La presi¨®n fiscal condiciona el gasto del Gobierno de Petro para 2025

El Gobierno de Gustavo Petro ha anunciado en la tarde del lunes una propuesta de aumento del 3,9% en el Presupuesto General de la Naci¨®n para el 2025. Las cuentas, cuyo techo ronda los 523 billones de pesos, exponen un reflejo ajustado de las dificultades econ¨®micas que atraviesa el pa¨ªs y del estrecho margen para un Ejecutivo urgido de soluciones en el ecuador de su mandato. Sobre la aprobaci¨®n del desembolso, que debe pasar por el Congreso de la Rep¨²blica, no se prev¨¦n mayores complicaciones si se tiene en cuenta que el aumento de 2023 a 2024 fue seis veces mayor, hasta alcanzar un 19%.

Factores como el crecimiento econ¨®mico previsto para el pr¨®ximo a?o, la tasa de inflaci¨®n o los ingresos estatales, forman parte del marco utilizado por los responsables de Hacienda para confeccionar las previsiones. Cuentas que, seg¨²n diversas instituciones, no son las mejores. Por eso m¨¢s de un observador econ¨®mico cuestiona a fondo el parte de tranquilidad que emiti¨® el Gobierno en una rueda de prensa celebrada ayer lunes en la sede de Hacienda, encabezada por el viceministro general, Diego Guevara, y los directores de Cr¨¦dito P¨²blico, Jos¨¦ Roberto Acosta, y de Presupuesto, Jairo Bautista.

Los funcionarios subrayaron una vez tras otra que el proyecto de ley respeta y cumple los linderos fijados en la sacro santa regla fiscal. Pero, acto seguido, deslizaron que 12 billones del total proyectado provendr¨ªan de una nueva ley de financiamiento que viene cocinando desde hace meses el Ejecutivo. Es decir, el Gobierno de Gustavo Petro present¨® unas cuentas que dan por sentado un recaudo adicional, que est¨¢ sujeto a votaci¨®n parlamentaria y que, lejos de ser una garant¨ªa, revive las sombras y debilidades del presupuesto elaborado para este a?o.

De otra parte, algunos analistas financieros han fruncido el ce?o al constatar que una parte importante de los ingresos presupuestados se recuesta, como es habitual, en la gesti¨®n de la Direcci¨®n de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN). Una agencia que durante el primer trimestre de este a?o complet¨® tan solo el 21,4% de la meta estipulada por recaudo en impuestos. Esa realidad fue la que, a la postre, oblig¨® al Gobierno a fijar en el Marco Fiscal de Mediano Plazo publicado en junio, y en el que revisa cada a?o las proyecciones de gasto oficial, un recorte presupuestal a la inversi¨®n de 51 billones de pesos en la partida de 2024 (en 2025 ser¨¢n 42).

Por eso, a las debilidades estructurales de una econom¨ªa que a duras penas se empieza a desperezar con se?ales contradictorias, se suma la desconfianza que han generado este tipo de giros dr¨¢sticos del Gobierno tras tener proyecciones erradas o no concretar la presentaci¨®n de los objetivos. Desde el Ejecutivo han se?alado someramente que el grueso del nuevo presupuesto, como lo dicta la Constituci¨®n de 1991, ser¨¢ destinado a programas sociales, formaci¨®n de capital humano, aseguramiento en salud o protecci¨®n de la vejez. Lo anterior sin desagregar el plomizo pago de la deuda p¨²blica, que se calcula que ha subido al 6,3% del Producto Interno Bruto este a?o y supone uno de los grandes dolores de cabeza m¨¢s serios para un Gobierno que destinar¨¢ el 21,5% del presupuesto en cumplir con sus obligaciones financieras.

De acuerdo con los c¨¢lculos de crecimiento oficial, el PIB del pa¨ªs cerrar¨ªa este a?o con un aumento del 1,7%. De la misma forma, el Gobierno prev¨¦ que la inflaci¨®n anual terminar¨¢ en 5%. Son dos registros que retratan las estrecheces econ¨®micas. ¡°Un incremento presupuestal del 4% nominal puede significar una ca¨ªda del recaudo real, dependiendo de c¨®mo se comporte la inflaci¨®n¡±, explica a EL PA?S el decano de Econom¨ªa de la Universidad de los Andes, Hernando Zuleta. ¡°Yo esperar¨ªa que la inflaci¨®n siga cayendo, a pesar de que tuvo un freno en seco reciente, y que converjamos a una inflaci¨®n cercana del 4% para el 2025¡å.

Lo anterior, contin¨²a Zuleta, significa que el pa¨ªs estar¨ªa ante un ¡°crecimiento nulo en el mejor de los casos¡±. Una coyuntura que, en su opini¨®n, ha llevado al Gobierno a atemperar en esta ocasi¨®n el gasto p¨²blico como se?al de responsabilidad fiscal: ¡°Las cifras muestran que el sector privado est¨¢ en recesi¨®n y es el sector p¨²blico el que est¨¢ creciendo. Por eso para el a?o entrante la buena noticia es que el gasto p¨²blico no va a crecer en t¨¦rminos reales¡±.

El acad¨¦mico tambi¨¦n se muestra cauto a la hora de presagiar qu¨¦ suceder¨¢ con los 12 billones del presupuesto que a¨²n no est¨¢n financiados: ¡°Es previsible una gran reticencia parlamentaria a aprobar esta nueva ley de financiamiento. Me puedo equivocar. Pero lo que hay destacar es que el Gobierno sigue hablando de ingresos que son contingentes, al igual pas¨® con los planes en el pasado que se basaban en fallos judiciales que nunca llegaron. Hacer cuentas de esta forma resulta riesgoso¡±.

El Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana detalla por su parte que habr¨¢ ¡°una desaceleraci¨®n en el crecimiento del gasto¡±. El rengl¨®n que se ver¨¢ m¨¢s afectado, de acuerdo con el an¨¢lisis de la instituci¨®n, ser¨¢ la inversi¨®n: ¡°De los 523 billones, 328 corresponden a funcionamiento, 113 a deuda p¨²blica y 82 a inversi¨®n¡±. En t¨¦rminos reales, la inversi¨®n p¨²blica caer¨¢ un 16%: ¡°Desde el observatorio hemos venido advirtiendo sobre el incremento desmesurado en el gasto de funcionamiento. Esta situaci¨®n se ha agravado despu¨¦s de la pandemia, producto de gastos en salud y transferencias que se volvieron permanentes¡±. Y rematan con una advertencia: ¡°En caso de que no se apruebe la ley de financiamiento que busca recaudar los 12 billones, es necesario que el Gobierno racionalice el gasto en funcionamiento¡±.

A falta de m¨¢s detalles, sin embargo, desde otros sectores a¨²n descreen que haya consistencia en el manejo de las finanzas p¨²blicas. ¡°Es llamativo que el Ministerio de Hacienda presente un presupuesto desfinanciado, que necesite $12 billones m¨¢s para cuadrar cuentas y que, al mismo tiempo, diga que no ejecutar¨¢ $16 billones este a?o (adem¨¢s del recorte de 20 billones) y $24 billones el que viene¡±, se cuestionaba en X el profesor de econom¨ªa en la Universidad de los Andes Germ¨¢n Machado.

El d¨¦ficit fiscal colombiano acabar¨¢ el a?o en 5,6% del PIB, de acuerdo con las estimaciones estatales. Se trata del cuarto ejercicio en que se incumple la meta de estabilizarlo en un 4,3% del PIB. Y aunque la jerga t¨¦cnica puede parecer nebulosa, el mensaje es bastante simple: en los ¨²ltimos a?os el gasto estatal ha aumentado proporcionalmente a un paso m¨¢s acelerado que los recaudos por impuestos. Un manejo que pone a temblar a los mercados internacionales y las agencias calificadoras de riesgo que atestiguan con atenci¨®n la evoluci¨®n de la deuda externa que este a?o ronda el 54,1% del PIB. La pregunta es evidente para los prestamistas del Estado colombiano, si la econom¨ªa no crece y Hacienda ingresa cada vez menos: ?qu¨¦ garant¨ªas habr¨¢ a futuro para cubrir las deudas?

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