiera hecho, estaba dispuesto a quedarme. Pero yo no puedo conformarme con que se me diga que hay razones legales para no publicar, sobre todo cuando el libro ven¨ªa de una revisi¨®n legal de alguien que respeto, [la abogada] Ana Bejarano. Yo me debo a esa historia, a esa gente, he sido periodista buena parte de mi vida.
P. ?Sigue sin saber qui¨¦n tom¨® esta decisi¨®n y cu¨¢l es la mejor explicaci¨®n de por qu¨¦ se cancel¨®?
R. No lo s¨¦. ?Hay algo que tenga que ver Planeta con los se?ores que est¨¢n investigados en el libro? No lo s¨¦. Y por eso, como no pod¨ªa explicar a quien me preguntara m¨¢s all¨¢ de ¡°por razones legales no pudimos publicar el libro¡±, pues... ?c¨®mo quedo yo, que he sido periodista y he peleado por los espacios de libre expresi¨®n?
P. Hablando de libertad de expresi¨®n, ?qu¨¦ opina de la confrontaci¨®n del presidente con algunos periodistas y medios?
R. Creo que perdemos de vista el problema cuando generalizamos al decir ¡®los medios¡¯. EL PA?S nada tiene que ver, por ejemplo, con lo que hace la revista Semana. No solo hay que ver la relaci¨®n del presidente con los medios, tambi¨¦n la de los medios con el presidente, caso por caso. Hay evidencia de ataques que le han hecho al presidente y a la vicepresidenta Francia M¨¢rquez que son de un nivel de groser¨ªa, de racismo, de clasismo, que no se lo han hecho a ning¨²n presidente en este pa¨ªs. Hay tensiones tambi¨¦n en los medios, porque muchos fueron comprados por los grupos econ¨®micos, y hay contradicciones de los medios consigo mismos. Muchos est¨¢n lanzando amenazas contra la posibilidad del presidente de proponer unos cambios. En los medios de extrema derecha han publicado cosas que son mentira, son falsas. As¨ª que esa tensi¨®n con los medios es una relaci¨®n mucho m¨¢s compleja.
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