No todo parece lunes
Tambi¨¦n fue la Copa Am¨¦rica de Colombia, por buen juego, por valent¨ªa, por temperamento
La derrota no implica retroceso y esa es la lecci¨®n m¨¢s importante que se puede sacar de esta Copa Am¨¦rica que se perdi¨® por muy poco y que deja mascullando rabia por haberla tenido tan cerca. Y m¨¢s all¨¢ del resultado en contra, hay que apelar al t¨ªtulo de esta columna porque hoy no todo va a tener ese cariz de lunes, tan desolador, tan vac¨ªo. Es que esta formaci¨®n que enfrent¨® a los argentinos, actuales campeones del mundo y defensores reinantes de la Copa Am¨¦rica, volvi¨® a unir al pa¨ªs en torno a un activo nacional que se refundi¨® hace m¨¢s bien poco porque si en algo fall¨® la relaci¨®n naci¨®n-f¨²tbol fue en el amor durante el pasado reciente.
Primero, tras la ida de Jos¨¦ P¨¦kerman y el arribo de Carlos Queiroz ¨C¨²nico entrenador en la historia del f¨²tbol que jugando con el Real Madrid de los ¡°Gal¨¢cticos¡± fue cuarto en la Liga de Espa?a¨C se firmaron capitulaciones, por cuenta de la extrema desconfianza que se pudo confirmar con el 0-3 frente a Uruguay y el 6-1 en contra frente a Ecuador. Y con ese trauma tan reciente, la frescura para jugar se guard¨® en el cuarto de Sanalejo. Reinaldo Rueda, con el que parec¨ªa que habr¨ªa una reconciliaci¨®n, dej¨® estragos por doquier y una conclusi¨®n m¨¢s que predecible: el divorcio conflictivo entre afici¨®n y jugadores, por esa flaqueza an¨ªmica que conden¨® a Colombia a ver el Mundial por TV.
Por eso no todo parece lunes: la nueva administraci¨®n de N¨¦stor Lorenzo ¨Crudo defensor en tiempos de futbolista, sabio estratega desde el banquillo y gran administrador de egos en el camerino¨C empez¨® primero d¨¢ndole el lugar a los ¡°hist¨®ricos¡± del seleccionado y llev¨¢ndolos a jugar en contextos que fueran favorables para ellos. James Rodr¨ªguez de nuevo se desenvolvi¨® como en aquellos tiempos en los que el Real Madrid lo fich¨® y fue el rendimiento m¨¢s destacado del pa¨ªs en la Copa que deja un subt¨ªtulo, posici¨®n en la tabla que, hasta hace poco, parec¨ªa ut¨®pica.
Se dio a la tarea de recuperar almas en pena vestidas de amarillo, azul y rojo, porque la refacci¨®n no solamente cubri¨® a James Rodr¨ªguez: D¨¢vinson S¨¢nchez, reiterado protagonista de extra?os bloopers en la tricolor, recuper¨® la confianza; Daniel Mu?oz, antes con altibajos y sobrecargas de perjudicial entusiasmo, se transform¨® en una alternativa determinante para defender y atacar por la banda. Jefferson Lerma, que en ciclos pasados no sab¨ªa si era 5 u 8, en este proceso es 5, porque corta juego y machaca pierna, pero tambi¨¦n es 8 y aporta en ofensiva. Sumado a esto, agreg¨® sangre nueva: John Lucum¨ª, figura del Bologna, inamovible en la Copa y que se qued¨® fuera por lesi¨®n; Richard R¨ªos, el volante del Palmeiras que en sus ratos libres es involuntario ¡°sex symbol¡±, gracias a la gran fanaticada femenina que se embelesa con su look de iluminaciones y dientes perlados; Jhon C¨®rdoba, no tan joven pero ¨¢vido de oportunidades que nunca desaprovech¨®, removiendo a Rafael Santos Borr¨¦ del once inicial¡
Por eso no todo parece lunes, porque lo m¨¢s valioso de la Copa que se fue, es que el amor nacional por el equipo se recuper¨®, mucho m¨¢s en este torneo de plagado de rarezas, porque hay que hablar tambi¨¦n de eso: fue la copa con el intermedio m¨¢s largo de lo que permite este deporte, por ejemplo, y fue la Copa de la final que empez¨® casi una hora y media m¨¢s tarde de lo acordado. Fue la copa de la desorganizaci¨®n patrocinada por la Conmebol y el pa¨ªs anfitri¨®n, que a menos de 24 horas de padecer grietas en la seguridad del republicano Donald Trump, herido en una oreja por una bala disparada por Thomas Mathew Crooks, tuvo que soportar el desborde y el caos de fan¨¢ticos colombianos y argentinos, ¨¢vidos de entrar, rapaces y llevando como escudo la malicia sudamericana como mejor herramienta de sus propias luchas, aprovech¨¢ndose de cierto car¨¢cter naif de los norteamericanos. Ante lo inevitable y, para evitar una tragedia, la decisi¨®n fue dejar el Hard Rock Stadium a puertas abiertas. Mientras tanto Alejandro Dom¨ªnguez, m¨¢ximo jerarca de la rectora del f¨²tbol sudamericano, hizo de nuevo el rid¨ªculo bajando al campo para lanzar peluches a las grader¨ªas, mientras la invitaci¨®n VIP al desastre se viv¨ªa en las calles aleda?as a la sede de la final. Fue la Copa de las quejas de Lionel Scaloni, Ricardo Gareca y N¨¦stor Lorenzo por la precariedad de los campos en los que sus equipos arriesgaron las piernas y fue la Copa de Jesse Marsch y Marcelo Bielsa, entrenadores de Canad¨¢ y Uruguay, capaces de ponerse en contra de todo el establishment futbol¨ªstico al escupir verdades como balas.
Pero tambi¨¦n fue la Copa de Colombia, por buen juego, por valent¨ªa, por temperamento.
S¨ª, Argentina gan¨®, pero quedaron tantas cosas buenas a nuestro favor que, a pesar de perder la final, hoy no todo parece lunes.
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