Espada, sombrero, bandas y escudo: Gustavo Petro le apuesta al poder de los s¨ªmbolos
El mandatario, como sus antecesores, elige sus s¨ªmbolos. Los concentra en el M-19, que es una parte peque?a de las fuerzas que lo apoyan
El presidente Gustavo Petro hizo otra propuesta que parece sobrar en medio de tantas urgencias: cambiar el escudo nacional. No es el primer s¨ªmbolo que se convierte en motivo de debate en esta administraci¨®n porque desde el comienzo el presidente ha querido llenar su administraci¨®n de otros significados. El asunto no es menor, es parte de una conversaci¨®n que se da en el mundo sobre c¨®mo se cuenta y se interpreta la historia. El presidente ...
El presidente Gustavo Petro hizo otra propuesta que parece sobrar en medio de tantas urgencias: cambiar el escudo nacional. No es el primer s¨ªmbolo que se convierte en motivo de debate en esta administraci¨®n porque desde el comienzo el presidente ha querido llenar su administraci¨®n de otros significados. El asunto no es menor, es parte de una conversaci¨®n que se da en el mundo sobre c¨®mo se cuenta y se interpreta la historia. El presidente hace lo que todos los que llegan al poder quieren hacer: establecer sus s¨ªmbolos y su versi¨®n de los hechos que representan.
El bando ganador es el que cuenta la historia y suele imponer una mirada siempre sesgada de cada acontecimiento. Es lo que ha pasado en Colombia y en el mundo y es precisamente una conversaci¨®n que hoy se da entre historiadores, activistas, curadores de museos, analistas: ?Hasta d¨®nde la historia que conocemos como cierta se ha narrado desconociendo la verdad de millones de personas? ?Cu¨¢ntos h¨¦roes fueron en realidad perpetradores? ?Cu¨¢ntas v¨ªctimas fueron borradas de los registros? ?Cu¨¢ntas mujeres, ignoradas? Todo esto tiene que ver con la necesidad de leer la historia colectiva desde distintos puntos de vista porque entender el pasado nos define, nos ayuda a tramitar el presente y a proyectar el futuro.
Si es momento para discutir un nuevo escudo en Colombia es asunto que debatir¨¢ el Congreso y all¨ª ver¨¢n si lo consideran prioritario o innecesario. Lo que s¨ª me llama la atenci¨®n es que un presidente que insiste con frecuencia en la necesidad de la inclusi¨®n, en materia de s¨ªmbolos ha insistido mucho en darle status a los suyos que son importantes para una minor¨ªa y al hacerlo cae en lo mismo que critica: excluye.
La primera orden que dio el presidente despu¨¦s de su investidura el 7 de agosto de 2022 fue que trajeran a la ceremonia la espada de Bol¨ªvar que tiene un sentido hist¨®rico nacional por lo que signific¨® Sim¨®n Bol¨ªvar como Libertador y luego se convirti¨® en un s¨ªmbolo particular del M 19 que la rob¨® y la mantuvo escondida varios a?os. El presidente Gustavo Petro reivindica los s¨ªmbolos de la guerrilla en la que milit¨® y que se desmoviliz¨® despu¨¦s de un acuerdo de paz exitoso. Luego fue el episodio con el sombrero de Carlos Pizarro y las banderas de esa guerrilla en eventos p¨²blicos.
Lo interesante en esta obsesi¨®n particular del presidente Petro con los s¨ªmbolos de su grupo no es entonces que quiera reivindicar su pasado guerrillero porque querer hacer colectiva su visi¨®n particular de la historia parece ser una condici¨®n de quienes llegan al poder. Lo que llama la atenci¨®n es que el M 19 no representa a ese grupo variopinto que acompa?¨® a Gustavo Petro para llevarlo a la presidencia. El Pacto Hist¨®rico es una suma de partidos, movimientos sociales, activistas que representan una izquierda mucho m¨¢s amplia que la que se levant¨® en armas en el M 19. Ni qu¨¦ decir sobre lo que esa guerrilla signific¨® para las v¨ªctimas y para otros sectores que tuvieron el impacto doloroso de su violencia. ?Los del M 19 fueron rebeldes libertarios o victimarios? Depende de a quien se le pregunte.
Es de eso de lo que se habla hoy en el mundo: de c¨®mo es necesario contar la historia con matices, con una sumatoria de miradas. Es lo que intenta hacer el presidente con la propuesta para cambiar el escudo: que la frase famosa vaya m¨¢s all¨¢ de ¡°Libertad y Orden¡± y se incluya la palabra ¡°Justo¡± para que quede ¡°Libertad y Orden Justo¡±. Ese cambio refleja el pensamiento de la izquierda que hoy est¨¢ en el Gobierno y que enarbola por tradici¨®n el concepto de justicia social. El poder de las palabras es inmenso y con ellas se puede cambiar la historia. En el Gobierno de ?lvaro Uribe, con la mirada particular de derecha, pasamos de tener un conflicto armado, con todas las complejidades que representa, a una amenaza terrorista que borra de un plumazo las m¨²ltiples realidades y causas detr¨¢s de nuestra violencia recurrente. En momentos en que el mundo cerraba filas contra el terrorismo y en Colombia se viv¨ªa la decepci¨®n por el fracaso de los di¨¢logos del Cagu¨¢n, era m¨¢s f¨¢cil hablar de terroristas para poder eliminarlos. Hasta hoy muchos sectores tienen incorporadas esas palabras hasta el punto de que hoy algunos llaman terroristas a j¨®venes que hacen grafitis en una pared.
Los poderosos quieren siempre imponer sus verdades, sus s¨ªmbolos, sus maneras de entender los hechos. La diferencia es que en este momento particular hay un debate abierto en el cual los silenciados y borrados de la historia est¨¢n pidiendo su lugar para contar. En este momento las v¨ªctimas de los distintos ¡°h¨¦roes¡± no guardan silencio, levantan la voz y por eso es m¨¢s dif¨ªcil que el poderoso del momento imponga lo que quiere. Hablar sobre palabras que definen momentos y s¨ªmbolos que representan realidades es una conversaci¨®n importante. No es tan simple como parece.
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