Nemesio McCartney
El m¨²sico vivo m¨¢s importante del rock, el exbeatle Paul McCartney, volver¨¢ a Bogot¨¢ despu¨¦s de 12 a?os
Dos famosos (para algunos) no tan famosos: George Harrison y Michael Collins. A?os despu¨¦s de sus proezas musicales y espaciales, cuando usted pide que alguien recuerde, por ejemplo, a los integrantes de los Beatles, hay una gran posibilidad de que la respuesta sea esta: Lennon, McCartney, Ringo¡ y el otro, el t¨ªmido.
De la misma manera, al preguntar por los astronautas de la primera misi¨®n tripulada a la Luna, se menciona a Neil Armstrong, a Buzz Aldrin y¡ al otro. La raz¨®n: Collins permaneci¨® orbitando en el m¨®dulo de comando mientras sus compa?eros saltaban en la Luna. Harrison saltaba discretamente en todos los escenarios, pero tardo varios a?os en ganar el adecuado espacio para sus composiciones en los ¨¢lbumes del cuarteto.
Historias que se entrelazan con una gran disyuntiva sesentera, intacta hasta nuestros d¨ªas: ?cu¨¢l beatle fue m¨¢s talentoso? ?McCartney o Lennon? Durante los sesenta no era sencillo contestar, porque mucho de lo que hicieron los asemejaba al adhesivo ep¨®xico, el de los dos componentes mezclados: solo juntos ¡°pegaban¡± bien. Sobre todo, en la radio.
En su etapa como solistas, podr¨ªa pensarse que habr¨ªa m¨¢s elementos que facilitar¨ªan la odiosa selecci¨®n. Tampoco. Lennon fue asesinado en 1980 y no sabemos qu¨¦ habr¨ªa podido hacer con su carrera. McCartney, en cambio, ha vivido cinco d¨¦cadas m¨¢s, en las que ha publicado al menos treinta ¨¢lbumes (recopilaciones, piezas sinf¨®nicas, t¨ªtulos en vivo, oratorios, colaboraciones) y muchos proyectos literarios, acad¨¦micos, f¨ªlmicos, fotogr¨¢ficos, pict¨®ricos y teatrales. ?Es adecuado compararlos desde el fin de los Beatles hasta el asesinato, entre 1970 y 1980? ?Incluyendo o no los cinco a?os de receso de Lennon? ?Medirlos por ventas o figuraci¨®n en listas? ?Qu¨¦ par¨¢metro no es una injusticia?
El hoy y el ahora es recordar a Harrison y a Lennon por todo lo importante que hicieron en el rock, agradecer a Ringo por sus buenos oficios como impecable baterista y seguir disfrutando el incesante esp¨ªritu creativo de McCartney, un trompo que se resiste a dejar de girar. No es una met¨¢fora: sigue girando, sigue de gira.
Su m¨¢s reciente tour, el Got Back (¡°back to where you once belonged¡±), lo tiene ocupado desde 2022, cuando ofreci¨® diecis¨¦is conciertos en Estados Unidos e hizo una presentaci¨®n en el festival de Glastonbury. En 2023, tuvo dieciocho toques en Australia, M¨¦xico y Brasil. Este a?o McCartney llena estadios en Uruguay, Argentina, Chile, Brasil, Per¨², M¨¦xico, Francia, Espa?a, Reino Unido y, ?aleluya!, Colombia, gracias al esfuerzo de P¨¢ramo Presenta, Move Concerts y Ocesa.
Pasaron m¨¢s de doce a?os desde que, el 19 de marzo de 2012, McCartney se present¨® en el Camp¨ªn, en virtud del empuje del periodista y manager Fern¨¢n Mart¨ªnez y el respaldo de empresarios como Ricardo Leyva. Lo de traerlo fue ¨¦pico. Mart¨ªnez se bati¨® como un tigre para poner al exbeatle en el estadio y logr¨® cosas que nadie consigui¨® en otras latitudes.
El afiche oficial de la gira On The Run era igual en todos los pa¨ªses, pero el payan¨¦s dio ¡°lora¡± durante semanas para que le dejaran incluir la frase ¡°el concierto de la historia¡±. Y lo logr¨®. El equipo de organizaci¨®n de McCartney termin¨® por entender que ayudaba a vender boletas ese car¨¢cter hist¨®rico de ver a un exbeatle en Colombia. Fue eso o que estaban hasta la coronilla con la insistencia de Mart¨ªnez. Curiosamente otro Mart¨ªnez, el general Luis Eduardo Mart¨ªnez, en aquel entonces director de la polic¨ªa metropolitana de la capital, fue el encargado de cuidar a McCartney. Lo recibi¨® y lo despidi¨® desde el aeropuerto antinarc¨®ticos de la instituci¨®n. Muy simb¨®lico.
La oportunidad de ver a McCartney en Colombia es ¨²nica y quiz¨¢s no se repita. Por mucha energ¨ªa que tenga, este conejito Duracell del rock carga con 82 calendarios a cuestas (¡°tres conejos, en un ¨¢rbol, tocando el tambor¡±, escribi¨® para su Liverpool Oratorio). Las giras son dispendiosas y cansan, incluso a los j¨®venes, as¨ª que podr¨ªa no med¨ªrsele a otra y dif¨ªcilmente lo veremos m¨¢s adelante en el Teatro Cafam o en el Julio Mario Santo Domingo.
¡°Vale la pena recordar que, cuando los Beatles empezamos¡±, ha dicho, ¡°ten¨ªamos muy pocas habilidades musicales. Solo conoc¨ªamos algunos acordes, pero evolucionamos, hasta el punto de que, cuando nos separamos, nos hab¨ªamos convertido en una m¨¢quina bastante sofisticada¡±.
Parte de ese engranaje, eje central de tanta buena m¨²sica, estar¨¢ el primero de noviembre en El Camp¨ªn. Perd¨¦rselo es una mala decisi¨®n. Como la que tom¨® el sello Decca en 1962, despu¨¦s de una audici¨®n con McCartney y los nacientes Beatles. Sus ejecutivos les dieron un portazo. Concluyeron que los grupos de guitarras estaban pasados de moda y que los Beatles no ten¨ªan futuro en el negocio del espect¨¢culo.
Pero esa es otra historia. La m¨¢s importante ahora se escribir¨¢ en noviembre, en el Nemesio Camacho. Nemesio¡ ?les coment¨¦ que la tienda y, m¨¢s tarde, empresa del hombre que ¡°descubri¨®¡± a los Beatles, Brian Epstein, se llamaba NEMS? ?Que nada nos prive de ¡°nemesiar¡± en el Camp¨ªn con sir Paul!
***
Retaguardia. Cuando McCartney conoci¨® Bogot¨¢, en 2012, el alcalde era Gustavo Petro. Tres a?os despu¨¦s, cuando vino Ringo Starr, el alcalde segu¨ªa siendo Petro. En la segunda visita del bajista, nuevamente se encontrar¨¢ a Petro en el poder. Como en el gatopardismo: ?que cambie todo para que nada cambie!
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