C¨¦sar Caballero, encuestador: ¡°Los colombianos est¨¢n buscando una mezcla entre Petro y Uribe¡±
El gerente de la firma Cifras y Conceptos explica en su libro ¡®El poder de las encuestas¡¯ la influencia de los datos en las elecciones
C¨¦sar Caballero (Bogot¨¢, 55 a?os) ¨Cpolit¨®logo de la Universidad de los Andes, mag¨ªster en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Oxford y doctor en Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Javeriana¨C conoce bien el mundo de la pol¨ªtica. Por m¨¢s de 35 a?os se ha sumergido en el an¨¢lisis de encuestas, muchas de ellas para medir la intenci¨®n de voto de los colombianos. En el a?o 2004 renunci¨® a la direcci¨®n del Departamento Administrativo Nacional de Estad¨ªsticas (DANE), despu¨¦s de dos a?os en el cargo. Denunci¨® que hab¨ªa recibido la orden de ocultar datos sobre la seguridad en algunas ciudades que no le favorec¨ªan al Gobierno del entonces presidente ?lvaro Uribe, quien buscaba reformar la Constituci¨®n para darle v¨ªa libre a su reelecci¨®n.
Caballero atiende a EL PA?S dos horas antes del lanzamiento de su libro El poder de las encuestas, un recorrido por 40 a?os de historia de las encuestas electorales a nivel nacional, desde sus or¨ªgenes en 1982. En estas cuatro d¨¦cadas, Colombia ha pasado de tener 3 a m¨¢s de 100 firmas encuestadoras, y ha tenido 41 elecciones populares, incluidas 11 presidenciales y una Asamblea Nacional Constituyente. La conversaci¨®n transcurre en su oficina en una casa del nororiente de Bogot¨¢, donde ¨Ccuenta¨C m¨¢s de un candidato se ha ofrecido a pagarle m¨¢s para aparecer como ganador. ¡°Ya casi no me pasa, porque el mico sabe en qu¨¦ palo trepa¡±, enfatiza Caballero, fundador y gerente de la encuestadora Cifras y Conceptos.
Pregunta. ?Qu¨¦ le dicen las cifras de las encuestas sobre la gesti¨®n del presidente Gustavo Petro?
Respuesta. Le est¨¢ yendo muy bien. Acabo de ver uno de los ejercicios que muestra el agregado de varias encuestas y cerca del 40% de la gente tiene una imagen favorable del presidente Petro. El expresidente Iv¨¢n Duque en alg¨²n momento lleg¨® al 19% y Juan Manuel Santos estuvo en 26%. Petro ha perdido favorabilidad, en nuestra encuesta arranc¨® con 62% y hoy est¨¢ en 38%. Podr¨ªa estar mejor, pero tiene margen de maniobra frente a la opini¨®n p¨²blica.
P. Pero hay un campanazo frente a la popularidad entre los j¨®venes¡
R. Ha perdido y est¨¢ creciendo la juventud de derecha, pero la favorabilidad est¨¢ por encima del 40%. Antes estaba en el 61%. Es un efecto tambi¨¦n, creo yo, porque los j¨®venes son contestatarios. A quien ejerce el poder, le contestan.
P. Electoralmente, ?qu¨¦ est¨¢n buscando hoy los colombianos?
R. Lo mejor de lo que hemos tenido, sin los problemas de lo que hemos tenido. Est¨¢n buscando alguien que mantenga el discurso y las acciones que perciben sobre inclusi¨®n, lucha contra la pobreza y expansi¨®n de los derechos. Y seguridad. Es como una mezcla entre Petro y Uribe. En ese orden. No seguridad y lo otro, sino esto y la seguridad que antes estaba. Creo que nos estamos moviendo hacia una etapa donde probablemente los candidatos m¨¢s radicales no van a lograr eso.
P. ?Y qu¨¦ papel juega el centro?
R. El centro creci¨® y es importante, pero hay que tener un centro que emocione, no un centro de descarte, sino que proponga y que marque un norte.
P. Faltan casi dos a?os para las pr¨®ximas elecciones presidenciales. ?Cree que ya hay figuras claras para el 2026?
R. Hoy no existe un corredor principal, un candidato a derrotar, como ocurr¨ªa en 2014 con Juan Manuel Santos o en 2018 con Germ¨¢n Vargas Lleras. Las tres personas que lograron las mayores votaciones en 2024 no podr¨¢n ser candidatos: uno es presidente, otro est¨¢ condenado y el tercero es alcalde de Medell¨ªn. Hay m¨¢s de 50 personas que suenan como aspirantes, con grandes diferencias en t¨¦rminos de viabilidad pol¨ªtica, sin uno que pueda declarase con mayor favoritismo.
P. Hablemos de su libro El poder de las encuestas. ?Las encuestas para qu¨¦?
R. Me gusta la manera como el encuestador mexicano Roy Campos las define: son la voz del ciudadano com¨²n que llega al o¨ªdo de los poderosos. Desde John F. Kennedy, las encuestas empezaron a ser un mecanismo de evaluaci¨®n de los Gobiernos, de expresi¨®n de necesidades, anhelos y frustraciones. Lo m¨¢s importante que muestran no es por qui¨¦n va a votar la gente, sino cu¨¢l es el estado de ¨¢nimo de la sociedad.
P. ?Cu¨¢l es el poder de las encuestas, particularmente en unas elecciones?
R. La plata, los medios y los operadores pol¨ªticos siguen a las encuestas. Para un candidato al que le va muy bien en ellas a un a?o de las elecciones, le es m¨¢s f¨¢cil conseguir recursos, cubrimiento medi¨¢tico y aliados pol¨ªticos; eso genera un c¨ªrculo virtuoso. Tienen otro tipo de poder sobre los votantes indecisos de ¨²ltima hora y sobre los operadores pol¨ªticos, que no quieren perder. Por m¨¢s que hayan acompa?ado por mucho tiempo a un candidato, si se dan cuenta que no tiene opciones, terminan aline¨¢ndose con otros. El poder de las encuestas es enorme.
P. Con ese grado de influencia, ?existe manipulaci¨®n de los datos?
R. Como dispositivos de poder ¨C y esto lo tomo de Michel Foucault, el fil¨®sofo franc¨¦s ¨C las encuestas tienen dos caras, como en la Guerra de las Galaxias: el lado oscuro de la fuerza y el lado claro. Sirven para mejorar el bienestar de la gente, pero tambi¨¦n para oprimir, mentir, o contraer derechos. Como un martillo, que sirve para reparar un objeto o para agredir a alguien. Las encuestas pueden ser buenas si se utilizan bien, o malas si se utilizan mal. En Colombia hay m¨¢s de 100 firmas autorizadas para presentar encuestas y, como en toda industria, hay empresas buenas, regulares y malas.
P. Y desde ese lado oscuro que se?ala, ?una encuesta puede favorecer a un candidato?
R. Si hoy se hiciera una encuesta preguntando por qui¨¦n quiere votar la gente [en 2026], m¨¢s del 60% va a decir que no sabe. Queda una muestra del 40%. Normalmente si se presenta una lista de candidatos, ninguno tiene m¨¢s del 5%. Algunos encuestadores excluyen el ¡°no sabe o no responde¡±. En ese caso, el candidato que sac¨® 5% tendr¨ªa el 12% o 14% y el que sac¨® 4% tendr¨¢ 8%. La distancia se ampl¨ªa y pareciera que el primero va m¨¢s adelante, cuando no es as¨ª. Ese es un mal uso de una encuesta. Hoy no har¨ªa una encuesta de intenci¨®n de voto porque el grueso del pa¨ªs no est¨¢ pensando en eso. Empezar¨ªa faltando un a?o o 14 meses.
P. En su libro explica que en Colombia hay varios tipos de votantes. ?C¨®mo influyen las encuestas seg¨²n esos perfiles?
R. Para el votante que no le gusta elegir, que se levanta el domingo, va y da?a su voto, no lo marca o vota en blanco, no influyen. Para el que est¨¢ ideologizado y hace parte de una estructura pol¨ªtica, tampoco. Entre los votantes vol¨¢tiles, los que a veces salen a votar y a veces no, las encuestas pueden ayudar a llevarlos a las urnas: si va a ganar un candidato que no les gusta, prefieren ir a votar. Para los entre 10 y 12 millones que son de pura opini¨®n ¨Cen presidenciales, por ejemplo, hay gente que ha votado por Uribe, por Santos, por Duque y por Petro¨C, el efecto cambia dependiendo del tipo de votante y del momento.
P. Algunos pol¨ªticos dicen que no les prestan atenci¨®n a las encuestas. ?Usted les cree?
R. Falta tiempo para las pr¨®ximas elecciones y aqu¨ª los veo todos los d¨ªas [risas]... Les encanta, no se resisten a una encuesta. Los pol¨ªticos serios no pelean con ellas, notan que est¨¢n d¨¦biles en unas cosas y tratan de cambiarlas. Entienden que son un term¨®metro y hacen una campa?a para cambiar sus resultados.
P. ?Las encuestas pueden determinar el resultado de unas elecciones?
R. No creo que una encuesta por s¨ª sola defina una elecci¨®n. Son un instrumento m¨¢s para la decisi¨®n colectiva de qui¨¦n va a ser el pr¨®ximo gobernante, como los debates. Hay una incidencia m¨¢s fuerte seg¨²n el contexto. Si hay una competencia muy cerrada ¨Cconsideremos que entre el 12% y el 20% de los electores en Colombia deciden por qui¨¦n votar en la ¨²ltima semana ¨C una encuesta puede ser definitiva.
P. En el libro plantea que, desde el plebiscito por la paz en 2016, las encuestas est¨¢n ¡°bajo sospecha¡± por no acertar en los resultados. ?Siguen siendo confiables las encuestas?
R. Las personas y algunos medios tratan de juzgar una buena encuesta si se acerca a un resultado. Un Ferrari es un buen carro, pero no vuela. Una encuesta est¨¢ hecha para mirar lo que piensa la sociedad hoy, pero no para predecir el futuro. Ser¨ªa como pedirle a un Ferrari que vuele.
P. ?Qu¨¦ se puede esperar de una encuesta bien hecha?
R. Primero, que sea transparente y rigurosa. Segundo, que refleje de la mejor manera lo que est¨¢ pensando la sociedad. Le pongo un ejemplo. Despu¨¦s del estallido social, todo el mundo piensa que los j¨®venes son de izquierda, pero tras dos a?os de Gobierno de Gustavo Petro, estamos viendo que hay una nueva juventud de derecha, diferente a la que eligi¨® a ?lvaro Uribe en 2002. El papel de las encuestas es mostrar ese hecho sorprendente.
P. Lejos de la pol¨ªtica, ?qu¨¦ preferencias tienen los colombianos?
R. Los colombianos cada d¨ªa est¨¢n m¨¢s acompa?ados de mascotas ¨Cantes era el 32%, hoy estamos hablando del 57%¨C dejaron de tener carros y tienen m¨¢s motos o bicicletas, y est¨¢n superconectados en redes. Esas tres cosas est¨¢n hablando de la soledad de los colombianos, de personas que viven en espacios cada vez m¨¢s peque?os. Es una sociedad que ha cambiado.
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