Crece la tensi¨®n entre Petro, las energ¨¦ticas y un millonario del sector por la costosa factura de la luz
La electrificadora Air-e, del empresario Alberto R¨ªos Velilla, entabla una batalla contra las compa?¨ªas generadoras mientras el presidente se?ala las falencias de un mercado que presiona la inflaci¨®n
Al tiempo que los colombianos presencian, en c¨¢mara lenta, c¨®mo la factura de la luz se dispara como un cohete, una de las grandes comercializadoras de energ¨ªa en Colombia se ha lanzado contra los gigantes del sector. Se trata de Air-e, la poderosa energ¨¦tica con el 15% de participaci¨®n total en el mercado, en los norte?os departamentos del Atl¨¢ntico, Magdalena y La Guajira. Su reciente denuncia ante las autoridades antimonopolio, por una presunta ¡°cartelizaci¨®n¡± de algunas empresas productoras de energ¨ªa, es solo un cap¨ªtulo m¨¢s dentro de una monta?a de se?alamientos previos. El l¨ªo se explica con una palabra: desconfianza. Y el otro golpe lo ha asestado el presidente, Gustavo Petro, quien cuestion¨® en su discurso del 20 de julio la f¨®rmula para establecer la tarifa: ¡°Nos est¨¢n orde?ando literalmente¡±.
Fue el propietario de Air-e, el magnate Alberto R¨ªos Velilla, hombre de negocios, medi¨¢tico y allegado a facciones del derechista Cambio Radical, quien primero se posicion¨® en el centro del debate. Una de sus ¨²ltimas movidas ha sido interponer, a trav¨¦s de sus abogados, una solicitud de investigaci¨®n ante la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) debido a sus sospechas de que la red de generadoras, encargadas de producir la energ¨ªa en las centrales, ha actuado de forma anticompetitiva.
A su juicio, ha habido un pacto t¨¢cito, o ¡°paralelizaci¨®n¡± entre ellas, para vender m¨¢s en la Bolsa de Energ¨ªa de Colombia, donde se tranza a diario un promedio de entre el 15% y el 20% de la electricidad que se consume en el pa¨ªs: ¡°Lo f¨¢cil es ir a la Bolsa porque la puja les garantiza un precio mucho m¨¢s elevado, que se termina trasladando a los consumidores¡±, detalla por tel¨¦fono el penalista Jaime Lombana, uno de los abogados de Air-e. En efecto, la energ¨ªa que no se vende en la bolsa sino con contratos de compra a largo plazo, es sustancialmente m¨¢s econ¨®mica para las comercializadoras y los usuarios.
A su vez, el presidente Gustavo Petro ha puesto en pie de guerra a los observadores del sector. En su discurso del 20 de julio tambi¨¦n asegur¨® que ¡°el m¨¢s ineficiente pone el precio de la energ¨ªa el¨¦ctrica, y los m¨¢s eficientes, al poner el precio ineficiente, tienen sobreganancias que alcanzan cifras de cuatro o cinco billones de pesos al a?o, que no son ganancias productivas sino las transferencias que van de la industria de la agricultura, y de la familia colombiana, en forma de renta a los propietarios de estas grandes generadoras el¨¦ctricas¡±.
Petro responsabiliza en concreto a la estatal Comisi¨®n de Regulaci¨®n de Energ¨ªa y Gas, CREG, independiente del Ejecutivo y eje b¨¢sico del sector porque establece la f¨®rmula de cobro de la luz. Seg¨²n el mandatario, la mayor¨ªa de los 6 comisionados que la han integrado vienen y van desde el sector privado para defender los intereses empresariales en una instituci¨®n que es p¨²blica. ¡°La ha responsabilizado de la situaci¨®n. Pero tambi¨¦n la ha tornado inoperante¡±, explica el exministro de Minas y Energ¨ªa Amylkar Acosta, en referencia a los tropiezos en la designaci¨®n de los comisionados que corresponden al Ejecutivo.
La amenaza del apag¨®n
El conflicto y las declaraciones cargadas de veneno han soterrado los argumentos t¨¦cnicos. M¨¢s de un experto se atreve a vaticinar que el pa¨ªs podr¨ªa estar caminando como un son¨¢mbulo hacia un terreno m¨¢s cr¨ªtico. Algunos resucitan el fantasma de la palabra ¡°apag¨®n¡±. Otros, la descartan de tajo y reti?en que el pa¨ªs tiene capacidad suficiente para evitarla. Pero mientras las costuras del modelo energ¨¦tico resisten, el presidente de la Empresa de Energ¨ªa de Bogot¨¢, Juan Ricardo Ortega, propone una mirada atr¨¢s en la cronolog¨ªa para comprender mejor los ¡°dolores acumulados¡±.
La pandemia supuso el primer gran dique de contenci¨®n para el sector. El presidente Duque decret¨® por entonces un salvavidas tarifario, que congelaba y difer¨ªa el pago de los recibos, para aliviar moment¨¢neamente el bolsillo de millones de colombianos. El d¨¦ficit de las comercializadoras, algunas de las cuales son p¨²blicas y cuya tarea consiste en comprar en el mercado mayorista y vender a los usuarios, se agigant¨® y atenaz¨® sus finanzas. Cuando el pa¨ªs recobr¨® la normalidad, el grito de auxilio se convirti¨® en urgencia. Con la llegada del nuevo Gobierno de izquierdas la situaci¨®n se ha tornado algo m¨¢s brumosa.
Petro trat¨® de proteger a los consumidores, en teor¨ªa, de la subida abrupta que se habr¨ªa causado al cobrarles lo que dejaron de pagar por meses. ¡°Lo que sucedi¨® en realidad es que les crearon una deuda a los consumidores sin explicarles bien que les hab¨ªan creado una deuda con intereses del 6%¡±, precisa Ortega. Una situaci¨®n que sigue su curso. Empresas distribuidoras como Air-e, cuyo negocio reci¨¦n ech¨® a andar en octubre de 2020 en reemplazo de la pol¨¦mica Electricaribe, tuvieron que asumir de su bolsillo las billonarias deudas de los colombianos a precio de mercado.
Un informe de la gestora y consultora XM, empresa que justamente maneja la Bolsa de Energ¨ªa, ya alertaba en octubre del a?o pasado que una treintena de comercializadoras desfilaba por el abismo ante la falta de liquidez. Para rematar, la guerra de Ucrania, en febrero de 2022, y el bloqueo del Canal del Suez por un barco encallado, dispararon los precios al productor.
A todo lo anterior se ha sumado el incremento de la inflaci¨®n de energ¨ªa y las subidas al precio del gal¨®n de gasolina: ¡°Los servicios p¨²blicos, al igual que en el resto del mundo, no han escapado al brote inflacionario de los dos ¨²ltimos a?os, y en Colombia las tarifas han subido por encima de la inflaci¨®n global¡±, zanja Amylkar Acosta. Basta con revisar el bloque estad¨ªstico denominado de ¡°Energ¨ªa¡± para certificar que el ¨²nico rengl¨®n cuyos costos no han parado de subir en las ¨²ltimas mediciones mensuales del DANE es el de ¡°electricidad¡±.
Una sumatoria de hechos que se mezclan en la misma ensaladera con los argumentos esgrimidos por un pu?ado de empresas que piden m¨¢s y mejor competencia, gremios que defienden el accionar de su propia parcela y un Gobierno que desconf¨ªa de la esfera privada. ¡°Durante 3 a?os el precio de la generaci¨®n de energ¨ªa creci¨® brutalmente. Fue un ¨ªndice con un comportamiento totalmente an¨®malo¡±, recalca Ortega, quien evidencia que, en realidad, se trata de la concatenaci¨®n de todos los males sobre la red el¨¦ctrica colombiana.
El ¨²nico b¨¢lsamo a la mano
El Gobierno de Gustavo Petro flexibiliz¨® recientemente las normas tarifarias de la Administraci¨®n Duque y permiti¨® que las comercializadoras a?adieran a la factura el cargo que ten¨ªan pendiente los consumidores. Air-e inyect¨®, por ejemplo, incrementos legales de hasta el 23% en los recibos para recuperar los estragos econ¨®micos de la pandemia. La peor parte se la han llevado los ciudadanos de la costa Caribe colombiana y su extendido uso de m¨²ltiples servicios de refrigeraci¨®n: ¡°El panorama no puede ser m¨¢s desolador para los consumidores [en la costa], incluyendo a los industriales, en materia de costo y calidad del servicio¡±, se lamenta a trav¨¦s de mensajes de texto el consultor en temas energ¨¦ticos Carlos Arturo Diago.
Por eso pocos dudan de que la decisi¨®n de Alberto R¨ªos, un viejo conocido del sector que vendi¨® su participaci¨®n en Enertolima por 512 millones de d¨®lares en 2019, ha supuesto un empuj¨®n inflacionario dif¨ªcil de rebatir. Y con su poder¨ªo econ¨®mico ha vuelto a agitar las aguas reflotando el debate pendiente sobre la falta de competencia en el mercado. Lo subraya Diago, que form¨® parte de la Junta Directiva de Electricaribe. Sus reclamos apuntan hacia lo que etiqueta como ¡°oligopolio¡± en casi todas las l¨ªneas del sector el¨¦ctrico colombiano. Una cuesti¨®n que ha impactado ¡°negativamente en la calidad del servicio y tarifas onerosas¡±.
¡°Ahora se anuncia, nuevamente, una baja de las tarifas en la regi¨®n Caribe del 4%, cuando el aumento de enero de 2023 a enero de 2024 fue del 31%. Para ello, el Gobierno nacional asumir¨¢ la deuda contra¨ªda por parte de los usuarios con las empresas distribuidoras (¡)¡±, escribe Acosta en un art¨ªculo del 8 de julio. Pero para que esto se materialice a¨²n falta que el anunciado proyecto de ley de servicios p¨²blicos del oficialismo sea aprobado en el Congreso.
Y es que las quejas sobre el rezago en inversi¨®n e infraestructura son casi un¨¢nimes. Algunos lo describen como un c¨ªrculo vicioso porque las estrecheces financieras se traducen en desconfianza general. Algunos generadores, por ejemplo, se muestran renuentes a firmar contratos de energ¨ªa bilaterales a largo plazo, debido a los escollos para soportarlos bien y con garant¨ªas de pago s¨®lidas. Por su parte, el camino alterno de la Bolsa de Energ¨ªa, donde la volatilidad de los precios este a?o ha sido grande debido a las sequ¨ªas, resulta sin duda complejo y ha sido blanco de suspicacias.
A pocos se les escapa en este clima, para rematar, que el sistema energ¨¦tico se halla en un estado de ¡°estr¨¦s¡± debido a la estrechez entre oferta y demanda. Los datos se?alan que el consumo viene creciendo por encima del 7% mientras que la oferta solo lo hace un 2%. El ¨²nico b¨¢lsamo a la mano, concluyen las fuentes, es mayor inversi¨®n para mejorar la salud financiera de los operadores p¨²blicos y privados. Tambi¨¦n para que el mercado se haga m¨¢s atractivo y entren m¨¢s generadoras a un terreno comandado, b¨¢sicamente, por tres actores: Empresas P¨²blicas de Medell¨ªn (EPM), ENEL e Isagen.
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