Demograf¨ªa, informalidad y educaci¨®n superior
El descenso en la fecundidad y la emigraci¨®n indican que la poblaci¨®n colombiana comienza a disminuir, lo cual tendr¨¢ un impacto significativo en ¨¢reas como pensiones, vivienda, salud, crecimiento econ¨®mico
Recientemente, el DANE report¨® una ca¨ªda en la tasa de fecundidad en Colombia, pasando de 1,8 en 2014 a 1,2 en 2023, y una reducci¨®n del 13,7% en los nacimientos entre 2023 y 2024. Esta tendencia demogr¨¢fica se ve exacerbada por una migraci¨®n neta negativa, con el pa¨ªs perdiendo cerca de 500.000 habitantes al a?o desde 2022.
El descenso en la fecundidad y la emigraci¨®n indican que la poblaci¨®n colombiana comienza a disminuir, lo cual tendr¨¢ un impacto significativo en ¨¢reas como pensiones, vivienda, salud, crecimiento econ¨®mico y educaci¨®n, y requiere medidas por parte del sector p¨²blico y reacciones del sector privado.
En el caso de las pensiones, una poblaci¨®n en descenso implica una reducci¨®n en el n¨²mero de trabajadores j¨®venes que pueden contribuir al sistema de pensiones, incrementando la carga sobre la poblaci¨®n laboralmente activa. En cuanto a la vivienda, la disminuci¨®n de la poblaci¨®n puede reducir la demanda de nuevas construcciones, afectando negativamente al mercado inmobiliario y la econom¨ªa vinculada a este sector. Adem¨¢s, una poblaci¨®n envejecida puede requerir diferentes tipos de viviendas, cambiando la din¨¢mica del mercado inmobiliario. Con respecto a la salud, a medida que la poblaci¨®n envejece, la demanda de servicios de salud crece, lo cual pone una presi¨®n adicional sobre el sistema de salud. Adem¨¢s, con una menor poblaci¨®n joven, hay menos trabajadores para financiar el sistema a trav¨¦s de contribuciones. El crecimiento econ¨®mico, por su parte, se ve perjudicado porque la disminuci¨®n de la fuerza laboral limita la capacidad de producir bienes y servicios. Por ¨²ltimo, una disminuci¨®n en el n¨²mero de nacimientos reduce la matr¨ªcula escolar, lo que puede llevar al cierre de escuelas e instituciones educativas. Adem¨¢s, se reduce la demanda de maestros, lo que puede resultar en la p¨¦rdida de empleos.
En estas circunstancias, es necesario plantear medidas de pol¨ªtica para adecuar los sistemas de pensiones y salud, la inmigraci¨®n de trabajadores y la natalidad, y ajustar los planes de ordenamiento territorial a los cambios demogr¨¢ficos, entre otras. No obstante, para el caso colombiano, el mejor mecanismo para adaptar la econom¨ªa al cambio demogr¨¢fico es la reducci¨®n de la informalidad.
Informalidad y actividad econ¨®mica
Las cifras del DANE indican que la proporci¨®n de ocupados informales en Colombia es cercana al 56%. Esto es problem¨¢tico porque la informalidad est¨¢ asociada a baja productividad, inestabilidad laboral e ingresos precarios y, adem¨¢s, reduce los ingresos fiscales y las cotizaciones para financiar los sistemas de salud y pensiones. No obstante, por estas mismas razones, la alta tasa de informalidad puede ser una oportunidad para enfrentar el cambio demogr¨¢fico minimizando traumatismos.
En primer lugar, si la reducci¨®n de la fuerza laboral viene acompa?ada de un aumento en la formalidad, es posible evitar que el cambio demogr¨¢fico redunde en una ca¨ªda de cotizaciones a salud y pensiones. En segundo lugar, dado que la productividad del trabajo formal es sensiblemente superior a la del trabajo informal, el aumento en formalidad incrementar¨ªa el producto por trabajador y la productividad agregada, mitigando el efecto negativo del cambio demogr¨¢fico sobre el nivel de actividad econ¨®mica.
Sin embargo, una reducci¨®n en la informalidad, no puede detener ni mitigar los efectos del cambio demogr¨¢fico sobre el mercado de vivienda ni sobre la matr¨ªcula escolar. En estos frentes el gobierno y el sector privado deben realizar esfuerzos de planificaci¨®n para evitar el sobredimensionamiento de la infraestructura, mitigar efectos negativos sobre el empleo sectorial y procurar que los servicios de educaci¨®n y vivienda se ofrezcan de manera justa y eficiente.
?C¨®mo reducir la informalidad?
Adem¨¢s de lo obvio, como una reforma laboral que estimule la creaci¨®n de empleo formal, hay otros mecanismos para la creaci¨®n de empleo formal. El primero es el mercado: en la medida en que la oferta laboral se reduce, aumentan los salarios en el sector formal, desestimulando el autoempleo y, en general, la informalidad. No obstante, este mecanismo solo funciona si los empleados informales cuentan con las capacidades y habilidades que demanda el sector formal.
En estas circunstancias, el papel de la educaci¨®n es crucial para enfrentar la informalidad y el cambio demogr¨¢fico. El sistema educativo debe estar en capacidad de dotar a los trabajadores de las capacidades que demanda el sector formal. Para que esto suceda, es fundamental la cooperaci¨®n entre instituciones de educaci¨®n y las empresas del sector formal. Puede haber acuerdos de cooperaci¨®n para dise?ar curr¨ªculos que reflejen las necesidades del mercado laboral y estimular el desarrollo de habilidades que sean relevantes para las industrias locales.
Desigualdad, acceso a la educaci¨®n y movilidad
La educaci¨®n, adem¨¢s de sus efectos sobre formalidad y productividad, puede ser una herramienta para aumentar la movilidad econ¨®mica y reducir la desigualdad. Sin embargo, la potencia de esta herramienta se ve reducida por la falta de acceso. A menudo, las familias de bajos ingresos no pueden costear gastos relacionados con la educaci¨®n. Adem¨¢s, muchos individuos que podr¨ªan estudiar deben trabajar para garantizar el sustento de sus familias. En estos casos, la educaci¨®n no aumenta la movilidad y puede incluso exacerbar la desigualdad. Dado que los ingresos de los trabajadores informales son sensiblemente m¨¢s bajos que los de los trabajadores formales, la persistencia de la desigualdad est¨¢ asociada con la persistencia de la informalidad y, en este sentido, es una barrera para la mitigaci¨®n de los efectos negativos del cambio demogr¨¢fico.
Por estas razones, garantizar el acceso a la educaci¨®n de calidad debe ser un objetivo primordial de todos y, en particular, del sector formal de la econom¨ªa. Desde el sistema financiero es posible dise?ar cr¨¦ditos educativos accesibles para estudiantes de bajos ingresos, permitiendo as¨ª una mayor inclusi¨®n en el sistema educativo. El reto, en este caso, es dise?ar mecanismos de cr¨¦dito rentables que resulten atractivos para los estudiantes. Desde el sector real, parte de la cooperaci¨®n entre las empresas y el sector educativo puede ser la financiaci¨®n de la educaci¨®n de individuos de bajos ingresos cuyos programas de estudios garanticen la adquisici¨®n de habilidades demandadas por el mercado laboral formal. De esta forma, el sector real estar¨¢ invirtiendo en su propio capital humano, pero tambi¨¦n estar¨¢ ayudando a incrementar la movilidad econ¨®mica, reducir la informalidad y mitigar los efectos nocivos del cambio demogr¨¢fico.
*El autor es decano de Econom¨ªa de la Universidad de Los Andes
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