Las l¨¢grimas de Salvatore Mancuso
Despu¨¦s de casi dos d¨¦cadas en la c¨¢rcel, el excomandante paramilitar que orden¨® cientos de asesinatos ahora habla de reconciliaci¨®n y c¨®mo frenar el c¨ªrculo interminable de la violencia
Suele ser un clich¨¦ entre los pol¨ªticos colombianos citar Cien a?os de soledad, sobre todo su ¨²ltima frase pidiendo una segunda oportunidad para el Macondo que es Colombia. A Salvatore Mancuso, el excomandante paramilitar que dirigi¨® uno de los ej¨¦rcitos ilegales m¨¢s poderosos y crueles de Colombia, tambi¨¦n le gusta citar a Gabo, pero no el mismo texto. En su primera rueda de prensa como hombre libre, despu¨¦s de casi dos d¨¦cadas en c¨¢rceles colombianas y norteamericanas, cit¨® un ensayo que le gusta del Nobel, de 1994, sobre la violencia circular en la historia de Colombia, una que no tiene segundas oportunidades porque es casi imposible salir de ella. Se titula Por un pa¨ªs al alcance de los ni?os.
¡°Somos conscientes de nuestros males, pero nos hemos desgastado luchando contra los s¨ªntomas mientras las causas se eternizan¡±, dice el texto. Mancuso se entiende a s¨ª mismo ahora como un hombre que ahora va en contra de la corriente de la historia. El excomandante arrepentido que quiere ser gestor de paz del Gobierno de Petro, que quiere aportar a la verdad ante dos tribunales de justicia transicional, que est¨¢ dispuesto a liderar la reconciliaci¨®n del pa¨ªs d¨¢ndole la mano a sus antiguos enemigos. Un hombre transformado, asegura, despu¨¦s de verle la cara al dolor de cientos de v¨ªctimas.
¡°Cuando empec¨¦ a ver y a sentir, m¨ªnimamente, el gran dolor que le caus¨¦ a los v¨ªctimas, a esas madres, a esos hijos, al sentir ese dolor ese dolor...¡±, dijo en la rueda de prensa, y se detuvo a llorar unos segundos. ¡°Perdonen que todav¨ªa me afecte, pero es lo ¨²nico que me afecta durante todos estos a?os. Las peores privaciones de la libertad, nada de eso me afect¨®, jam¨¢s. Me afectaba sentir el dolor de las v¨ªctimas. Ese Mancuso cambi¨®, y ese Mancuso hizo una promesa: esto no tiene porqu¨¦ volver a repetirse¡±.
Las l¨¢grimas de Salvatore Mancuso no son nuevas: llor¨® tanto en las audiencias de Justicia y Paz que ¨¦l mismo recuerda c¨®mo los medios dijeron que ya parec¨ªa una pla?idera ¡ªcomo se les llama a las profesionales del llanto¨D. La cita al ensayo tampoco es nueva: lo mencion¨® en un discurso del 2004, cuando fue invitado, como comandante que iba a firmar su desmovilizaci¨®n, a dar un discurso en el Congreso del pa¨ªs. Un momento que las v¨ªctimas vieron por televisi¨®n como un gesto m¨¢s de impunidad. En ese discurso Mancuso tambi¨¦n hablaba de reconciliaci¨®n, perd¨®n, y verdad, pero no hab¨ªa enfrentado a¨²n, en los tribunales, a los que perdieron familiares en masacres paramilitares. En 2008 Mancuso fue extraditado a Estados Unidos, el gobierno de ?lvaro Uribe dec¨ªa que segu¨ªa delinquiendo, y ¨¦l dijo que era retaliaci¨®n por haber empezado a decir la verdad sobre los pol¨ªticos que se aliaron con el paramilitarismo. ¡°Fuimos aliados¡±, le dice, cada que tiene la oportunidad, Mancuso a Uribe.
El excomandante, en su primera rueda de prensa, parece querer seguir probando que ¨¦l s¨ª es un hombre reformado: promete que buscar¨¢ los restos de v¨ªctimas que desaparecieron, por sus ¨®rdenes, en la frontera con Venezuela; que no busca venganza contra el expresidente Uribe sino espera que ahora sean aliados por la paz; que est¨¢ dispuesto a ayudar en las mesas de di¨¢logo de la paz total como gestor, un cargo del que espera hablar con el presidente Petro y el consejero Otty Pati?o.
Otros, la mayor¨ªa quiz¨¢s, despu¨¦s de casi dos d¨¦cadas en la c¨¢rcel, podr¨ªan pensar en salir a la libertad y mantener un perfil bajo: dedicarse a cuidar los nietos, montar quiz¨¢s un panader¨ªa. Mancuso habla como un cura que regres¨® con un mensaje divino para el pa¨ªs: ¡°Yo hace tiempo me reconcili¨¦ conmigo mismo, con Dios, con la vida, y ya no considero a nadie mi enemigo¡±. Como futuro gestor de paz del gobierno dice que, si bien se retir¨® de la guerra hace dos d¨¦cadas, ¨¦l fue quien ¡°dise?¨®¡± unas estructuras armadas que siguen vigentes, con los mismos recursos, y en las mismas zonas. Por eso ¨¦l es quien conoce un camino para desbaratarlas. Si no prospera, ¡°se va a seguir reciclando la violencia¡±. Si se trata de poner la barra alta, Mancuso volvi¨® a Colombia prometiendo todo: verdad, reconciliaci¨®n, acuerdo nacional, gestionar la paz, y hacer lo posible por frenar el ciclo interminable de violencia de aquel ensayo de Gabo.
En realidad ser¨¢n los tribunales, las v¨ªctimas y la historia quienes verdaderamente juzguen si Mancuso es, ahora en libertad, ese hombre reformado.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S sobre Colombia y aqu¨ª al canal en WhatsApp, y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.